Revista Nacional de Agricultura
Edición 1055 – Febrero 2025

La pelea en la red social X del domingo 26 de enero entre los presidentes de Colombia y Estados Unidos, que amenazó con desencadenar una guerra comercial, ha generado una profunda preocupación en el sector agropecuario colombiano. De haberse materializado el intercambio de amenazas de imponer aranceles del 25% a productos agropecuarios que son de la mayor importancia para ambos países, se habría puesto en riesgo el trabajo y el costo de vida de millones de colombianos, y por supuesto la estabilidad de nuestra economía.

Para el agro, la imposición de aranceles a productos como el café, las flores, el banano, el aguacate hass, la panela, la tilapia, el azúcar, entre otros, significaría un devastador golpe a un sector que al cierre de 2024 exportó más de 9.180 millones de dólares, de los cuáles el 40% fue a Estados Unidos, nuestro principal mercado a nivel global.

Poner en riesgo las exportaciones agropecuarias por cuenta de un intercambio de amenazas en la red X, es poner en riesgo de manera irresponsable la generación de más de 3.1 millones puestos de trabajo generados por nuestro sector. Cientos de municipios, cuya economía depende de la producción de nuestros productos exportados a Estados Unidos, se verían afectados, profundizando las brechas sociales y económicas en las zonas rurales.

Pero el impacto no se limitaría al campo. La retaliación con aranceles del 25% a las importaciones desde Estados Unidos encarecería el costo del maíz amarillo, el fríjol y torta de soya, que son insumos esenciales para la producción de alimentos fundamentales en la dieta diaria de los 50 millones de colombianos como lo son el pollo, el cerdo, los huevos y la leche.  

De un plumazo el Gobierno acabaría con el avance que ha tenido Colombia en materia inflacionaria, afectando el bolsillo de los colombianos, especialmente de aquellos con menores ingresos.

En un país que aún lucha contra la pobreza y la desigualdad, una guerra comercial sería devastadora.

Los gobiernos de ambos países deben comprender que la política internacional no puede manejarse a la ligera. Las relaciones bilaterales requieren de prudencia y diálogo, y las decisiones deben tomarse considerando el impacto real en la ciudadanía.

Sin duda alguna la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca implica un manejo mucho más estratégico por parte del Gobierno de Colombia en la relación bilateral. Los temas de migración y lucha contra las drogas serán definitivos en una relación turbulenta a propósito de las personalidades de ambos mandatarios.

Y ahora que en el mes de marzo inicia en Estados Unidos el proceso de certificación en materia de lucha contra las drogas, el Gobierno de Colombia debe manejar con mucha más estrategia y habilidad la relación bilateral de la cual depende el futuro de millones de colombianos.

De un plumazo es imposible diversificar los mercados de exportación e incrementar el abastecimiento competitivo de insumos para producir gran parte de nuestros alimentos.

Jorge Enrique Bedoya Vizcaya
Presidente SAC
@jebedoya