Revista Nacional de Agricultura
Edición 1055 – Febrero 2025

El sector genera más de 200 mil empleos formales al año, entre directos e  indirectos. En temporadas clave como San Valentín, la demanda de mano de obra aumenta en 25 mil personas adicionales, impactando especialmente a mujeres cabeza de familia.

La floricultura colombiana no solo lidera en exportaciones, también en empleo formal en el campo. Augusto Solano, presidente de Asocolflores, destaca cómo el sector genera dinamiza la economía y crea puestos de trabajo que impactan especialmente a mujeres cabeza de hogar.

P: San Valentín es una de las fechas más importantes para la floricultura colombiana. ¿Qué representa esta temporada para el sector en términos de producción y exportaciones?

R: Esta, así como el Día de la Madre, es una de las dos temporadas más importantes y representa aproximadamente el 15% de las ventas del año. Es una temporada para la cual los floricultores se preparan con muchísima anticipación y tienen muchas expectativas en el resultado, porque es el inicio del año y, de alguna manera, marca la pauta en adelante. Fue una buena temporada, a pesar de algunas dificultades de clima que retrasaron un poco la producción, pero en términos generales podría decir que la gran mayoría de los floricultores pudieron cumplir con sus pedidos.

Es satisfactorio después del gran susto que tuvimos el domingo 26 de enero, cuando vimos muy comprometido el año, porque si no sale bien el San Valentín, el año no sale bien. Hubo gran preocupación, no sólo de los floricultores, sino de los mismos trabajadores, pero afortunadamente la solución llegó rápido y completa. Y creo que algo tuvo que ver que hubiera ocurrido un domingo porque dio un espacio para que se dieran todas las conversaciones que condujeran a un acuerdo para que se retiraran o no se aplicaran los aranceles.

P: Sabemos que el sector enfrenta retos como competencia internacional y cambio climático, ¿cómo se preparan los floricultores para garantizar el éxito en una temporada tan demandante?

R: Uno de los retos más grandes es el de la mano de obra porque porque en cada temporada de San Valentín o el Día de la Madre se requieren unas 25 mil personas adicionales. El del clima siempre está porque en el caso de San Valentín, diciembre y enero han sido la época tradicional de las heladas, pero afortunadamente no hemos vuelto a tenerlas. Y por otro lado está la tasa de cambio porque las flores las pagan un mes después, a finales de marzo. En ese momento se hacen los reintegros y allí es cuando esperamos que la tasa de cambio no esté tan bajita como lo está ahora.

P: Colombia es reconocida en el mundo por la calidad de sus flores, ¿qué diferencia a nuestra floricultura de la de otros países exportadores?

R: Creo que hay dos temas principales. El primero es la diversidad de las flores: Colombia tiene unas 50 o 60 especies entre las que están la rosa, el clavel o la astromelia, y dentro de cada una hay muchísimas variedades, entonces los compradores en Colombia encuentran casi todo. Hay competidores como Ecuador y Kenia, que son muy fuertes y producen principalmente rosas, entonces no pueden suplir todo. Y la otra ventaja es que Colombia, por esa diversidad, se ha vuelto el principal proveedor de los bouquets en los supermercados de los Estados Unidos. Hoy en día, aproximadamente el 80 % de los bouquets que se venden en los supermercados de Estados Unidos son colombianos, de flores colombianas, y la gran mayoría de ellos elaborados aquí en Colombia, lo cual representa más mano de obra, mayor valor agregado.

P: ¿Qué tendencias han identificado en el consumo de flores para esta fecha? ¿Hay especies que han ganado protagonismo en los últimos años?

R: Tradicionalmente en San Valentín se demandan mucho las rosas y particularmente las rosas rojas en San Valentín. Se venden todas las demás flores, pero en San Valentín son las rosas rojas mucho, y ya en el Día de la Madre sí cambian las preferencias y se venden de todo. Por ejemplo, el Día de la Madre es la temporada más importante para Antioquia, donde se producen los crisantemas.

P: ¿Qué impacto tiene San Valentín en el empleo y la economía de las regiones floricultoras del país?

R: La floricultura genera un poco más de 200.000 empleos directos e indirectos, y de los empleos directos, que son aproximadamente 110 o 140 si se tienen en cuenta los adicionales de temporada, la mayoría son mujeres cabeza de familia. Esto tiene un gran impacto en esas familias y en esas comunidades. De manera que lo principal de la floricultura es el impacto social. Estos empleos son todos formales en un país donde cerca del 60 % de los empleos son informales.

P: De cara al futuro, ¿cuáles son los principales desafíos y oportunidades para el sector floricultor colombiano en mercados internacionales?

R: En primer lugar, la mano de obra en los mercados internacionales debe cumplir con todas las requerimientos de sostenibilidad, en eso hemos avanzado mucho, pero fundamentalmente el desafío es el uso de biocontroladores y que logremos tener suficientes para cumplir con normas, especialmente del Pacto Verde de Europa.