El estudio de Céleres, sobre el impacto de los cultivos genéticamente modificados en Colombia, demostró que gracias a este tipo de plantas, la agricultura del país ahorró 212,4 millones de agua durante la cosecha 2014/15.
- Agricultores redujeron el uso de 212,4 millones de litros de agua con cultivos biotecnológicos durante temporada 2014-2015.
- El estudio hizo tres proyecciones a 10 años que demuestra beneficios ambientales.
Bogotá, 23 de diciembre de 2015 – El estudio de Céleres, sobre el impacto de los cultivos genéticamente modificados en Colombia, demostró que gracias a este tipo de plantas, la agricultura del país ahorró 212,4 millones de agua durante la cosecha 2014/15.
Esa cantidad representa el consumo anual de 4.850 personas, teniendo en cuenta los datos de la ONU, que indican que el consumo per cápita anual de agua es de 43,8 mil litros al año.
Del ahorro total en la agricultura colombiana, el algodón GM (genéticamente modificado) fue el responsable del 57,6% de la reducción y el maíz GM, del 42,4%.
El ahorro se atribuye, principalmente, a la reducción del uso del agua para la aplicación de plaguicidas y otros agroquímicos.
El estudio hace una proyección a 2023/24 que indica que, si se mantiene la cantidad de cultivos GM actuales, la reducción será 758,7 millones de litros, agua suficiente para atender 17,3 mil personas en diez años.
Según el estudio, si redujéramos en un 50% la dependencia en materia prima importada, con el uso más intenso de la biotecnología agrícola moderna, la disminución del uso de agua quedará en 1,1 mil millones de litros, o 25,3 mil personas atendidas.
Las proyecciones son aún más significativas si Colombia fuese autosuficiente en el consumo de los productos seleccionados (algodón, maíz y soya) en un horizonte de diez años. El volumen de agua reducido quedaría en 2,5 mil millones de litros, lo que representa un abastecimiento para 57,7 mil personas en el período analizado.
Ante estos resultados, el estudio apunta que “la contribución de los cultivos genéticamente modificados es significativa, capaz de proporcionar beneficios en la protección de los recursos naturales, utilizando menor volumen de agua, recurso ya escaso mundialmente”.
Céleres entregó los resultados en noviembre de 2015 y llegan en un momento donde aumenta la preocupación del cambio climático y el riesgo asociado al recurso hídrico en la actividad agropecuaria.
El estudio indica “está claro que a pesar de la enorme contribución de la adopción de cultivos transgénicos, esta tecnología es parte de un manejo integrado que debe ser aplicado correctamente a todo cultivo agrícola, con el objetivo de reducir el impacto de esta actividad en el medio socioambiental”.
El estudio también analizó otros factores socioambientales como el uso del combustible, emisiones de gas carbónico y uso de ingrediente activo en productos para la protección de cultivos.
La consultora Céleres es la consultora que más investigaciones realiza sobre el impacto de cultivos transgénicos en Brasil y en otros países. El estudio fue encargado por Agro-Bio Región Andina.