El sueño de cultivar un millón de hectáreas más
“Consideramos que la propuesta del millón de hectáreas es necesaria para lograr el propósito, pero debemos ser conscientes de que el país necesita políticas estables y de largo plazo, pues el sector agro debe pensar en tener una estructura sólida para ser sostenible”, explica Rafael Mejía López, presidente de la de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC).
Esta es la meta trazada por el gobierno nacional para 2018. Con el Programa Colombia Siembra se busca cumplirla y de esta manera añadir 1,7 puntos al crecimiento del PIB agropecuario. Los gremios apoyan, pero hacen recomendaciones.
El año pasado la agricultura fue la cuarta rama de actividad económica con mejor dinamismo, con un crecimiento de 3,3%, un punto porcentual por encima de 2014, según el Dane.
Sin embargo, el 11 de agosto del año pasado, durante la entrega de los resultados del Tercer Censo Nacional Agrícola, el presidente de la República, Juan Manuel Santos, aseguró que el país “había abandonado el campo”. Ese mismo día se produjo un primer anuncio que buscaba darle un vuelco a dicho panorama al hacerse pública la meta de aumentar en un millón de hectáreas el área disponible para la actividad agrícola.
Poco tiempo después surgió Colombia Siembra, apuesta del gobierno nacional para lograr el renacimiento del campo colombiano. Este plan busca aumentar la oferta de productos agropecuarios del país y fomentar las exportaciones sectoriales con valor agregado. Para ello se requerirá aumentar el área sembrada y la competitividad.
“El cumplimiento de las metas de Colombia Siembra tendrá aportes de todos los actores involucrados, productores, gremios, industriales, comerciantes y prestadores de servicios asociados al sector. En este escenario, el Gobierno aportará $1,6 billones para Colombia Siembra entre 2016 y 2018. Este es el aporte que Minagricultura hace por medio de la oferta institucional. El cumplimiento de las metas llevará a que este aporte sea de 1,7% adicional al crecimiento anual del PIB Agropecuario”, aseguró Aurelio Iragorri Valencia, ministro de Agricultura.
Según información de esta cartera, en 2014 el área sembrada del país era de 7’131.500 de hectáreas y el propósito en 2018 es llegar a 8’131.500 de hectáreas, lo que significará generar expansión sectorial. Las previsiones oficiales son que en este periodo el PIB agrícola pase de crecer 2,3% a 6,2%, la generación de puestos de trabajo de 2’690.111 a 2’954.185 empleos y la pobreza por ingresos se reduzca de 41,6% a 35,1%.
El funcionario destacó que, a la fecha, los principales resultados del plan han sido consolidar la articulación de las entidades del sector para encaminarse hacia la búsqueda de una misma meta y alcanzar la senda de crecimiento de algunas cadenas productivas, pese a la hostilidad climática, como los cultivos de arroz, cacao y aguacate hass.
Paso a paso
Los gremios acompañan esta iniciativa gubernamental, pero advierten que el punto de partida ofrece retos.
“Consideramos que la propuesta del millón de hectáreas es necesaria para lograr el propósito, pero debemos ser conscientes de que el país necesita políticas estables y de largo plazo, pues el sector agro debe pensar en tener una estructura sólida para ser sostenible”, explica Rafael Mejía López, presidente de la de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC).
El dirigente considera que el fortalecimiento del sector implica tener en cuenta una serie de principios. Los dos primeros son: sembrar de acuerdo con la demanda y que la tierra se ponga a producir donde es conveniente. Sobre este segundo punto, Mejía dijo que Colombia Siembra contempla la construcción de los mapas de zonificación agrícola (POT territorial).
Pero Mejía adicionó otros dos: capacitar al productor para que este tenga la capacidad de administrar bien sus recursos y tener la posibilidad de convertirse en un empresario de su actividad y, por último, ofrecer condiciones preferenciales para el acceso al crédito que, en el último tiempo, ha bajado, puntualizó.
Sobre la viabilidad de que Colombia logre agregar este millón de hectáreas a la extensión de tierras aptas para la actividad agrícola, el presidente de la SAC planteó que todo dependerá de la evolución y aplicación del programa.
“El planeamiento se ajusta a nuestra visión de gremio de gremios y con los ajustes en la institucionalidad rural debe empezarse a mostrar más Colombia Siembra con políticas centradas en la producción, protección comercial, instrumentos y herramientas y acciones concretas para evaluar si es posible cumplirle al sector agropecuario en tres años”, aseguró Mejía.
Colombia Siembra tiene contradictores en el Congreso y la academia. “Es un proyecto pobre en recursos, limitado en cobertura y participación campesina, pero ambicioso en resultados; es decir, con resultados potencialmente irrisorios. El cálculo da que sería invertir $1,6 millones por hectárea en Colombia en los próximos 2 años, eso no representa ni la mitad de los recortes que se le han hecho al Ministerio de Agricultura en los últimos años por efectos fiscales”, afirma Carlos Suescún, profesor de la Universidad Nacional.
La cuenta regresiva ya inició y faltan dos años para que la promesa gubernamental de ampliar el área cultivable del país sea una realidad.
Más vale tarde que nunca
La recomendación de los organismos internacionales es que los países realicen censos cada 10 años para mantener actualizada la información y de esta forma tomar mejores decisiones. El sector agrícola de Colombia, sin embargo, debió esperar 45 años para tener una fotografía actual de su actividad económica.
De acuerdo con el ministro Aurelio Iragorri, el Tercer Censo Nacional Agrícola, realizado por el Dane, les permitió ratificar los diagnósticos sectoriales que se venían realizando en el pasado y tener claro que los principales retos se encuentran en el acceso a crédito, asistencia técnica, tenencia de la tierra y comercialización. También les mostró la disparidad en las cifras disponibles.“Los resultados del Censo muestran diferencias con las fuentes de información que se venían utilizando, y es ahí donde está el mayor reto hacia el futuro, partiendo con el Censo como línea base de la información sectorial. El reto que enfrenta el sector con la realización del Censo Nacional Agropecuario es el de fortalecer las herramientas de actualización anual de las cifras”, asegura Iragorri.