Revista Nacional de Agricultura
Edición 1057 – Abril 2025

Al momento de publicar esta edición de la Revista Nacional de Agricultura habrá transcurrido un mes desde que el Presidente Trump anunció su decisión de dar un drástico giro en la política comercial estadounidense, imponiendo aranceles a prácticamente todos sus socios comerciales y generando una ola de incertidumbre a nivel global.

En el caso de Colombia, nuestros productores de flores, café, banano, azúcar, aguacate hass, panela, cacao, tilapia, limón, aromáticas y de muchos otros productos vieron cómo de un día para otro, su esfuerzo exportador efrentaría una enorme dificultad.

En el año 2024 las exportaciones de productos agropecuarios colombianos a los Estados Unidos superaron los $4,600 millones de dólares, y el esfuerzo y el compromiso de cientos de miles de compatriotas que dependen de esos sectores ahora enfrenta un enorme reto.

Tras el “Liberation day”, la reacción de los mercados financieros globales fue inmediata y severa. Las bolsas de valores experimentaron una volatilidad extrema y caídas significativas ante el temor de una guerra comercial generalizada y sus efectos sobre el crecimiento económico y la inflación. Esta turbulencia pareció forzar una rápida, aunque parcial, reconsideración por parte de la Casa Blanca. El 9 de abril, la administración estadounidense anunció una «pausa» de 90 días en la aplicación de los aranceles recíprocos más elevados para la mayoría de los países. Sin embargo, el arancel del 10%, que afecta directamente a nuestas exportaciones, se mantuvo vigente, y las medidas contra China no solo continuaron, sino que se intensificaron. Este vaivén en tan corto tiempo no hizo más que acentuar la sensación de incertidumbre y la tensión comercial a nivel global.

Frente a este escenario, decenas de países iniciaron una ardua tarea diplomática, buscando negociar exenciones o reducciones con las autoridades estadounidenses, principalmente con la Oficina del Representante Comercial (USTR). Delegados de la Unión Europea, Japón, Corea del Sur, India y Vietnam, entre otros países iniciaron conversaciones con los Estados Unidos.

En el caso colombiano, la canciller, acompañada de las ministras de Agricultura y de Comercio, iniciaron un diálogo franco y constructivo con los representantes de los gremios de los sectores afectados por la decisión unilateral del Gobierno de Estados Unidos, y de esta manera buscar la aproximación más conveniente frente a la administración Trump. De igual manera, en la tercera semana de abril el Gobierno convocó a los representantes de sectores del agro que exportan a Estados Unidos a más de 10 reuniones en las que junto a funcionarios del Ministerio de Comercio, Agricultura, el ICA, INVIMA, Procolombia, entre otros, se discutió en detalle la situación de cada sector afectado, posibles medidas para enfrentar la situación y  alternativas de búsqueda de otros mercados y necesidades de gestión por parte de las autoridades.

Desde la SAC y sus gremios afiliados celebramos la actitud proactiva y de escucha de los funcionarios del Gobierno  que participaron en estos encuentros, y el entendimiento de los retos que requieren acciones decisivas e inmediatas para enfrentar este nuevo escenario.

Además de la importancia estratégica del mercado de Estados Unidos para la mayoría de nuestros productos, y la imposibilidad de sustituir ese mercado para otros, la clara desventaja que tienen productos como el aguacate hass, la panela y el limón frente a México, país que no enfrenta el arancel del 10%, genera enorme preocupación en cientos de municipios donde se desarrollan estas actividades. Es común oir que los importadores de nuestros productos presionan los precios a la baja a nuestros exportadores para que sean ellos los que asuman ese arancel del 10%. Sin duda, una razón adicional para buscar una pronta salida a esta desafortunada situación.

Finalmente, la decisión unilateral de la Casa Blanca, además del impacto que genera en la economía global, en los sectores exportadores de sus “socios” comerciales, también tiene una seria implicación desde el punto de vista de la arquitectura legal que rige las relaciones comerciales. Queda en entredicho el TLC con Estados Unidos y las derivaciones legales de esta situación también serán objeto de trabajo conjunto con el Gobierno Nacional.

Lo que está en juego en medio de esta tensión arancelaria, es el futuro de cientos de miles de empleos rurales que generan los sectores que tienen como principal mercado a los Estados Unidos. El Gobierno de Colombia debe enfrentar este reto con cabeza fría y sin ideologías. Y el Gobierno de Estados Unidos, al que tanto le preocupa la seguridad y la migración, también debe entender que este tipo de medidas, de profundizarse la problemática, pueden generar un impacto negativo en la generación de empleo y la estabilidad social de cientos de municipios de Colombia donde los sectores que exportan a su mercado son la principal fuente de trabajo lícito que tienen las comunidades.

Hay que ver la película completa en medio de esta tensión arancelaria.

Jorge Enrique Bedoya Vizcaya
Presidente SAC
@jebedoya