Revista Nacional de Agricultura
Edición 1058 – Mayo 2025

Cada año, millones de flores cultivadas en los campos de Colombia emprenden un viaje que culmina en un momento cargado de emoción: el Día de la Madre. No se trata solo de un gesto simbólico. Detrás de cada rosa, clavel o lirio que llega a manos de una madre en cualquier parte del mundo, hay una historia de trabajo, coordinación y compromiso con la calidad y la sostenibilidad.
Entre abril y mayo del año pasado, Colombia exportó más de 61.000 toneladas de flor fresca cortada, valoradas en USD $430 millones lo que representó un crecimiento del 18% en valor y 17% en volumen frente al mismo periodo del 2023. El destino principal fue, como cada año, Estados Unidos, que concentra el 84% del valor exportado. Le siguen Canadá, Japón, Reino Unido y Holanda, además de otros 95 países.
Pero más allá de las cifras, este es un relato que conecta el sector con los sentimientos de millones de familias. En nuestra entrega especial de Los Rostros de mi Tierra sobre el Día de la Madre, mostramos el proceso completo en un cultivo de flores: desde la siembra, cosecha y empaque, hasta la exportación de las flores que decoran las celebraciones más importantes.
El plan pétalo
Para que las flores lleguen frescas y en condiciones óptimas, es necesario que distintas instituciones trabajen de forma articulada. Esa coordinación se traduce en el Plan Pétalo, una estrategia creada en 2006 por Asocolflores que hoy lidera el aseguramiento del flujo logístico de las flores y previene delitos como la contaminación o el hurto de carga.
«Desde su creación, el Plan Pétalo ha impulsado la calidad, eficiencia y oportunidad en la exportación de flores frescas cortadas a más de 100 países», asegura Augusto Solano, presidente de Asocolflores. Y añade: “Hoy se consolida como un referente para el sector agrícola. Lo estamos fortaleciendo como un espacio estratégico de relacionamiento frente a desafíos globales como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad”.
Este plan incluye a actores como el Ministerio de Agricultura, la DIAN, el ICA, la Policía Nacional, la Aerocivil, la Supertransporte, las aerolíneas, agencias de carga, navieras y operadores portuarios. Un engranaje que asegura que el trabajo de 200.000 personas, en su mayoría mujeres, llegue a destino.
Antioquia y Bogotá, protagonistas
El 27% de las hectáreas sembradas con flores en Colombia están en Antioquia, con 2.850 hectáreas. Esta región, junto con Bogotá y Cundinamarca, lidera la producción de las especies más exportadas: crisantemos (49%), hortensias (27%), lirios y ásteres.
Desde el aeropuerto José María Córdova, en Rionegro, despegan buena parte de las flores hacia Miami. “Durante esta temporada, la operación aérea crece un 10% frente al año anterior, por la llegada de más aviones con mayor capacidad”, explica Javier Benítez, gerente del aeropuerto. “En los primeros meses del año se movilizaron más de 18.000 toneladas de carga, siendo las flores las protagonistas”.
LATAM Cargo es el mayor transportador de flores de Colombia hacia Estados Unidos. Se estima que durante esta temporada movilizarán más de 13.000 toneladas, cerca del 43% del total. “Nuestra flota de 21 aviones cargueros Boeing 767 está dedicada a garantizar que las flores lleguen frescas a su destino”, señaló Claudio Torres Faini, director comercial de Sudamérica para LATAM Cargo.
Desde su hub en Miami, las flores se distribuyen a más de 12.000 supermercados y 12.000 floristerías en todo EE. UU., generando miles de empleos directos e indirectos. De hecho, se estima que entre 150.000 y 200.000 personas trabajan en el sector floral estadounidense, muchas de ellas gracias a la importación de flores colombianas.
Flores que transforman vidas
Colombia es el segundo exportador mundial de flor fresca cortada y representa el 15% del PIB agropecuario nacional. De los 200.000 empleos formales que genera, el 60% son ocupados por mujeres, y el 55% de ellas son madres cabeza de familia.
Así lo destaca Carmen Caballero, presidenta de ProColombia: “Las flores colombianas representan nuestra riqueza natural, resiliencia y el talento del País de la Belleza. Llevamos el color y la excelencia de nuestras flores a cada rincón del planeta, generando empleo y transformando vidas”.
El sector floricultor colombiano ha demostrado que es posible crecer cuidando el planeta. A continuación algunas cifras:
- El 57% del agua usada en cultivos proviene de aguas lluvias.
- El uso de bioinsumos aumentó en 600% en la última década.
- En 2022 se sembraron más de 30.000 árboles para proteger cuencas hídricas.
- Todas las fincas reciclan y reutilizan los residuos de producción.
Estos avances han sido posibles gracias a prácticas responsables que incluyen el trabajo con proveedores, autoridades y la integración de la sostenibilidad en toda la cadena de valor.
Desde los invernaderos en Colombia hasta los hogares en diferentes parte del mundo, las flores de Colombia llevan un mensaje que trasciende fronteras: amor, gratitud y orgullo nacional.