Revista Nacional de Agricultura
Edición 1052 – Octubre 2024

María Rueda Mallarino, Gerente de Sostenibilidad – Fedepalma
María Oliva Rodríguez, Especialista Ambiental -Fedepalma
Sergio Medellín, Especialista Ambiental – Fedepalma

Colombia es el cuarto productor mundial de aceite de palma, y la palmicultura es el segundo cultivo en extensión del país, desarrollado con altos estándares de sostenibilidad. Gracias al esfuerzo continuo del sector, en 2023, el 30% de la producción nacional estaba certificada en sostenibilidad (RSPO, ISCC y/o APS Colombia). Estas 564.057 toneladas de aceite certificado reflejan el compromiso de nuestros palmicultores en la estrategia de sostenibilidad sectorial promovida por Fedepalma y Cenipalma.

Esta estrategia ha posicionado paulatinamente el aceite de palma colombiano como un producto de alta calidad, comprometido con los más altos estándares ambientales y sociales; además el 99% de los cultivos de palma de aceite en Colombia están libres de deforestación.

La COP16 es una oportunidad para promover un modelo de agricultura sostenible que integra prácticas agrícolas eficientes y respetuosas con el medio ambiente y las comunidades. Esto genera valor económico en toda la cadena y mejora la calidad de vida de las familias palmicultoras. Para aumentar el impacto, se establece un marco de gobernanza colaborativo que involucra a actores públicos, privados y a la sociedad civil, asegurando políticas y prácticas sostenibles.

Esta hoja de ruta se basa en los “Diez Principios de Aceite de Palma Sostenible”, que promueven prácticas responsables hacia los productores, el entorno natural y las comunidades locales, contribuyendo a los objetivos globales de biodiversidad establecidos en los acuerdos de Kunming-Montreal. Estos principios serán clave en la actualización del Plan de Acción de Biodiversidad del país.

En el marco del principio de “Palmicultura armónica con su entorno natural y biodiversidad”, Colombia muestra una actividad palmicultora que respeta la conservación de la biodiversidad mediante prácticas innovadoras. Desde 2012, el proyecto “Paisaje Palmero Biodiverso”, apoyado por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente, el Instituto Alexander von Humboldt y el Ministerio de Ambiente, ha documentado más de 7.500 registros de plantas y animales en zonas de producción palmera en Magdalena, Cesar, Cundinamarca y Meta. Esta iniciativa demuestra que es posible combinar la producción agrícola con la conservación, generando beneficios económicos y ambientales.

La caracterización de la biodiversidad se realizó junto con la capacitación de productores en prácticas agrícolas sostenibles, lo que resultó en una mayor disposición a adoptar prácticas agroecológicas. Esto incluye herramientas de manejo del paisaje, mejorando el diseño de cultivos y enriqueciendo con especies nativas. Como resultado, se ha promovido el flujo genético de la biodiversidad local, aumentando la resiliencia de los agroecosistemas y las áreas de alto valor de conservación, que hoy superan las 24.000 hectáreas en cultivos de palma de aceite certificados en sostenibilidad.

Bajo el lema «La COP de la Gente y la Paz con la Naturaleza», la COP 16 destaca a las comunidades rurales como actores clave en la conservación de la biodiversidad y la paz en Colombia. La diversidad biológica y cultural del país, vinculada a sus territorios, resalta la necesidad de acciones sinérgicas para conservar ecosistemas y promover el desarrollo social. En este contexto, el cultivo de palma de aceite se presenta como un caso emblemático que integra la sostenibilidad ambiental con el desarrollo social.

Desde una perspectiva social, el sector palmicultor está compuesto por más de 7.500 palmicultores, el 75% de ellos de pequeña escala, en más de 160 municipios. Generando aproximadamente 197.000 empleos directos e indirectos, de los cuales más del 82% son formales, con un ingreso promedio equivalente a 1.5 salarios mínimos. Esto evidencia la importancia de integrar la sostenibilidad ambiental con el desarrollo socioeconómico.

Las cifras mencionadas son resultado de acciones del sector, destacando el “Plan Padrino”, que acompaña a pequeños productores en la formalización laboral y en la implementación del Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo. En los últimos tres años, más de 1.500 trabajadores se formalizaron, de los cuales el 37% fueron mujeres cabeza de hogar y el 80% eran productores de pequeña escala a nivel nacional.

En el ámbito social y en defensa de los Derechos Humanos, Fedepalma se alinea con la Meta Global de Biodiversidad de “garantizar la igualdad de género (mujeres y niñas)”. Con más de 62.000 mujeres, que representan cerca del 32% de los productores de palma en el país. Fedepalma busca potenciar su aporte al sector y cerrar las brechas de género. Para ello, está desarrollando una política de equidad de género que beneficiará al sector en lo social y económico.

Participar en iniciativas como la COP16 refuerza la importancia de la producción sostenible, que concilia la actividad económica con la protección del medio ambiente y el bienestar social. Apostar por la sostenibilidad es honrar el trabajo de quienes consolidan el sector, proteger la riqueza biológica de los entornos palmeros y fomentar comunidades en desarrollo armónico. El compromiso del sector es continuar avanzando hacia los más altos estándares de sostenibilidad y ser reconocidos, tanto en mercados nacionales como internacionales, como un origen sostenible.

OTRAS INICIATIVAS

1. PROYECTO BIOCARBONO: “Implementación de prácticas bajas en carbono: una apuesta por la sostenibilidad de la palma de aceite”

Ejecutado en 2023, este proyecto se centró en implementar prácticas bajas en carbono para mejorar la sostenibilidad de la producción de palma de aceite en la Orinoquia, especialmente en Piedemonte Meta y Casanare. Fortaleció las capacidades de más de 300 pequeños y medianos palmicultores mediante un diagnóstico y pilotos de campo. Los resultados muestran que la vegetación acompañante y las coberturas leguminosas pueden secuestrar hasta 13 veces más carbono que otras coberturas. También se logró una reducción superior al 40% en las emisiones de GEI al usar fertilizantes de liberación controlada.

A través de pilotos en fincas palmeras, se ha sensibilizado a los palmicultores sobre las ventajas agronómicas, ambientales y económicas de las prácticas bajas en carbono. Los análisis sugieren que su adopción generalizada en el sector podría reducir la huella de carbono en un 27%, generando beneficios ambientales y económicos significativos para los productores.

2. MONITOREO SATELITAL DE DEFORESTACIÓN:

El compromiso del sector palmero con la conservación de bosques y ecosistemas es clave para el desarrollo sostenible. Desde 2023, se ha implementado un sistema de monitoreo satelital de deforestación en tiempo casi real, que abarca aproximadamente 18,5 millones de hectáreas (16% del territorio nacional), donde se cultivan alrededor de 600 mil hectáreas de palma de aceite.

Este sistema genera alertas sobre la deforestación en regiones palmeras, facilitando la identificación de áreas críticas y promoviendo acciones para mitigar la pérdida de cobertura boscosa. Los datos indican que el 99% de los cultivos de palma en Colombia están libres de deforestación, lo que refuerza el compromiso del sector con prácticas sostenibles. Estas iniciativas se alinean con el Acuerdo de Cero Deforestación, promoviendo una producción agrícola responsable y contribuyendo a la conservación de la biodiversidad, posicionando a Colombia como líder en la producción sostenible de aceite de palma a nivel global.

3. PROYECTO PALMICULTURA SOSTENIBLE E INCLUSIVA PARA PRODUCTORES DE PEQUEÑA ESCALA

Este proyecto busca facilitar la adopción y certificación de los principios de producción de Aceite de Palma Sostenible de Colombia (APSColombia), mejorando su acceso a mercados y el posicionamiento del sector como origen sostenible. Liderado por Fedepalma y Cenipalma, en alianza con la Corporación APSColombia y el apoyo del MinAgricultura, su enfoque es brindar asistencia técnica integral y cerrar brechas en la adopción de los 10 principios de sostenibilidad.

La implementación sigue una ruta estructurada que incluye la caracterización socioeconómica de los productores, la aplicación del Índice de Sostenibilidad (IDS) para medir la adopción de prácticas sostenibles y la elaboración de planes de acción, culminando en auditorías de verificación y la inscripción en APSColombia para obtener la certificación.

Se espera que más de 5,000 pequeños productores, que representan el 75% del sector, se beneficien de esta estrategia, mejorando su productividad y calidad de vida. A junio de 2024, se han certificado más de 310 palmicultores, el 74% de ellos de pequeña escala, que representan el 15% de la producción nacional de aceite de palma crudo equivalente. La meta es alcanzar el 100% de inclusión de estos productores en el programa, promoviendo el bienestar social y la sostenibilidad ambiental en las zonas palmeras.