Revista Nacional de Agricultura
Edición 1052 – Octubre 2024

Entrevista a Emerson Aguirre Medina, Presidente de Augura

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R.N.A.: ¿Por qué considera que es importante que el sector agropecuario haga parte de conversaciones sobre sostenibilidad y biodiversidad como las que se impulsan en la COP?

E.A.M.: Desde hace más de una década el término sostenibilidad se ha incorporado en el sector agro del país, desde el reconocimiento de la importancia de los recursos naturales, su preservación hasta prácticas que permitan el restablecimiento y control racional de su uso. El trabajador desde cada labor contribuye a la productividad, pero también se esfuerza por establecer el equilibrio entre la naturaleza y la producción, por él, por su familia y por su comunidad.

Se ha trabajado alrededor de prácticas sostenibles en el cultivo de banano que involucran: manejo integrado de plagas y enfermedades, establecimiento de coberturas vegetales que reducen la erosión de suelos; así como la implementación de fertilizantes eficientes, uso racional y ahorro del agua, la prohibición de uso de maderas nativas en empacadoras, cable vías, estibas y puentes, entre otros.

R.N.A.: ¿Qué metas del Marco Global de Biodiversidad han priorizado en sus estrategias de sostenibilidad para el sector que representan? 

E.A.M.:

Meta 2. Áreas de restauración

En Urabá de 32.793 ha sembradas, 630 ha se destinan como áreas de retiro y zonas buffer, es decir, el 2%, mientras que 1.382 ha adicionales se manejan con cobertura, y corresponden al 4% del total del área. Además, se cuentan con más de 51.580 árboles sembrados en 2023.

Meta 7.

Emisiones

De las 32.793 ha sembradas, el 24%, es decir, 8.000 ha se encuentran a la fecha certificadas en carbono neutro y todas cuentan con inventario de GEI, lo que les permite priorizar y canalizar las inversiones.

Agua

Se promueve el reúso del agua de lavado de la fruta como un componente de la huella hídrica del cultivo, que incluye cumplimiento ante la autoridad ambiental en el programa de uso eficiente y ahorro del agua, y la reducción de 400 L/caja a 25 litros/caja (caja de 20Kg aprox) de acuerdo con los períodos de recirculación. Actualmente, se busca estimar la huella hídrica bajo el concepto de la cantidad de agua dulce que se utiliza para producir un bien o un servicio, desde su origen

Meta 8. Gestión

Actualmente se cuenta con 17 estaciones climáticas que emiten información desde año 2020, donde, Augura y Cenibanano generan boletines diarios y mensuales, recomendaciones aplicadas y pronósticos para futuras acciones en el cultivo. Los productores y técnicos, tienen acceso a la información meteorológica en tiempo real  a través de la App FieldClimate.

Se han implementado en 24 fincas de la zona de Urabá, paneles solares como alternativa de energías renovables en el territorio.

R.N.A.: ¿Qué puede encontrar el Gobierno Nacional en su sector que le ayude a sacar adelante, de manera acertada, su Plan Nacional de Biodiversidad?

E.A.M.: El sector bananero se articula con los ejes estratégicos y las metas planteadas a 2030. Estamos en territorio participando en proyectos contemplados dentro de las herramientas de ordenamiento como: los Planes de Ordenamiento y Manejo de Cuencas POMCA, Planes de Ordenamiento del Recurso Hídrico PORH, los cuales, generan lineamientos con el fin de proteger la base natural de la que depende el bienestar y la productividad de los colombianos.

Entendemos que la biodiversidad, orientada desde el conocimiento, conservación, prácticas de no reforestación, fomento de hábitats de flora y fauna, dentro de otras acciones, hacen frente al cambio ambiental y mantienen la resiliencia en los sistemas socio ecológicos.

R.N.A.: ¿Cuál es el rol de la ciencia y la tecnología en sus proyectos de sostenibilidad y biodiversidad?

E.A.M.: Se busca a partir del conocimiento experimental o empírico de nuestros productores y trabajadores con las bases teóricas de técnicos de la zona articular acciones alrededor de la conservación de la biodiversidad y prácticas sostenibles.

La tecnología nos acerca a cubrir esas brechas necesarias para afrontar grandes retos, utilizando los principios de la agricultura climáticamente inteligente, incluso regenerativa, de tal manera que paulatinamente se va avanzando en las metas y nos prepara para el cambio climático con el menor impacto en productividad y medio ambiente, así como la afectación en la estabilidad laboral de los trabajadores.