Revista Nacional de Agricultura
Edición 1052 – Octubre 2024
Isabel Cristina Yoshioka T
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El cambio climático es uno de los problemas ambientales globales más destacados y la evaluación de su impacto en la agricultura es relevante ya que el sector contribuye entre el 30% y el 40% de todas las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero (GEI). Para cumplir con los requerimientos del mercado se emplean indicadores ambientales como la Huella de Carbono (HC), herramienta que busca identificar fuentes de emisión (FE) y contabilizar GEI en (Iriarte et al., 2014), con la finalidad de conocer el desempeño del proceso productivo y establecer alternativas de disminución y manejo eficientes que garanticen el desarrollo de métodos amigables con el ambiente. (Reyes et al., 2021).
La estimación de gases efecto invernadero GEI, le ha permitido al sector bananero comprender sus procesos, establecer y priorizar cuales son las fuentes de emisión más significativas y sobre las cuales se debe centrar la gestión.
El marco normativo de esta iniciativa está basado en el acuerdo de Paris, firmado en 2015 en el que se estableció el compromiso mundial de la reducción en los GEI, posteriormente en 2017, Colombia genera la Política Nacional en la que se exponen los lineamientos para la gestión del cambio climático, en el decreto 926 del mismo año se crea el mecanismo de impuesto al carbono y con la Ley 1931 de 2018 se crea el régimen de incentivos tributarios a los cuales pueden acceder empresas que realicen acciones concretas de adaptación y mitigación del cambio climático. Para complementar las acciones y transversalizarlas con las que realizan todas las personas naturales o jurídicas en Colombia se menciona la ley 2169 de 2021, donde se establecen las metas y medidas mínimas de carbono neutro.
En el año 2022, Augura realizó un piloto con 10 fincas, realizando 5 visitas por finca y 3 horas por cada visita, iniciando con una conceptualización teórica basada en la norma internacional ISO 14064-1 “Gases de efecto invernadero-Parte 1: especificación con orientación, a nivel de organizaciones, para la cuantificación y el informe de las emisiones y remociones de gases de efecto invernadero”.
En las primeras visitas se llevó de la mano al productor en aspectos como: definición del alcance, identificación de las fuentes y subfuentes de emisión, recolección de datos de las actividades, dar a conocer las diferentes plataformas que existen para la estimación.
En las sesiones posteriores, se enfatizó en el ingreso de datos, con el fin de llegar finalmente a la estimación de GEI, transformar emisiones a CO2e (CO2equivalente), y posteriormente cada finca debió determinar sus acciones de reducción, mitigación a mediano o largo plazo.
Lo más importante es que el productor tenga la conceptualización, así podrá tener autonomía en el conocimiento, además que determine la importancia de la veracidad de los datos requeridos, la interpretación adecuada de los resultados y como estos pueden variar dependiendo de las acciones implementadas.
También se les dio a conocer las diferentes medidas de reducción y compensación con el fin de abrir la posibilidad incluso de certificación carbono neutro y/o carbono positivo.
Los resultados apuntan a que la principal fuente de emisión es la aplicación de fertilizantes nitrogenados, algunas clases de cales y materia orgánica, posteriormente con un 9% los productos de mantenimiento que hace referencia a recarga de extintores, en tercer y cuarto lugar con un 8% y 7%, la disposición de residuos sólidos y el consumo de electricidad, respectivamente. Las combustiones móviles y estacionarias y de equipos también suman a la estadística.
La aplicación de fertilizantes en el sector agrícola es un factor determinante en la productividad de cualquier cultivo, el mensaje con la obtención de estos resultados es realizar un trabajo arduo que integre elementos de agricultura y riego inteligente donde todos los elementos se interrelaciones y exista un óptimo aprovechamiento de los nutrientes por parte de las plantas.
Vale la pena detenerse en que la disposición de residuos sólidos en las fincas se realiza a través de las empresas de aseo de la zona y cuyo punto de confluencia para realizar la disposición es el relleno sanitario, por lo tanto, una buena práctica es realizar una adecuada separación en la fuente y disminuir al máximo la cantidad de residuos que se lleve el carro recolector.
Por otro lado, las empresas vienen instalando paneles solares, utilizando la infraestructura que tienen en las plantas empacadoras de banano, como alternativa energética, abasteciéndose en su totalidad y además generando kilovatios para la venta.
Actualmente, en la zona de Urabá cerca de 8000 ha sembradas cuentan con certificación en carbono neutro, es decir el 24% del área total sembrada en 2023. (augura, 2024) y el resto cuentan con su inventario de GEI (huella de carbono).
BIBLIOGRAFIA
Augura. (2024). Coyuntura bananera 2023 (Capitulo e, pp. 24-37).
Reyes, C., Fernanda, M., Santamaria, R., Bonilla, M. I., Fernanda, L., & Uribe, P. (2021). Evaluación del desempeño ambiental de la producción de banano tipo exportación en el Campo Experimental de AUGURA para generación de propuestas de producción limpia.
Iriarte, A., Almeida, M., Villalobos, P., (2014). Huella de carbono del banano de exportación de calidad premium: estudio de caso en Ecuador, el mayor exportador mundial.
OTRAS ACCIONES
1. Proyecto CSICAP
El sector bananero hace parte junto con otras cadenas productivas del proyecto en “Iniciativas climáticamente inteligentes para la adaptación al cambio climático y la sostenibilidad en sistemas productivos agropecuarios priorizados en Colombia” (CSICAP, por sus siglas en inglés) que ha sido formulado por el Ministerio de Agricultura (MADR), con el apoyo técnico de la alianza entre Biodiversity International y CIAT, AGROSAVIA y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), como agencia acreditada ante el Fondo Verde del Clima (GCF).
El objetivo general del proyecto es reducir la vulnerabilidad de la producción agrícola a las amenazas climáticas para minimizar sus impactos en la competitividad del sector agrícola y tener una disponibilidad adecuada y estable de alimentos de calidad mediante el fortalecimiento de la gestión del riesgo climático, al tiempo que se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero de la producción agrícola.
2. Prácticas sostenibles
Cumpliendo con las expectativas del mercado del banano de exportación, se hace necesario implementar y verificar practicas sostenibles enmarcadas en los programas de certificación.
Rainforest Alliance promueve a que el producto que se empaca en las fincas bananeras proviene de prácticas ambientales, sociales y económicas sostenibles, se trabaja junto con el agricultor (personas) y la naturaleza en armonía.
Fairtrade impulsa el mejoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores, fomenta relaciones comerciales a largo plazo, lucha contra la discriminación, trabajo forzoso, violencia de género, entre otros.
GRASP ratifica el compromiso social que deben tener los empresarios con sus trabajadores relacionados con una remuneración en el marco de la ley colombiana, pago de horas extras, descansos, libertad de asociación, contratos de trabajo y otros relacionados con las practicas sociales y laborales empresariales.
3. Programa Relimpia
La zona de Urabá cuenta con una gran cuenca hidrográfica donde confluyen 61 fuentes hídricas, que hace parte del área de influencia del Río León.
Esta red hídrica deterioro gradual a causa de fenómenos naturales y la intervención antrópica, que pone en riesgo las características hidráulicas de los mismos, las especies de fauna y flora y se agudizan fenómenos ambientales como las inundaciones, deformación del cauce, aumento en tasa de sedimentación, erosión, entre otros.
AUGURA, desarrolla desde el 2017 el “Programa Relimpia” cuyo objetivo es remover manual y mecánicamente (con retroexcavadora y/o draga) todo tipo de sedimento, rama, tronco, raíz o residuo que pueda obstaculizar el libre paso del agua hacia su afluente principal.
Dentro de los principales resultados del programa, se ha logrado una intervención de 1.144.923 metros lineales, y una extracción fue de 163.847 kilogramos de residuos ordinarios, extracción de madera fue de 10.916 m3, 3.684 unidades de enseres y llantas y 103 capacitaciones a comunidades de área directa e indirecta.