Revista Nacional de Agricultura
Edición 1035 – Abril 2023
La DICAR expuso los resultados de las labores de acompañamiento a 36 gremios de la producción de alimentos del país como parte de su plan padrino de seguridad rural.
El pasado 18 de abril, el director de Carabineros, Coronel William Castaño Ramos, junto al subdirector, Teniente Coronel Gustavo Chaparro, y miembros del equipo, se reunieron con el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, Jorge Enrique Bedoya, para compartir los avances de su estrategia de acompañamiento a 36 gremios y empresas del sector agropecuario y agroindustrial, tanto afiliados a la SAC, como otros pecuarios y agroproductivos del país.
La DICAR estructuró la estrategia de apadrinamiento en los últimos tres meses del año pasado, tiempo en el que designó 26 padrinos para 36 gremios y agroindustriales; estos realizaron mesas de trabajo y acercamiento con los representantes sectoriales y empezaron la identificación y acompañamiento según las necesidades de seguridad rural.
Las cifras expuestas muestran que este plan le ha permitido a la DICAR, en lo corrido del año, ejecutar “868 acciones” como son “520 patrullajes, 135 incautaciones, 123 reuniones, 35 visitas a instalaciones, 30 capacitaciones y 25 capturas”.
Además de los primeros avances, la Dirección de Carabineros destacó cómo sus labores se han empezado a focalizar en el último tiempo en la protección del medioambiente y los recursos naturales del país, que sin duda impactan, directa o indirectamente, a la ruralidad y el sector agropecuario.
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La leyenda de Comején
Entre muchas historias que integran la larga trayectoria de la Policía de Carabineros de Colombia (nacida en 1841, antes del mismo nacimiento de la Policía Nacional en 1891), se destaca el suceso del 16 de febrero de 1971, cuando en medio de una asonada en la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, apuñalaron en varias oportunidades a Comején, un caballo del escuadrón encargado de hacer frente a los disturbios. A pesar de que el caballo quiso resistir, los manifestantes le tiraron bolas de cristal que, al ser pisadas por el caballo, lo hicieron caer. Su jinete, el teniente Mazulán Martínez, trató de levantarlo, pero el dolor del animal era evidente. Entre lágrimas, la decisión fue desenfundar la pistola y darle un tiro mortal. Esta es una leyenda expuesta en las oficinas de la DICAR y que integrará el museo de la Policía Nacional.