Revista Nacional de Agricultura
Edición 1030 – Octubre 2022
Seguramente, la subida en la tasa de cambio generará mayores costos en la producción de comida en nuestro país.
Que el dólar haya superado los $5.000 es un problema que se suma a la alta inflación, a la subida de las tasas de interés y al fenómeno de La Niña, que se extenderá hasta final del año, para crear una tormenta perfecta para el sector agropecuario.
Para producir las 73 millones de toneladas de comida que se consumen anualmente en Colombia, se deben importar más de dos millones de toneladas de fertilizantes, que son críticos para producir alimentos como el arroz, la papa y el plátano, para los que estos insumos representan hasta un 48 % de sus costos totales de producción, y por supuesto, están sujetos al comportamiento del dólar y a los precios internacionales.
No es diferente para los productores de proteína de origen animal, ya que el cerdo, el pollo, el huevo y la acuicultura requieren de más de ocho millones de toneladas de maíz amarillo, frijol de soya y torta de soya -base del alimento para animales- y que también, al ser importados, están sujetos a las volatilidades de la tasa de cambio y el mercado internacional.
Según cifras del Dane, en enero-agosto de 2022 importamos 11 % menos de fertilizantes que el mismo periodo de 2021, pero un 94 % más caros.
Para el caso concreto de la urea, el valor en dólares de la tonelada importada en el periodo enero-agosto 2022 aumentó 130 % respecto al mismo periodo de 2021, y asimismo su precio nacional subió un 88 %. La tonelada importada en dólares de KCL subió 97 %, y el precio nacional, 83 %. La importación de NPK escaló 70 % en su precio en dólares, y su precio nacional, 89 %, de acuerdo con cifras del Dane y del Ministerio de Agricultura.
En ese efecto contagio, para productos como el arroz, la papa y el plátano, por ejemplo, para los que los fertilizantes pesan hasta un 48 % de los costos de producción, esa subida se puede traducir en una asfixia para el productor y, posiblemente, en mayor costo para el consumidor final.
Que el dólar haya superado los $5.000 también impacta en la producción de proteína animal. Para ello se requiere un alimento concentrado a base de maíz, frijol de soya y torta de soya. El valor en dólares por tonelada importada de estas materias primas subió, entre enero-agosto de 2022, un 17,37 %, 16,40 % y 11,84 % respectivamente, frente al mismo periodo de 2021.
Este alimento concentrado pesa en promedio un 78 % del costo de producción del cerdo, un 70 % en la producción del pollo y el huevo, y también de la acuicultura.
En conclusión, la subida de la tasa de cambio seguramente generará mayores costos a la hora de producir comida en nuestro país.
Desafortunadamente, todo indica que continuará esta tormenta perfecta para los productores de alimentos. Una tormenta que inició en 2021 con la crisis de las cadenas de suministro a nivel global que generó presión en los costos internacionales de los productos.
Luego, el 24 de febrero de este 2022, la situación se agudizó con la invasión de Rusia a Ucrania, con lo que se desbarató el mercado de insumos.
Como si fuera poco, el incremento en las tasas de interés, que encarece el crédito que necesitan nuestros productores, también golpea las estructuras de costos.
De esta forma, la tormenta podría extenderse en lo que resta del año, e impactar también el comportamiento de los precios de los alimentos en el primer semestre de 2023.
Tranquiliza que en la actualidad no existe desabastecimiento de productos alimenticios para los colombianos. Sin embargo, hay que hacer un seguimiento muy detallado a todas las variables mencionadas, para prevenir situaciones que puedan complicar la viabilidad económica de los productores y la salud financiera y nutricional de los consumidores, particularmente de los más vulnerables.
Desde la SAC continuaremos estructurando propuestas de política pública al Gobierno y al Congreso para que se puedan mitigar al máximo posible los impactos de esta tormenta. Eso sí, para poder mitigar esos impactos, el Gobierno requerirá decisión política y chequera! Muchos de los instrumentos requeridos ya existen.
Nota del editor: Los valores presentados son al 2 de noviembre, cuando se escribió esta columna.