Revista Nacional de Agricultura
Edición 1046 – Abril 2024
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El programa de entrevistas de la SAC, ‘Es el momento del campo’, desarrolló una maratón de conversaciones con los representantes de los sectores afiliados a la Sociedad de Agricultores de Colombia para hablar sobre los ejemplos de sostenibilidad ambiental, social y económica de cada subsector de la producción agropecuaria y de las empresas de bienes y servicios para los productores; esto, de cara a la COP16, la cumbre de biodiversidad más importante del mundo que se realizará este año en la ciudad de Cali y que será la oportunidad para seguir visibilizando las contribuciones del sector en materia de lucha contra el cambio climático, protección de la biodiversidad, aportes a la transición energética y la investigación que cada institución ha realizado por años para contribuir al desarrollo rural; conocimiento que es vital transferir a los productores a través de la asistencia técnica.
En esta segunda entrega recopilamos los mensajes principales de las entrevistas de la Maratón SAC, a los presidentes, directores y gerentes de la Cámara Procultivos ANDI, Fedeacua, Asoleche, Fedepalma, la SAG Valle, Asbama y Fedepanela.
María Helena Latorre
Directora Ejecutiva de la Cámara Procultivos de la ANDI
Como representante de la industria de protección y nutrición para cultivos, ¿cuáles son las apuestas de este sector por aportar a una agricultura sostenible en un contexto de crisis climática global?
Frente a la crisis climática hay necesidades enormes en el mundo y una de ellas es quizás la más importante: alimentar a muchas personas. Nosotros tenemos un crecimiento poblacional como un taxímetro, todos los días y a ese ritmo no se da el crecimiento de la tierra o de la frontera para poder sembrar los alimentos para alimentar tantas bocas. Además están las exigencias de los consumidores actualmente; muchos desafíos frente al cambio climático nos exigen a los actores que estamos interesados en el agro en apuntarle y apostarle a la agricultura sostenible.
En Procultivos principalmente le estamos apostando a mejorar la productividad en los cultivos, eso significa que se logren más cosechas, más rendimientos en la misma área de cultivo y eso se puede hacer gracias a las tecnologías que tenemos en los afiliados de la Cámara.
Otro tema es enfocarnos y concentrarnos celosamente en la gente porque en Colombia el 80% de los productores agrícolas son pequeños agricultores y si uno no penetra esos seres para que ellos descubran la grandeza, el potencial que tienen, porque pueden ser empresarios, pueden usar la economía solidaria que es la asociatividad para volverse una mediana empresa o una grande empresa y eso no lo pueden hacer si no se trabaja con ellos y por ellos.
¿Qué les preocupa de las regulaciones internacionales sobre insumos que se producen para un país tropical como Colombia?
Que no reconozcamos que aquí hay una cultura tropical, que tenemos todas las plagas, todas las enfermedades, todas las malezas, así como también todos los climas, los suelos; somos diversos en todo en una agricultura tropical, y entonces no podemos decirles a las plagas: “no, Colombia ahora quiere ser como Europa que tiene estaciones, no molesten a estas fincas porque nos vamos a volver europeos”. No: las plagas no van a tener distinción ni de políticas. Las plagas van a entrar y van a acabar con nuestro cultivo o asimismo las enfermedades, entonces a veces cuesta decirles a las personas que nosotros no somos un país con estaciones con las que uno puede controlar una plaga de forma diferente a un lugar que tiene todos los climas al tiempo como nos pasa en Colombia.
Necesitamos es acompañar al campo, buenas prácticas, manejo integrado de cultivos, tecnologías; necesitamos con urgencia trabajar para que lleguen ahora los bioinsumos y completar el paquete pero no para sustituir pues eso sería el acabose porque a punta también de solo bioinsumos no vamos a lograr sacar adelante las productividades y los cultivos que nos merecemos para ser la proveeduría de alimentos del mundo.
¿Por qué es importante que los agricultores se acerquen, aprendan y adopten cada vez más el uso de bioinsumos y qué tan abiertos están a esto?
Si hay acción participativa en donde se respeta la autonomía del autoaprendizaje, que se desaprende y se reaprenda, ellos cambian sus prácticas y sí las adoptan. Es fundamental que desde la finca ellos mismo sepan si están colocando en riesgo el medio ambiente y cuando se dan cuenta de que lo pueden cuidar con el uso de los productos para la protección de cultivos, con el uso de los bioinsumos, hay un cambio.
Sobre los bioinsumos, hay que integrarlos, es muy equivocado cuando les decimos que es la sustitución de, por ejemplo, productos químicos porque es como si a nosotros los humanos nos dijeran, en la analogía, “ustedes van a dejar de usar medicamentos porque cuando se enfermen solo pueden usar aromáticas”. Lo importante es usarlos bien y como estos productos, los que están para la salud vegetal, para los cultivos, tienen todo el respaldo de investigación y desarrollo.
Los productores usan bien los bioinsumos, usan bien los químicos, se van midiendo con una autogestión de indicadores ambientales y se van dando cuenta de que además de tener un mejor cultivo, que es inocuo porque se le hacen mediciones de residuos, son productos que se pueden consumir porque lo dice la analítica de los laboratorios, y entonces ellos pueden vender cosechas mucho más bonitas, que se hayan polinizado (…) van a capturar más mercado y van a poder ganar justamente, sobre todo los pequeños agricultores que son también nuestro foco.
Cuando se habla de biodiversidad y de insumos agrícolas, muchas voces mencionan a las abejas, ¿cuál es la apuesta de la Cámara Procultivos para poner a conversar a los agricultores y apicultores?
Nosotros le apostamos a una meta que tenemos en biodiversidad y es proteger a los polinizadores. La agricultura y la apicultura pueden estar juntos y deben estar juntos.
Primero, si lo vemos desde el punto de vista económico para los agricultores, el polinizar con abejas pero no de forma accidental, sino polinización dirigida, que es que de acuerdo al área y de acuerdo al cultivo, sale un cultivo mejor, más grande, de mejor olor, de mejor color y demás. Por ese servicio el apicultor puede cobrarle al agricultor, eso no se conoce el país y eso es lo que hace la Cámara Procultivos, que vean la bondad de trabajar juntos.
Se puede aumentar, por ejemplo, hasta el 100% productividad en el aguacate, y ya está comprobado científicamente que la polinización de las abejas aumenta un 100% el rendimiento de las cosechas. O sea si de mi hectárea saqué 8 toneladas y en la otra cosecha he puesto polinización, ya puedo sacar 16 toneladas de una vez. Esto para un agricultor es que va a ganar más plata, no le va a doler pagarle al apicultor y adicionalmente, al saber que está junto al apicultor y que en algún momento tiene que usar un producto químico, ya tienen comunicación. Es que así de divorciados o de escondidos no podemos trabajar.
Carlos Robles
Director Ejecutivo de Fedeacua
¿Cuáles son los retos que asume como nuevo director de Fedeacua?
La Federación cuenta con cuatro capítulos, uno muy fuerte en el componente de tilapia que es el capítulo sur-colombiano, por supuesto con una representación muy importante del departamento del Huila en términos de producción, pero con representación en otras regiones como los Llanos orientales, la región Caribe y la región Andina. Ahí tenemos un ejercicio, un reto grande para lograr mayor representatividad de esos acuicultores medianos y pequeños.
Una cifra, por ejemplo, que se maneja de manera oficial es que son cerca de 36.000-37.000 productores acuícolas, con una generación de empleo importante y una seguridad alimentaria para las regiones. Queremos trabajar de la mano con el gobierno, con los gobiernos territoriales en esos procesos de acompañamiento; ¿cómo?, con la experiencia que tenemos desde Fedeacua en la gestión de recursos, en la ejecución de proyectos.
En los temas sanitarios, el año pasado se inició una situación compleja en la producción de tilapia por un estreptococo que no es una zoonosis, no afecta a los humanos al consumir este tipo de productos, pero de todas maneras los daños económicos han sido enormes, fundamentalmente en los departamentos donde se produce tilapia como el Huila o la región Caribe. Tenemos todavía un camino por andar en términos de mejorar la capacidad de diagnóstico, el análisis de muestras y la oferta de vacunas.
Cerrándose de a pocos la temporada del fenómeno de El Niño y a propósito de esa situación sanitaria, ¿qué están haciendo los acuicultores para contener la situación?
Total monitoreo diario por parte de los productores y articulación con las entidades de gobierno. Existe una mesa de trabajo que lidera el Ministerio de Agricultura donde semanalmente se está revisando la situación. Por ejemplo, para el caso de Betania, hay un reporte por parte de la empresa de energía que administra la represa que diariamente nos dice cómo son los niveles de los embalses tanto del Quimbo como de Betania, porque en el Quimbo no hay producción acuícola pero como está antes de Betania, es como un elemento de amortiguación de los niveles del embalse.
Con las otras regiones, igualmente preocupaciones pues dependemos fundamentalmente del periodo de lluvias. Conversaba con los productores de trucha en el lago de Tota y (…) hay una preocupación diaria en términos de las condiciones de abastecimiento de agua.
La acuicultura del Lago de Tota en Boyacá es un ejemplo de economía circular y sostenibilidad del sector, ¿cuál es la apuesta en esa materia desde Fedeacua?
Son siete empresas que tienen el permiso y la concesión para estar dentro del lago de Tota, también el permiso ambiental. Lo que ha sido el esfuerzo y la inversión de estas siete empresas para producir de manera sostenible la trucha han sido enormes; el monitoreo de calidad de agua, el monitoreo de la misma producción, las inversiones en las plantas de proceso, todas estas plantas que hay alrededor de estas empresas tienen certificación del Invima.
El monitoreo de los productores nuestros demuestra cómo se está haciendo un manejo adecuado totalmente sostenible, de economía circular. Se recogen los desechos permanentes y se procesan en plantas en tierra para obtener por ejemplo abonos o preparadores de tierra para uso en otros cultivos agrícolas, fertilización de pastos, etcétera. Igualmente el tratamiento de las aguas. Es un ejercicio de contar y demostrar (…) Esos intercambios de experiencia son muy importantes porque nos ayudan a fortalecer la cohesión como gremio, a contar las experiencias y a que tengamos una mirada mucho más integral de lo que es la acuicultura colombiana.
¿Cuál es la proyección de producción y exportación del sector acuícola para este 2024?
Este sector todos los años crecía entre el 8 y el 10%. El año pasado las cifras que hemos venido revisando en el marco del Consejo Nacional de la cadena de acuicultura indicarían un crecimiento que no supera el 5% y más concretamente del 4,7 con una cierta reducción en ese crecimiento en departamentos como el Huila, en Costa Caribe, en Atlántico por el tema sanitario. Esperamos lograr recuperar este año ese nivel de crecimiento anual que presentábamos superando el fenómeno de El Niño en el cual estamos. El año pasado tuvimos una producción cercana a 210.000 toneladas. Esperamos que por supuesto la producción esté por arriba, continuar con la senda de las exportaciones.
Quisiera mencionar también el tema del pangasius. Colombia es un importador de este producto. Hemos venido desarrollando de manera conjunta un documento técnico con elementos socioeconómicos y con elementos de regulación para poner sobre la mesa de las decisiones que el país debe tomar. También tenemos información de que en el país ya hay acuicultores que lo utilizan, de tal manera que sí hay que dar ese paso; es una alternativa productiva, conocemos la regulación ambiental, pero la invitación por lo menos desde Fedeacua es que el Gobierno Nacional dé el paso a que permita que el pangasius sea un recurso pesquero y entre dentro de lo que es la administración de un recurso pesquero bajo el paraguas de la AUNAP y regularizar lo que ocurre en el país.
La noticia para su sector este mes es la creación de la Cadena de Acuicultura, ¿cómo va a funcionar y qué rol tendrá Fedeacua en esa instancia?
El 2 de abril, mediante la resolución 086 expedida por el Ministerio de Agricultura se hizo la inscripción formal de la Cadena Colombiana de Acuicultura y se formalizó el Consejo Nacional de la Acuicultura. Eso es un logro que quiero destacar y resaltar el trabajo del mismo Ministerio, de los funcionarios, de la AUNAP y del sector privado. Ya tenemos formalmente la cadena inscrita y a partir de ahora todas las sesiones que se harán, serán el paraguas de una cadena formalizada y el plan de acción que hemos venido trabajando a lo largo de estos últimos años ya va a ser la carta de navegación de la acuicultura en Colombia con elementos para investigación, elementos sanitarios, de formalización, de instrumentos de apoyo.
El Consejo es el espacio de discusión y de apoyo a la formulación de la política por parte del Gobierno Nacional en términos de desarrollo de la acuicultura en nuestro país. Acuicultura vista como un clúster productivo que tiene importancia en producción primaria, en agroindustria, en transformación, porque inclusive en el Consejo de la Cadena están representados todos los eslabones, la industria de alimentos, la industria de provisión de insumos, de producción de semilla de alevinos, la etapa de engorde, las plantas de procesamiento y el componente de exportación, más el gobierno; está el Ministerio de Agricultura, Comercio, el ICA, el SENA.
Ana María Gómez
Presidenta de Asoleche
En junio se realizará en Medellín el 11° Congreso Internacional de la Industria Láctea, ¿cuáles son las líneas generales de la agenda del evento?
En el Congreso de Asoleche el ADN es poder integrar a los distintos actores de la cadena láctea, no solamente a la industria y este año sí que queremos darle enfoque de una integración donde con todos los actores, comenzando con los productores, luego con la industria transformadora, con los comercializadores y finalmente con el consumidor, se genera realmente un valor. En lo que llevo en el sector he visto que respecto de ciertos temas hay unos fraccionamientos en cuanto a los intereses y lo que nosotros estamos proponiéndoles a todos los actores de la industria es que son más los temas que tenemos en común y que nos unen que los que nos puedan separar.
Lo que hemos hecho es tomar temas tan importantes como la visión macroeconómica del sector en Colombia; nuevos modelos de comercialización; nutrición; cómo las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial pueden incorporarse a toda la cadena para generar valor; en fin queremos que haya una serie de temas que sean de interés para toda la cadena.
El congreso va a ser en Medellín y ese punto es importante porque tradicionalmente había sido en Bogotá y quisimos llevarlo a Antioquia esta vez porque la región es en términos de acopio la que más volumen está aportando a la producción; segundo porque definitivamente eso es algo que queremos reconocer: las prácticas tanto de producción como de manufactura en Antioquia tienen un liderazgo y unos temas de calidad importantes de los cuales hay que aprender. Pero además justamente siguiendo este tema de integración de la cadena, si bien sabemos que nuestra cuenca del altiplano es sumamente importante y fuerte, lo es la de Antioquia, entonces el desafío que nos estamos planteando es ir por las zonas lecheras del país con el Congreso.
Asoleche insiste en la preocupación por la reducción del consumo, ¿de cuánto ha sido esa reducción en el último año y cuáles son los factores que han influido en ese comportamiento?
El desafío más grande que tenemos es ese y alrededor de consumo se generan una serie de dinámicas y de problemáticas que es necesario abordar, pero para dar unas cifras generales, en Colombia en el 2022 el consumo cayó un 9% y en el 2023 un 6%; se pregunta uno bueno y esto a qué se debe: el tema de seguridad alimentaria no es un tema exclusivo de los lácteos pero el tema de leche y sus derivados es un bloque fundamental en nutrición de niños y de adultos de tercera edad.
Aquí hay una multiplicidad de factores pero hay uno que es evidente y es la situación económica y la capacidad adquisitiva del consumidor.
Hay otra realidad que afecta el consumo y son nuevas tendencias en nutrición. Si bien nosotros respetamos mucho eso, como Asoleche somos abiertos e inclusivos, creemos que no se puede generalizar. Hay tendencia con el consumo de bebidas vegetales que porque la leche me cae mal y se generaliza y se deja de lado un valor nutricional que es absolutamente crucial e importante sobre
todo en los niños para quienes se generan una serie de capacidades y de desarrollo a nivel biológico, a nivel físico, a nivel mental, intelectual, que son absolutamente claves.
Esta es una problemática que hay que mirar con una lente transversal, es decir, esto no es un problema solamente de la industria, del ganadero, del comercializador o del consumidor. Es un desafío que tiene una incidencia importantísima en el tema de desarrollo de salud de los programas de hambre en el país, pero además de desarrollo económico. El Gobierno también tiene una mano muy importante aquí.
Dentro de la industria también hay muchas discusiones sobre los lactosueros, ¿qué mitos hay sobre ese tema?
El lactosuero es un derivado del procesamiento de la leche. Todos hemos visto que cuando se va a hacer una cuajada uno coge el litro de leche, se le echa el cuajo y esto suelta un agua, eso es el lactosuero, es un derivado del procesamiento de la leche para producir por ejemplo algunos tipos de queso. Ese subproducto tiene un valor nutricional importantísimo. Por supuesto que no es el mismo que la leche, pero el lactosuero no deja de ser un alimento aunque tiene un perfil nutricional distinto. Eso sí, lejos está de ser un veneno o de una cosa que daña.
El lactosuero es ampliamente usado en la industria alimenticia no solamente colombiana sino del mundo por ejemplo en nutrición deportiva, pues todas estas proteínas en polvo que utilizan los deportistas para mejorar su rendimiento, masa muscular, la gran mayoría tiene base en lactosuero. Los derivados lácteos como bebidas para niños, tienen base en lactosuero; los quesitos saborizados, los que tienen aspecto de compota. Es decir, tiene unos valores nutricionales importantes.
Sí hay un desafío que ha tenido la industria, y no quisiera decir que es una práctica generalizada porque no lo es, y es que no se debe vender como leche un producto que no es leche. Pero estamos hablando de un tema de información al consumidor y no de un tema de una adulteración con peligro para la salud humana, es un tema incluso, me atrevería a decir, de economía circular, de utilizar todo lo que tenemos de la producción de leche.
Nosotros como gremio sí apoyamos todas las medidas que expide el Gobierno, el legislativo, las autoridades regulatorias dando esas pautas de lo que es un tipo de alimento.
Nicolás Pérez Marulanda
Presidente de Fedepalma
En Colombia, los pequeños productores son eje fundamental de la producción palmera y de sostenibilidad, ¿Cómo gerencia Fedepalma el Fondo de Fomento Palmero en beneficio de esos pequeños productores?
Mucha gente asocia el sector palmero con un sector solamente de grandes empresas; ciertamente es un sector agroindustrial y tenemos una participación y un liderazgo definitivo de empresas grandes que son las que han ido abriendo el camino para el crecimiento de esta agroindustria, pero más del 80% de los cerca de 7.600 productores de palma del país son de pequeña escala. Esos productores tienen en promedio entre 8 y 9 hectáreas de Palma que están ubicados en la mayoría en las zonas central y norte, el municipio de Tumaco.
Sobre las inversiones del Fondo de Fomento, un principio fundamental de esto es que deben ir dirigidas a temas que sean de beneficio transversal y común a todos; de ahí que tres de cada cuatro pesos de la parafiscalidad palmera se inviertan en temas de investigación y transferencia de tecnología. Nosotros tenemos nuestro centro de investigación, Cenipalma, que tiene más de tres décadas de experiencia en el sector y su rol fundamental y función primaria es encontrar soluciones a los problemas prácticos que tienen los palmeros.
Hay unas cuatro líneas gruesas de trabajo como mejoramiento genético; la nutrición; una tercera clave conectada con el tema de la sostenibilidad es el manejo del agua y su uso eficiente; y el cuarto elemento conectado con el primero es el tema de plagas y enfermedades que son pues muy propias en algunos casos de las distintas regiones. Todo ese conocimiento transversal, son de beneficio común. El quid del asunto diría yo es la transferencia de tecnología.
Las exigencias de los mercados internacionales en materia de sostenibilidad y la transición energética en Colombia, pueden representar una gran oportunidad para la palma. ¿Qué acciones que vienen desarrollando en estos temas?
Hemos podido demostrar con cifras el compromiso de cero deforestación a medida que hemos ido certificando productores a nivel internacional y a medida que hemos ido mostrando el impacto positivo que ha tenido la palma de aceite en el desarrollo de regiones, de municipios, en calidad de vida de las personas. Creo que se ha roto un poco ese prejuicio y han empezado a ver con otros ojos a Colombia. Es una tarea dificilísima porque como te dije, el prejuicio está muy arraigado y las personas normalmente lo primero que se les viene a la mente cuando les hablan de aceite de Palma son temas complejos desde el punto de vista ambiental, entonces es un esfuerzo de largo aliento.
La ventaja es que cuando el productor tiene en el ADN del modelo de negocios la sostenibilidad, pues progresivamente puede ir por la vía de contar la historia, de hacerle un poco de mercadeo a nuestro sector sobre esa nueva realidad que ya es demostrable.
Ya que van a cumplir los 100 años, ¿qué creen que es urgente que se resuelva para los productores del país?
Hay mucha gente que también desconoce que en Colombia los biocombustibles existen desde hace ya cerca de dos décadas, y particularmente el 10% del diésel que se consume en este país tiene mezcla con un biodiesel que es producido exclusivamente a partir del aceite de Palma, o sea que la contribución de este sector a la transición energética comenzó mucho antes de que se estuviera hablando de este tema. De ahí que cuando el gobierno actual priorizó en su agenda el tema de la transición energética justa, pues lo primero fue visibilizar el aporte concreto medible que los biocombustibles hoy en día le están haciendo a esa transición.
En el camino surgió el tema de los biocombustibles avanzados y allí hay dos grandes grupos: el diésel renovable, que es un sustituto perfecto del diésel fósil, es decir que ya no es para mezclar sino que lo puede sustituir completamente, y uno muy interesante del que se ha estado hablando recientemente son los biocombustibles sostenibles de aviación. La aviación es uno de los principales generadores de gases de efecto invernadero y en la mayoría de países desarrollados, sus metas de reducción de gases de efecto invernadero pasan por la descarbonización de la industria aeronáutica.
En el caso colombiano hemos visto con mucha atención este nuevo mercado que se abre y venimos trabajando para hacer elegible a la palma de aceite colombiana y a la biomasa de la palma de aceite colombiana como materia prima para producir esos biocombustibles. Ya se publicó un estudio que financió el Banco Mundial, realizado por una firma alemana que es uno de los principales certificadores mundiales en materia de emisiones y sostenibilidad, sobre el análisis del ciclo de vida de la palma colombiana y los resultados fueron supremamente positivos porque confirman, una vez más, que la palma colombiana no ha tenido un efecto sobre la deforestación y segundo, que por los lugares donde se ha establecido el cultivo, ha logrado mejorar la huella de carbono que tenían esos mismos predios en el pasado. Ese análisis de ciclo de vida demuestra que la palma colombiana cumpliría con creces con los estándares que se han establecido en el ámbito de la Organización Internacional de Aviación Civil que es el brazo de las Naciones Unidas que regula este sector.
María Eugenia Saavedra
Presidenta de la SAG Valle
Este año la SAG Valle cumple 100 años de existencia, ¿cuál es el valor a destacar de los productores agropecuarios de su región?
Lo que ha hecho que lleguemos a los 100 años es unión y trabajo. En la SAG somos gremio de gremios, es decir, tenemos otros afiliados que están también asociados como el comité de cafeteros o los productores ganaderos del Valle y también tenemos afiliados independientes, entonces aquí uno encuentra a todo el sector productivo. Es un sector muy amplio que para permanecer por 100 años en calma y paz, solo se ha logrado con unión y trabajo.
El 24 de agosto se cumpliría el aniversario de cuando se sentaron 20 productores de aquella época que dijeron “tenemos que unirnos para sacar este Valle adelante productivo”. Nosotros venimos cumpliendo lo que ellos han dejado y esos valores que impulsaron.
Ya que van a cumplir los 100 años, ¿qué creen que necesita hoy más urgente que se resuelva para los productores agropecuarios del país?
Hay un tema que es transversal y es el de la seguridad, y cuando miramos los temas productivos yo te digo que son como tres líneas en las que hay que trabajar: una es la producción sostenible, el otro tiene que ver con los temas de recuperación de ecosistemas y tres, la empresarización, y con esas tres líneas buscamos el proceso de comercialización.
La producción sostenible es que tanto a pequeños, medianos o grandes, debe llegarles la misma información, las mismas tecnología deben ser accesibles para ellos, y entonces yo te voy a poner el caso de los datos de clima. Para un empresario grande es fácil conseguir una estación meteorológica y tomar todos esos datos, pero para un pequeño productor no le es fácil, y llegar a tener la misma sostenibilidad ambiental que el otro que sí sabe qué va a hacer o cómo puede prevenir plagas y enfermedades va a ser difícil, por tanto nosotros tenemos que buscar que haya esa sostenibilidad y que sea equitativa para todos y accesible.
La sostenibilidad no es solamente productiva ni es solamente ambiental sino social, y cuando yo conjugo todos estos elementos pues busco que haya una comercialización justa, y justa es que me beneficie yo como productor y que también se beneficie la persona que va a comercializar; esa también es la recuperación sostenible, la recuperación de los ecosistemas, la empresarización.
Cuando hacemos la norma y el productor empieza a llevar costos, entiende que ya es un campesino que asume relación costo-beneficio sobre las cosas que está haciendo y empieza a ser un empresario más.
Pensando en la COP16 que se realizará en la capital del Valle, desde la SAG trabajan varios proyecto relacionados con la recuperación de ecosistemas, producción sostenible y comercialización. ¿Cuáles serían esos ejemplos?
Te puedo citar varios ejemplos de algunos de los afiliados. Uno es un convenio que tenemos con el Centro de Educación Ambiental Las Heliconias. Ese Centro de Educación tiene al menos 80 variedades de Heliconias que están inmersas en el paisaje cultural cafetero, entonces allí hay todo un recorrido donde tú arrancas viendo las Heliconias, los viveros, las mariposas y los pájaros. Pero además tiene unos nacimientos de agua, unos guaduales y todo en un recorrido que no te suma 2,5 km. Ese es un punto de biodiversidad enorme en paisaje cultural cafetero.
Otro caso chévere es que todos hoy están pensando en partir de la ganaría para casos de leche y casos de carne, y nosotros tenemos un afiliado que aprovecha de un modo diferente la ganadería con un modelo de producción de enmiendas de suelo. Como él dice: “para mí no es la vaca la que me produce, a mí me interesa que mi vaca haga sus excretas”, y es porque con eso produce un abono compostado tecnificado con el que recupera todo en su finca. Ha recuperado un guadual que ha dado salida a un nacimiento de agua. Es una combinación productiva y ambiental.
El otro es una zona bellísima del Valle del Cauca, que está en Santa Lucía, y es una ganadería de alta montaña para producción de leche. En este paisaje uno ve la cordillera, ve la producción, ve los conectores que tiene Don Fernando Escobar, y además ve fauna y toda la biodiversidad que se ha tejido en torno a la implementación de herramientas de manejo del paisaje que son las cercas vivas, el enriquecimiento de bosque, los aislamientos de protección y el manejo silvopastoril.
Tengo otro caso de recuperación de fuentes hídricas en áreas de producción agrícola de familias cafeteras que han implementado los aislamientos de protección para separar el nacimiento de agua. La familia Tamayo tiene siete nacimientos de agua, todos aislados, y entonces Edward, que es el hijo, vio que había para sacar un café diferente con un nacimiento de agua que estaba protegiendo él y hoy vende un café especial.
Uno de los bienes urgentes para el desarrollo del campo es la seguridad física y jurídica. Sus productores en el Valle y en Cauca casi que semanalmente denuncian actos de violencia e invasiones. ¿Qué avances están teniendo con el Gobierno Nacional para hacerle frente a esta situación?
Nosotros apoyamos totalmente la institucionalidad y somos articuladores entre los afectados, la Fuerza Pública y los entes municipales. El tema del conflicto en el Pacífico, el narcotráfico, las economías ilegales, los cultivos ilícitos hacen que la seguridad de la región sea un infierno. Nosotros a veces nos levantamos con toda la esperanza de que las cosas van a salir bien y se han empezado a dar pasos, pero al otro día no sabemos ni para dónde vamos. Qué hemos dicho en la SAG: que hay que seguir apoyando al sector, seguir promoviendo cultivos lícitos para poder disminuir esos cultivos ilícitos, pero sobre todo tienen que estos cultivos responder con rentabilidad y con una salida comercial porque si no vuelven y caen. Lo único que no podemos perder es la esperanza.
José Francisco Zúñiga
Presidente de Asbama
El 22 y 23 de mayo viene el 2do Congreso Bananero del Caribe que organiza Asbama, ¿Cuáles serán los mensajes centrales de esta segunda edición?
Nosotros empezamos este proyecto como un coloquio, después fue un foro y ya lo hemos llevado a niveles de congreso. Se realizará en el Centro de Convenciones Santa Mar Estelar que es el sitio más grande en Santa Marta para la realización de eventos y la idea es tratar temáticas variadas pues si bien tenemos un enfoque técnico porque aquí es donde se encuentran casi que todos los ingenieros Agrónomos, los colaboradores de las fincas bananeras, los pequeños, medianos y grandes productores, la cadena de logística de banano, este es también un evento que convoca a todos los interesados en el sector y en ese orden de ideas, hemos tratado de darle una integralidad.
Vamos a hablar de desafíos del sector agropecuario, los problemas en temas fitosanitarios con enfoque muy importante para el Fusarium Raza 4 Tropical y la Sigatoka, pero también vamos a hablar mucho de sostenibilidad, de cambio climático, de tecnología, seguridad, que es una de las temáticas que más nos está preocupando transversalmente a todo el sector agro, entonces la idea es que tengamos un congreso diferente.
Presidente, uno de los temas que más golpea hoy al sector bananero es el de la inseguridad ¿cuáles son esas situaciones y las medidas evaluadas?
Yo creo que todos los colombianos estamos teniendo una sensación y una percepción de que la seguridad viene deteriorándose y eso nos llama a tener acciones. En el sector bananero en Magdalena y La Guajira tuvimos dos incidentes finalizando el año pasado donde quemaron dos fincas empacadoras, tenemos la amenaza de la contaminación de los contenedores con sustancias ilícitas, tuvimos hace un par de meses la amenaza a trabajadores de fincas en La Guajira donde les prohibían el acceso, y necesitamos que se tomen acciones. Desde el sector venimos trabajando muy de la mano con las autoridades y consideramos que es la única vía que tenemos.
Para trabajar hemos reforzado todos los esquemas de seguridad en fincas para proteger a nuestros colaboradores pero también para custodiar y monitorear todos esos contenedores. Es muy importante que recordemos que hay empresas hoy declaradas víctimas del flagelo de contaminación de contenedores y esto nos llama incluso a ir más allá pues nos está afectando el buen nombre de las empresas, del sector pero incluso como país.
Hemos notado una buena disposición de las autoridades a trabajar; recientemente tuvimos en Barranquilla una reunión muy positiva con la viceministra de Defensa donde volvimos a ratificar nuestras preocupaciones y exigimos que se activen planes con contingencias particulares para ciertos municipios como el de Zona Bananera, de donde salen cerca de 40.000 contenedores que se exportan y que tienen destinos muy apetecidos por las bandas delincuenciales. Las autoridades no lo pueden ver como un municipio equivalente a otro con 70.000 habitantes. Este es un municipio con una connotación económica y vocación exportadora que merece una atención especial.
Cuando se habla de sostenibilidad en todas sus dimensiones, el sector bananero trata en escenarios internacionales el tema del pago justo al productor y de la responsabilidad compartida en la cadena, ¿a qué se refieren con esto?
Este es uno de los puntos más relevantes hoy en día porque cuando hablamos de sostenibilidad, podemos tener todas las aristas cubiertas pero si quienes producen banano no tienen cómo cubrir sus costos, pues claramente no se va a lograr un sector sostenible. Nosotros hemos logrado tener una sinergia muy importante entre todos los gremios de Latinoamérica, tenemos una mesa de trabajo donde están los gremios ecuatorianos, colombianos, el de República Dominicana, de Costa Rica y prácticamente todos ahí nos sentamos y recurrentemente estamos buscando estrategias para que ese mensaje de mejores precios llegue a los minoristas europeos que son quienes han estado por una parte exigiendo muchas condiciones que nos vuelven más costosa la producción de banano y nosotros ante esas exigencias, que no es que nos parezcan malas, pedimos que sean recompensadas con mejores ingresos.
Porqué no empezar a llegar a acuerdos que aflojen un poco la estructura de costos del banano y que puedan darle una mayor rentabilidad al productor. Hoy hay serios problemas en fincas que tienen deuda y que no están logrando cubrir sus compromisos.
Sobre sostenibilidad ambiental, y pensando en una cumbre como la COP16, ¿qué ejemplos ilustrarían mejor esa producción sostenible del banano?
Desde Asbama tenemos varias cosas importantes en temas de sostenibilidad con el medio ambiente y le hemos estado apostado mucho a lo que tiene que ver con las mediciones de huella hídrica de carbono que también es una de las cosas a las que le están apostando los mercados con todas estas certificaciones. Nosotros estamos trabajando mucho con los temas agroclimáticos, tenemos unos proyectos para fortalecer las redes meteorológicas de la región para tener datos más precisos para que el consumo del agua se reduzca.
Adicional hay que reconocer un esfuerzo que empiezan a hacer ya los productores y es que están pasando de riego por aspersión a riego por microaspersión; incluso ya vemos fincas que tienen tecnologías super robustas en riego y están regando por goteo. El otro día puse un video en mis redes de una finca que es pionera en el tema de riego por goteo que hace 10 o 15 años era impensable. Las fincas van a tener que migrar a esas tecnologías porque las condiciones climáticas definitivamente nos está afectando.
Aprovecho para decir que nosotros sí creemos que debe haber un trabajo en los distritos de riego que son los que se encargan de llevar el agua a la finca y tienen unos canales totalmente obsoletos y la mitad del agua que se está transportando se filtra y se pierde, es decir que si nosotros modernizamos esos canales, vamos a tener el doble de disponibilidad de agua para seguir cultivando, algo que va a beneficiar a los productores y a las comunidades.
Carlos Mayorga
Gerente General de Fedepanela
Este mes Fedepanela cumplió 35 años, ¿cuáles son esos logros a resaltar del trabajo conjunto por el sector?
Retomando toda la historia de la Federación, el primer logro es haberse organizado y posteriormente, en el 89, cuando decidieron reunirse y ganar una unidad de criterios y de acción de todas estas asociaciones para conformar la Federación Nacional de Productores de Panela.
En segundo lugar, creo que el haber estado permanentemente gestionando y aportando en el Legislativo para crear la Ley 40 del 90 que también es un logro muy importante de esos paneleros y líderes gremiales para crear un parafiscal y blindar al sector frente a otros actores que hay en el tema cañicultor en Colombia.
Creo que también se ha logrado ganar una articulación interinstitucional, eso es fundamental con muchos avances en los aspectos tecnológicos, organizativos, comerciales. En lo tecnológico, el hoy Agrosavia ha hecho unos aportes importantísimos para invertir en investigación en el subsector panelero desde hace más de 20 años.
En el tema organizacional, hoy contar con 125 estructuras gremiales municipales en todo el país creo que es un avance muy grande y a la par de ello y gracias
a la Junta Directiva de Fedepanela, haberse atrevido a dar pasos en la consolidación de nuevas estructuras en los diferentes actores de la cadena.
Contar hoy con una Red Nacional de Mujeres y la Red Nacional de Jóvenes Paneleros, de asociaciones de productores, el bloque exportador, el bloque orgánico, en fin.
En los temas comerciales hemos crecido de una manera impresionante y el tema de las exportaciones el año pasado por poco alcanzamos las 13.000 toneladas exportadas que frente a una producción de 1 millón de toneladas es poco pero que en 5 años haber salido de 4.000 toneladas a 13.000 toneladas pues vamos avanzando.
La panela también se viene visibilizando de una forma diferente, como un producto funcional y esto gracias al liderazgo gremial que en medio de la diferencia ha tenido la madurez de seguir construyendo organización.
¿Cuáles son los retos del sector de cara a los consumidores y a los nuevos hábitos de consumo?
Empezaría diciendo algo que es muy objetivo y es que en últimas el que define que un producto siga en el mercado es el consumidor y en ese sentido nosotros tenemos que abordar muy juiciosamente y muy rigurosamente esas expectativas y reconocer que los hábitos de consumo de las nuevas generaciones han cambiado profundamente, entonces debemos estar a la altura de las necesidades.
Pero acá hay temas muy sensibles. Hemos evaluado con algunas cifras cómo en los últimos 17 años el consumo de panela ha caído en un 48% y de estos 17 años, en los últimos cinco la caída ha sido de un 24%, entonces acá es cuando nosotros decimos que tenemos ese gran reto de seguir cautivando a esos consumidores, a esas nuevas generaciones y ahí hay varios temas para abordar.
En primer lugar es muy importante cómo vamos desarrollando nuestro producto en nuevas presentaciones que sean más fáciles de preparar, con un valor agregado y en esto se necesita muchísimo el apoyo del Gobierno Nacional y los gobiernos departamentales porque desarrollar un producto requiere recursos, requiere capacitación, requiere posicionar un producto en el mercado y las iniciativas que se vienen haciendo son infinitas, afortunadamente hay muchos productores con una visión muy futurista.
Articulado con la promoción al consumo, tenemos que tener grandes campañas que garanticen que esas nuevas generaciones identifiquen la importancia de consumir panela que es un producto que tiene minerales, trazas de vitaminas y además de esto dependen 50.000 familias en todo el país.
Pero además también hay un tema de tradición cultural colombiana que no se puede desconocer. A veces a uno se le olvida qué hay detrás, pero esa cultura también de la familia panelera es algo muy nuestro.
Gerente, ¿cuáles son las expectativas para el subsector panelero en lo que queda de este 2024?
Primero debo decir que para nuestro sector es muy importante que el productor reciba un buen precio por su producto, es decir, que esté por encima de los costos de producción. Creo que eso da tranquilidad al productor y le permite tener ingresos, permite el desarrollo.
En esto intervienen muchos aspectos pero hay uno fundamental que es la comercialización; en ese sentido nosotros aplaudimos las iniciativas como la ley de compras públicas que se fortalece y se vuelve realidad con todos esos procesos asociativos para que el Estado y sus programas le compren directamente a esas asociaciones de productores. Eso es fundamental porque ayuda la dinámica y fortalecimiento organizacional pero también baja la presión sobre esos mercados locales.
En segundo lugar es fundamental seguir exportando, pues en la medida que nosotros saquemos panela del país, bajamos la presión sobre el mercado local, damos a conocer nuestra panela en el mundo y acá quiero dar las gracias tanto al Ministerio de Comercio como al Ministerio de Agricultura que permitieron que en esa adjudicación de cupos que se dan para exportar panela, cambiaran la dinámica que venía dándose desde hace años y que desde la Federación habíamos solicitado que se cambiara.
En tercer lugar, trabajar todos esos temas de diversificación, la promoción al consumo. Es una meta conjunta con diferentes instituciones que en el año 2030 podamos estar llegando casi a las 30.000 toneladas que se estén exportando de panela.
Todo esto ayudaría mucho a temas sensibles y críticos como la mano de obra que en el campo está muy escasa. El porcentaje en los costos de producción de la mano de obra es el 60% y la mano de obra está supremamente escasa. Para esto se necesita hacer desarrollos tecnológicos que no se hacen de la noche a la mañana.