Revista Nacional de Agricultura
Edición 1033 – Febrero 2023
El bloqueo de la vía Panamericana no resultó en desabastecimiento de alimentos como se temió, pero sin duda golpeó la producción agropecuaria en Nariño desde el primer momento.
Por Daniela Henao.
Han pasado casi dos meses desde cuando el 9 de enero se vino abajo la montaña sobre la vía Panamericana, en el municipio de Rosas, Cauca, en las veredas Santa Clara, Soledad, Párraga Viejo, Chontaduro, Altos de las Yerbas y La Laja, dejando más de novecientas personas damnificadas.
El presidente Gustavo Petro, que ya había declarado la situación de desastre en todo el país desde noviembre de 2022 por las lluvias, no dudó en regresar de su visita oficial a Chile, para encargarse de la emergencia y anunciar la compra de haciendas o fincas en donde se pudiera reubicar a los damnificados.
“Habrá un plan para comprar haciendas, ojalá cercanas a la zona, que nos permitan reubicar a la población. No puede volver la población a ese lugar. En esa medida, la población entra para ser compensada con más tierra de la que tenían hasta hoy –media hectárea por familia–, a producir alimentos con ayuda del Estado y a lograr que sus nuevas viviendas tengan los niveles de dignidad que necesitan”, dijo Petro el 10 de febrero, en declaración pública.
En el mismo discurso, el presidente confirmó una inversión millonaria para construir una nueva vía por la que fluya el transporte desde el sur hacia el centro del país, sin miedo a las fallas geológicas de la región o a las temporadas invernales.
En realidad, el plan es construir dos vías en la zona bloqueada: una definitiva, que tardaría ciento veinte días en abrirse (aún sin fecha de partida para ese conteo), y una provisional, que se ha debido habilitar el pasado 20 de febrero, pero que por retrasos por las lluvias, solo se pudo abrir en un sentido, con paso alterno por días para pasajeros y tractomulas que no excedan las 43 toneladas.
Mientras todo esto se planeaba, se habilitaron tres vías alternas que evitaron el desabastecimiento de alimentos al interior del país. Eso sí, por el mal estado de los tramos, las largas distancias y la inseguridad, se dispararon por los cielos los costos de los fletes, se depreciaron los productos, se retrasaron las entregas y se perdieron algunos alimentos.
Por la primera ruta alterna, Depresión-La Sierra- Rosas, las autoridades dispusieron el paso de vehículos livianos y de carga hasta de 10 toneladas. Allí, el Instituto Nacional de Vías, Invías, dispuso cuarenta y cuatro máquinas para el mantenimiento y mejoramiento del eje vial.
La segunda vía es Pasto- Mocoa-San Francisco-El Pepino. El tránsito por este tramo se habilitó para vehículos livianos de servicio público y de carga, hasta doble troque de 30 toneladas, y buses de hasta treinta pasajeros. El reporte de Invías indica que hay once máquinas para mantenimiento.
Por la última ruta, Piedra Sentada-El Tambo-Popayán, pueden pasar vehículos livianos, pasajeros y carga de hasta de 30 toneladas. En la zona, hay cuarenta y tres máquinas para trabajos de mantenimiento.
Golpe a los productores de alimentos
El bloqueo de la vía Panamericana no resultó en desabastecimiento de alimentos como se temió, pero sin duda golpeó la producción agropecuaria en Nariño desde el primer momento.
Los lecheros, por ejemplo, han tenido que hacer maromas para transportar los cerca de 364 mil litros de leche diarios que se obtienen en unas veintitrés unas unidades de producción, según Asoleche. Hubo empresas grandes que dejaron de recibir las cantidades habituales de leche, y las queseras artesanales, que son las que más les reciben la leche a los pequeños productores, empezaron a pagar menos.
Para los papicultores de Nariño, que producen cerca de 600 mil toneladas al año, las cosechas venían retrasadas (iniciarán en marzo), así que las lluvias no afectaron el producto. Sin embargo, los fletes se duplicaron y los precios de la papa en mercados mayoristas se desplomaron.
Según Albeiro Cuatuaquer, productor de Ipiales consultado por la Revista Nacional de Agricultura, el bulto de papa bajó hasta los $80 mil pesos, cuando antes del derrumbe en la Panamericana se vendía a $170 mil. La situación se fue estabilizando con el paso del tiempo, pero los fletes no bajaron.
La arveja se vende ahora a $130 mil el bulto, cuando antes del derrumbe llegaba a $250 mil. Y otras hortalizas, como la lechuga y brócoli, fueron siempre las más susceptibles de perderse porque hay cosechas cada quince días.
Producción agrícola en Nariño
De acuerdo con los datos de las Evaluaciones Agropecuarias (EVA), correspondientes al 2021, la producción agrícola nacional para ese año fue de 73.24 millones de toneladas. Ese año, la producción de Nariño representaba 4% del total nacional, con 2.7 millones de toneladas. La producción del departamento se concentra en diez municipios, que representan 60% de la misma:
En materia de productos agrícolas, 80% de la producción del 2021 se concentró en cinco renglones: caña, papa, plátano, coco y palma de aceite. Sin embargo, la producción es diversa en el departamento e incluye todo tipo de alimentos, plantas aromáticas, frutales, etc.
Compra de cosechas
El domingo 22 de enero, el presidente Petro anunció la compra de cosechas a pequeños y medianos productores del departamento de Nariño, para ser distribuidas en zonas empobrecidas. También anunció mesas sectoriales para impulsar la compra de otros productos y, finalmente, prometió compensar el sobrecosto de los fletes de bienes perecederos de Nariño.
Todo el proceso de compra de cosechas fue encargado a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, UNGRD. Los términos de esas compras fueron publicados el 7 de febrero, luego de varias mesas y conversaciones en las que la Secretaría de Agricultura de Nariño sondeó y decidió qué productores y productos debían ser priorizados en la compra, y luego de definir el método de distribución de las cosechas compradas.
El 16 de febrero, la UNGRD anunció el inicio oficial de las compras de cosechas para implementar la estrategia de “Canasta Popular”, es decir, la entrega de mercados compuestos por productos prioritarios de Nariño, a familias afectadas por la temporada invernal.
La decisión fue seleccionar un operador que debía adquirir “1.010 toneladas de cosechas, alimentos o productos agropecuarios” y que garantizara “que el 100% de los alimentos adquiridos definidos (…) provengan única y exclusivamente de pequeños y medianos productores agropecuarios afectados”, dicen los términos.
Los productos, municipios de origen y cantidades se definieron así:
Para el cierre de esta edición, el secretario de Agricultura de Nariño, Mauricio Ortiz, confirmó a esta revista que la arveja fue cambiada por zanahoria, y que las 1.010 toneladas fueron compradas con éxito y empacadas en las bolsas especiales que se diseñaron para esta emergencia. Ahora la UNGRD está a cargo de su distribución.
Entre el cúmulo de decisiones y soluciones planteadas para enfrentar esta emergencia en Nariño, el de compensación de fletes tuvo demoras hasta cuando el Ministerio de Transporte aprobó un manual para el registro de las operaciones de carga por carretera, para garantizar la transparencia de las compensaciones de fletes por la emergencia en Nariño.
El manual se aprobó el 13 de febrero y en la plataforma del Ministerio de Transporte ya está activo un sistema interactivo en el que los productores deben inscribirse, dar detalles de los trayectos, y ahí mismo se calcula el costo de movilización, el sobrecosto por la emergencia y el dinero que la UNGRD compensará.