Revista Nacional de Agricultura
Edición 1030 – Octubre 2022
En el mundo, está creciendo la demanda de aguacate Hass y con ella la de productos con valor agregado, cuyo portafolio se diversifica con el paso del tiempo. Pero lo más interesante es que, como el horizonte de crecimiento de esta fruta es aún enorme, su componente industrial cada día será más interesante.
A los tres productos que encabezan la demanda de derivados del aguacate: guacamole en diferentes presentaciones (con trozos, licuado, tipo salsa), aceite (con usos en gastronomía y cosmética) y trozos congelados (para ensaladas), se suman otros, que si bien por ahora pueden tener nichos relativamente reducidos, ponen de presente la versatilidad que ofrece, especialmente, el Hass, y patentizan lo promisorio que es su futuro, el cual se irá materializando en la medida en que aumente la demanda de esta fruta.
En el portal Deléitese.com aparecen unos buenos ejemplos de ese variado portafolio de derivados del aguacate. Veámoslos:
Helado: llamado Avo-lato, se sirve en la cáscara original, con una cucharita de bambú; se vende en Londres. Rebanadas: una empresa estadounidense las ofrece en pequeños paquetes en supermercados premium. Cervezas: en México, crearon una cerveza tipo lager, con un ligero sabor a hoja de aguacate. Chocolate “verde”: la chocolatería artesanal Compartés (Los Ángeles) ofrece, en tabletas, una fusión de aguacate, chocolate blanco y trocitos crujientes de tostadas caramelizadas. Batidos: apetecidos como bebida energética y aportante de mucha fibra.
Pero también hay ejemplos interesantes en industrias diferentes a la alimentaria. Cosméticos: cremas hidratantes, cremas hidratantes para los ojos, productos para el cuidado del cabello, mascarillas, jabones, etc. Plástico de aguacate: una empresa mexicana (Biofase) convierte las semillas en polietileno, para fabricar bolsas, cubiertos y otros productos desechables.
En Colombia, son varias las empresas que ya están en el negocio de la agregación de valor. Una de ellas es Terravocado (Medellín), que nació hace casi quince años alrededor del aceite de aguacate, como proyecto académico de la Escuela de Ingeniería de Antioquia, según nos lo cuenta Daniel Humberto Gómez Franco, socio fundador. “Como ingenieros mecatrónicos, en el 2006, teníamos que construir una máquina que sirviera para algo, y como conocimos a unos cultivadores de aguacate Hass, que no podían exportar y les era difícil colocarlo en el mercado nacional por su apariencia y tamaño, terminamos construyendo una pequeña planta para la obtención del aceite, luego de haber conocido algunos proyectos en Nueva Zelanda y Chile”, explica.
Hoy, Terravocado produce, principalmente, pulpa y guacamole para los mercados nacional y de exportación. Ya no ofrecen aceite como línea propia, porque los volúmenes aún no les resultan atractivos, pero sí lo producen bajo la marca de otras empresas, pues tienen servicio de maquila, que también se presta para guacamole y pulpa. En Estados Unidos, Australia y algunas islas del Caribe está su principal mercado.
Aparte del servicio de maquila, la empresa también tiene un área de investigación, orientada a la tecnificación de cultivos, concretamente a encontrar equipos y herramientas que hagan más fácil la cosecha y poscosecha, así como a profundizar en los derivados de aguacate, en colaboración con universidades.
Gómez Franco dice que a escala global viene aumentando el consumo de Hass, jalonado por la oferta de la fruta en fresco, que representa 60-70% del volumen total, y que en los mercados de mayor relevancia, como México y Estados Unidos, también se encuentra el mayor número de consumidores de derivados. Después aparecen Europa en general (en cabeza del Reino Unido y Holanda) y Asia (Japón, China, India y Corea del Sur).
Asegura que el horizonte de crecimiento del aguacate Hass es muy grande, y así seguramente lo será el de su industria transformadora. “Es que el negocio del Hass aún es pequeño en el mundo, si se compara con el del banano, la manzana o la uva de mesa, por poner solo tres ejemplos. Por eso tenemos unos importantes retos de inversión y de promoción del producto”, explica.
En la actualidad, de 60% del aguacate Hass que se produce es de América Latina, con México a la cabeza, seguido por Perú, Chile, Colombia, Ecuador, Brasil y Costa Rica, dice. “Pero igualmente hay unos productores en África que están creciendo mucho (Suráfrica, Kenia, Zimbabwe, Marruecos e Israel), lo mismo que en España (Málaga). Incluso, China comenzó a hacer sus primeras siembras de Hass, cuya oferta seguramente va a ser relevante en los próximos años. Todo esto, llevará, también, a una contracción de precios. Tengamos en cuenta que hoy los precios caen cuando sale la cosecha peruana”.
¿La demanda de derivados del aguacate podría llevar a un aumento de las áreas sembradas? Responde Daniel Humberto Gómez: durante varios años más, en Colombia y en el resto de países cultivadores, seguramente la industria procesadora seguirá siendo abastecida con fruta no exportable, es decir, con aquella que tiene problemas en la cáscara, que presenta deformaciones y otras cosas que no la hacen apta para los mercados externos en fresco. En Colombia, 15-20% del aguacate se descarta para la exportación, y otra porción se queda para el mercado nacional por presentar daños estéticos y no tener el tamaño requerido, fruta que proviene especialmente de las fincas de menor desarrollo.
El empresario avizora que en Colombia se seguirá fortaleciendo la producción de pulpa, guacamole, aceite y trozos congelados. Pero cuando aumente el área sembrada, vendrán otras cosas interesantes, como vinos, cervezas, jugos, guacamole bajo en calorías, margarina, repelentes de plagas, biopolímeros (a partir de la semilla, para obtener vasos, platos, pitillos y otros desechables) y hasta un retardante de la hemorragia producida por la mordida de la serpiente mapaná, obtenido de la cáscara de la semilla, para solo mencionar algunos productos.