Revista Nacional de Agricultura
Edición 1033 – Febrero 2023
La migración de ucranianos ha devastado la oferta de mano de obra para la producción de alimentos de consumo interno, la exportación de cereales y aceites y la producción de fertilizantes.
Por Daniela Henao.
Marcos Rodríguez Fazzone, especialista senior de Agricultura Familiar y Mercados de la FAO Colombia, analizó para la Revista Nacional de Agricultura la situación del sistema alimentario mundial tras un año de la invasión de Rusia a Ucrania, que ha dejado más de 7 mil civiles ucranianos muertos, 11.756 heridos y millones de desplazados, según cifras de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Revista Nacional de Agricultura: ¿Qué está pasando hoy con la producción de alimentos y la alimentación en Ucrania, tras un año de guerra?
Marcos Rodríguez Fazzone: La guerra ya ha llevado a que 8 millones de ucranianos hayan salido como refugiados hacia países europeos y de otros continentes, y que los desplazados internos sumen 3 millones, situación que claramente repercute sobre la seguridad alimentaria de estas personas y sobre el mercado internacional. Adicionalmente, esta migración ha devastado la oferta de mano de obra para la producción de alimentos de consumo interno y a la exportación de cereales y aceite, principalmente, así como la producción de fertilizantes.
Es evidente que la guerra ha dado lugar a una situación de inseguridad alimentaria masiva y cada vez más grave en Ucrania. Ha perturbado los medios de vida durante el periodo de crecimiento de los cultivos, ha limitado el acceso físico a los insumos y ha causado perjuicios a los hogares, los bienes productivos, las tierras agrícolas y forestales, las carreteras y otra infraestructura civil, así como al medio ambiente. La guerra ha conllevado al cierre de puertos, la suspensión de las actividades de trituración de semillas oleaginosas y la introducción de restricciones a la concesión de licencias de exportación y de prohibiciones para algunos cultivos y productos alimenticios. Las principales ciudades están siendo rodeadas y siguen sometidas a intensos bombardeos, lo que deja aisladas a las personas y las expone a un grave desabastecimiento de alimentos, agua y energía.
Producto de ello, de acuerdo con reportes de la ONU, hoy, al menos 40% de los ucranianos necesita y espera con anhelo la ayuda de socorro, siendo la alimentación lo primordial por resolver, junto con la crisis energética que en pleno invierno deben sobrellevar.
R.N.A.: ¿Cuál ha sido la repercusión de esa guerra en los sistemas alimentarios y las cadenas de suministro mundiales?
M.R.F.: Rusia es el mayor exportador mundial de trigo, mientras que Ucrania es el quinto mayor exportador. En conjunto, proporcionan 19% del suministro de cebada, 14% del trigo y 4% del maíz del mundo y representan más de un tercio de las exportaciones mundiales de cereales. El suministro mundial de fertilizantes también está muy concentrado, con Rusia como principal productor.
Unos cincuenta países obtienen 30% o más de su suministro de trigo de la Federación de Rusia y Ucrania, muchos de ellos de bajos ingresos y con déficit de alimentos, localizados en África septentrional, Asia y el Cercano Oriente. También, muchos países de Europa y Asia central dependen de Rusia para obtener más de 50% de su suministro de fertilizantes, y la escasez allí podría extenderse hasta el próximo año.
R.N.A.: ¿Y el efecto en América Latina?
M.R.F.: Sin duda, el impacto más fuerte para América Latina y el Caribe ha sido la discontinuidad en el suministro de fertilizantes e insumos agropecuarios. Esta situación puso en aprietos a las diferentes naciones y directamente el incremento en estos insumos provocó, en muchos casos, la interrupción en la producción de alimentos y el consecuente proceso inflacionario.
También la importación de cereales, especialmente aquellos granos dedicados a la crianza de animales, que irrumpió con la cadena de producción, elevando también el costo final.
R.N.A.: ¿Cuál es la situación de la población rural en Ucrania, que depende en un alto porcentaje de la agricultura?
M.R.F.: Los medios de subsistencia basados en la agricultura, fuente clave de ingresos para 30% de la población ucraniana, se han visto gravemente afectados. Si bien muchos ucranianos están huyendo de sus comunidades o del país, una proporción significativa de la población se ha quedado, enfrentando desafíos extremos.
De acuerdo con la encuesta de hogares rurales, adelantada por la FAO en diciembre del 2022, “Impacto de la guerra en la agricultura y los medios de vida rurales en Ucrania”, uno de cada cuatro de los 5.200 encuestados había reducido o detenido la producción agrícola debido al conflicto. Aumentaron en 72 % de los hogares los costos de producción agrícola para las actividades de cultivo, y en 64 % de los hogares para las actividades de ganadería.
Más de la mitad de los hogares rurales informaron una disminución en los ingresos de todo el país, en comparación con el mismo periodo del año pasado. Mientras que, respecto al gasto en alimentos, más de la mitad de los hogares rurales entrevistados informaron haber gastado más de 50% de su gasto total en alimentos entre junio y septiembre del 2022. En las provincias de primera línea, casi uno de cada cinco encuestados (18%) declaró haber gastado más de 75% del ingreso total de sus hogares en alimentos.
R.N.A.: ¿Qué ha aprendido la FAO de esta terrible guerra, de cara a futuros conflictos?
M.R.F.: Reducir la dependencia productiva para el abastecimiento nacional de insumos y alimentos es una de las lecciones más fuertes que ha dejado este conflicto. Con esto no decimos que es necesario dejar de exportar o importar. Estas transacciones son necesarias, pero es preciso buscar mecanismos que faciliten la producción local a partir de los insumos y materias primas que existan en cada país, impulsando con mayor decisión política estrategias de agroecología, bioeconomía y economía circular.