Revista Nacional de Agricultura
Edición 1008 – Octubre 2020

Fedepalma dice el Programa de Biodiésel debe avanzar a la mezcla B30, con los cual habría 200 mil nuevos empleos rurales. El gobierno tiene la palabra.

En el marco del 48 Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, que se desarrolló el mes pasado, tuvo lugar el lanzamiento, por parte de Fedepalma, de la propuesta de avanzar hacia una nueva etapa del programa de BIOdiésel, con la meta de llegar a una mezcla de 30% (B30), para contribuir así al progreso económico, social y ambiental en los veintiún departamentos palmeros del país.         

El hecho se produjo en un conversatorio que Jens Mesa Dishington, presidente Ejecutivo de Fedepalma, sostuvo con Rodolfo Zea Navarro, ministro de Agricultura; Laura Valdivieso Jiménez, viceministra de Comercio Exterior, y Miguel Lotero Robledo, viceministro de Minas y Energía, así como con representantes de la Federación: Carlos Murgas Dávila, vicepresidente de la Junta Directiva; Jaime González Triana, director (e) de Gestión Comercial Estratégica de Fedepalma, y  Andrés García Azuero, director de Planeación Sectorial y Desarrollo Sostenible.

“No hay nada como un sueño para crear el futuro. En el momento actual que vivimos, en medio de la pandemia del coronavirus, que afecta al mundo entero y a Colombia, con impactos tremendos sobre la vida y la salud de muchas personas, y de la economía, hay que ser soñadores y audaces”, anotó como preámbulo a la propuesta el dirigente gremial.

Según Mesa Dishington, el citado programa no solo apuntaría a la obtención de beneficios ambientales y energéticos del biodiésel, sino a generar una demanda local adicional para el aceite de palma, que le permitiría al sector duplicar su tamaño actual, conservando el modelo de negocio en el que se muestra resiliente con 50% de consumo nacional y 50% de exportaciones.

Al referirse a las bases sobre las cuales es posible pensar en dicho programa, dijo que, en primer lugar, este es un sector organizado, empresarial, formal, con un producto versátil, demandado, eficiente, sostenible y conectado con varias cadenas de valor estratégicas. En segunda instancia, se trata de una experiencia exitosa que se fundamentó primordialmente en dos “palancas”: el FEP Palmero y el Programa Nacional de BIOdiésel. “El Fondo de Estabilización de Precios ha permitido hacer un tránsito relativamente tranquilo de un sector concentrado solo en lo local, a uno que exporta cerca de la mitad de su producción. Y el Programa de BIOdiésel permitió duplicar las ventas locales de aceite de palma, con una mezcla de 10% (B10) en el combustible diésel nacional. Gracias a esas palancas, el sector más que duplicó su tamaño y su contribución a la economía nacional”, dijo. 

Como tercer aspecto señaló el alto potencial de la agricultura colombiana, que cuenta con tierra suficiente para sembrar y que está inexplotada. Colombia solo desarrolla alrededor de 20% de su capacidad agropecuaria. De una frontera de alrededor de 40 millones de hectáreas, el área cultivada es inferior a 8 millones, aparte de que cuenta con recursos hídricos importantes y una población rural relativamente numerosa y pobre, con muchas necesidades de alternativas de ingreso y empleo.

Jens Mesa destacó igualmente que otros países como Indonesia y Malasia han venido desarrollando programas de mezclas B20 y B30, tanto en la búsqueda de fortalecer su economía, como en la de obtener los beneficios sociales y económicos de la actividad. 

“Con esta ambiciosa apuesta, estaríamos hablando de un sector palmero con más de un millón de hectáreas sembradas, multiplicando también todos sus beneficios inherentes a esta actividad. Si el gobierno se compromete, este sería un programa de desarrollo económico, social y agrícola sin precedentes en el país, que para realizarse requeriría la voluntad política, audacia, ambición y visión estatal, capaz de liderar un nuevo Programa de BIOdiésel (B30) y fortalecer el mecanismo del FEP Palmero, en aras de soportar el modelo de negocio de forma ordenada, con idéntica distribución para el mercado interno y para el externo”, manifestó el presidente ejecutivo de Fedepalma.

Enfatizó en que Colombia tiene petróleo, pero no es un país petrolero, y que sus reservas solo alcanzan para unos pocos años, razón por la cual es estratégico para el país desarrollar alternativas de diversificación energética, especialmente en combustibles líquidos.  “Estas acciones inmediatas abren el terreno para apostarle de manera decidida a una mayor mezcla, que no solo diversifique la matriz energética, sino que contribuya al desarrollo de la economía rural nacional y a la mejora en la calidad del aire de las principales ciudades del país”, opinó.

Para el presidente de los palmeros, a través de un programa como el B30 es posible contribuir a la reactivación económica y generación de empleo con cerca de 200 mil nuevos puestos de trabajo rurales, formales, dignos y bien remunerados, así como modelos de inclusión social y gran capacidad de impacto y transformación de los territorios rurales donde se desarrolla esta agroindustria.

Finalmente, recordó que al gobierno del presidente Duque le faltan menos de dos años para terminar su periodo constitucional, por lo que preguntó: “¿Por qué no trabajar juntos para sentar las bases de este programa? ¿Hay acaso una mejor apuesta para hacer?”

El conversatorio 

RODOLFO ZEA, MINISTRO DE AGRICULTURA

  • El otro pilar sobre el que se construye el sueño del sector palmero es el de la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente. Esta agroindustria, mediante el Convenio de Cero Deforestación, trabaja por demostrarle al mundo que los cultivos de palma se desarrollan protegiendo la biodiversidad y cuidando el medio ambiente.
  • Con la sostenibilidad como fundamento, una producción creciente, optimismo en la evolución de la demanda mundial, capacidad exportadora y el apoyo del gobierno, el sector palmero tiene sentadas las bases para continuar siendo motor de desarrollo en el campo colombiano.
  • Pese a la pandemia del covid-19, el esfuerzo de los palmicultores se ha evidenciado en los resultados, con el crecimiento del sector (8%), en los últimos siete meses. Parte de la iniciativa del Ministerio es continuar fortaleciendo el posicionamiento del mercado de aceite de palma tanto nacional como internacionalmente, por medio del establecimiento de las bases en toda la cadena de valor de los biocombustibles.

MIGUEL LOTERO, VICEMINISTRO DE MINAS Y ENERGÍA:

  • A partir del primer trimestre del 2021 se va a incrementar la mezcla de combustible fósil en 12% con biodiésel para todo el país. Lo anterior responde a un trabajo colaborativo entre los ministerios de Comercio, Agricultura y Minas y Energía, con miras a incrementar la demanda y, por ende, la producción.
  • La palma es fundamental para el sector energético del país, por ser una fuente renovable, que tiene beneficios para la salud humana. Desde el Ministerio queremos promover tecnologías de cero y bajas emisiones, que nos permitan ser más eficientes y tener una movilidad más sostenible en el país, ya que 80% de las partículas del aire se atribuyen a los usos de transporte y energías fósiles.

LAURA VALDIVIESO, VICEMINISTRA DE COMERCIO EXTERIOR

  • Debemos buscar y explorar nuevos escenarios internacionales para tratar de llegar a un mercado como Estados Unidos, por ejemplo, que representen una significativa dinámica para el consumo de este aceite en el mundo.
  • Es necesario agregar valor a las exportaciones, puesto que hoy se cuentan con las condiciones de competitividad y los elementos diferenciadores para posicionar al aceite de palma ciento por ciento colombiano.