Revista Nacional de Agricultura
Edición 1010 – Diciembre 2020

Un común denominador marcó el desempeño de la economía nacional en este año que termina: la pandemia del covid-19, que tanto daño le ha causado y le seguirá causando al país, tal como ha ocurrido, sin excepción, en el resto del mundo.

No obstante, y aunque no escapó a los efectos de tan devastador hecho, el sector agropecuario ha salido comparativamente mejor librado que las demás actividades productivas, y pudo, en medio de innegables dificultades, seguir cumpliendo con su delicada misión de mantener el abastecimiento de alimentos a lo largo y ancho del territorio nacional.

¿Pero, individualmente, cómo fue el 2020 para nuestros afiliados? La Revista Nacional de Agricultura les pidió que contaran qué fue lo bueno y lo malo de esta vigencia, y esto fue lo que respondieron algunos de ellos. Las notas aparecen por orden de llegada. 

AUGURA   Émerson Aguirre, presidente

Lo bueno. En este año, es importante destacar la solidaridad. Avanzar en este proceso tan complejo que hemos vivido en el mundo y en Colombia por la pandemia, ha sido posible gracias al trabajo articulado. En Augura implementamos el protocolo de bioseguridad desde el 26 de marzo, de manera rápida y eficaz. Esto fue posible porque lo hicimos en equipo con Sintrainagro, nuestros colaboradores, el gobierno nacional, las alcaldías y nuestros afiliados (comercializadoras internacionales y  productores).

En Urabá y en el Magdalena, las medidas estrictas han sido efectivas y no han puesto en riesgo la continuidad de la operación, que hace parte de la seguridad alimentaria del país y del mundo, y que además nos ha permitido apoyar a las regiones de diversas maneras. Debido a la continuidad del sector, que se dio por la excepción que otorgaron los decretos del gobierno nacional, Urabá, que depende en 85% de la exportación de banano, ha conservado su estabilidad económica y social. 

Lo malo. Este año nos deja muchos aprendizajes en diferentes frentes de trabajo. Lamentamos el reciente anuncio de la cadena alemana de supermercados Aldi, de pagar un precio cada vez menor por cada caja de banano exportado de Ecuador, Colombia, Guatemala, Honduras, Panamá y Costa Rica.

Desafortunadamente, este año también nos ha golpeado en términos económicos y sociales. Pero lo más importante hoy es proteger la vida. Nos solidarizamos con todos los colombianos que han sufrido por causa del covid-19 y que han perdido a sus allegados. A ellos, les enviamos un afectuoso saludo. Sin embargo, debemos continuar cuidándonos. No podemos bajar la guardia. En cada uno de nosotros está salvaguardar la salud y la vida propia y de nuestras familias. Hacemos un llamado a respetar todas las normas de bioseguridad, más en esta época de Navidad y fin de año.

FEDEPANELA  Carlos Fernando Mayorga Morales, gerente general

Lo bueno. La unidad institucional y gremial que se ha dado para defender a los paneleros frente a la patente que se presentó. En el marco de la oferta y la demanda, la panela se ha vendido a un precio justo, produciendo ingresos para las familias paneleras. De igual manera, mencionamos el proceso de reglamentación de las leyes 2005 y 2046 de compras públicas, y por último, la presencia que hemos tenido en las regiones, en un proceso de permanente aprendizaje y mejoramiento de las herramientas que existen para comunicarnos con nuestros afiliados.

Lo malo. La solicitud de la patente y la situación de salud pública, que causa incertidumbre en nuestro subsector.

PORKCOLOMBIA    Jeffrey Fajardo, Presidente

Lo bueno. Demostramos la resiliencia de nuestra porcicultura. A pesar de la crisis, logramos mantenernos a flote, enfocados en el norte que nos dio la planeación estratégica para el horizonte 2020-2024. Por fortuna, son muchos los logros que nos deja este año, entre los cuales destacaría la importancia de que tengamos perspectivas de crecimiento positivo para el 2020, cercanas a 5%, lo cual es heroico, considerando que la economía va a tener una contracción histórica. Así mismo, la C.I. Porkco, comercializadora internacional de los porcicultores colombianos, concretó exportaciones de carne de cerdo a Hong Kong y Costa de Marfil, en momentos en que nadie habría apostado a que eso se lograría. Nuestra estrategia de sustitución de importaciones, diseñada en el 2019, avanza, y las compras terminarán en -40% con respecto al 2019, senda que mantendremos en la medida en que consolidemos la estrategia mencionada.

También logramos extender nuestra solidaridad, estructurando la entrega de un aporte social de más de 200 mil libras de carne de cerdo a 34 mil familias del canal horeca, y ultimamos detalles para que en el 2021, entreguemos al país y a la porcicultura nacional, el primer laboratorio de diagnóstico animal, herramienta fundamental para la consolidación de nuestro Centro de Investigación y Transferencia de Tecnología del Sector Porcícola, Ceniporcino. 

Lo malo. Las vidas perdidas por la pandemia y la dramática situación social que se desató a partir del cierre de miles de negocios, y su inevitable efecto en el deterioro de la economía y el empleo.

En cuanto a la porcicultura colombiana, no fuimos ajenos al golpe económico que se dio en los mercados. A pesar de ser un sector que continuó produciendo, resultó gravemente afectado por el confinamiento y el cierre de sectores económicos como los canales horeca e institucional. Esto, sumado al impacto en la capacidad adquisitiva de los colombianos, llevó a reducir la demanda de la carne de cerdo, con consecuencias inmediatas en la caída del precio al porcicultor, que llegó a ser de 25.5%, y el aumento de los costos, por mayor volumen de inventarios en granja y carne en plantas de procesamiento, estimados en 30%, efecto vivido principalmente en abril y mayo. En estos meses, el sector registró pérdidas superiores a $250.000 millones.

FEDEARROZ   Rafael Hernández,  gerente general

Durante el 2020, el sector arrocero colombiano registrará la mayor producción de la historia, con un crecimiento de 14%, pues pasará de 2.98 millones de toneladas de paddy verde en el 2019 a cerca de 3.4 millones. 

Este resultado se da por un incremento cercano a 8% en las áreas sembradas, las cuales pasaron de 540 mil hectáreas en el 2019 a más de 580 mil en el 2020. Así mismo, la productividad registró buen comportamiento, principalmente en zonas de secano, como el Casanare y el bajo Cauca.  

Respecto del precio, se registró estabilidad durante la cosecha, gracias a la política de incentivo al almacenamiento, que permitió a los productores cerrar el año con resultados positivos.  

El Consejo Nacional del Arroz y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural han hecho un llamado a los productores para no incrementar el área sembrada en el 2021, y así evitar sobreofertar el mercado, garantizando que el cultivo mantenga su rentabilidad.  

CLEVER LEAVES Julián Wilches, Director de Asuntos Corporativos y Regulatorios

En Clever Leaves creemos que el 2020 fue el año del gran reto para afrontar la adversidad con esperanza, humanidad y creatividad empresarial. Este año obtuvimos la certificación de Buenas Prácticas de Agricultura y Recolección (GACP) para nuestro cultivo en Pesca, Boyacá; fuimos certificados con Buenas Prácticas de Manufactura de la Unión Europea (EU-GMP) para el área de poscosecha, la planta de extracción y el laboratorio, quedando avalados para producir ingredientes farmacéuticos activos (API), productos terminados y semiterminados de cannabis para fines médicos. Además, fuimos certificados GACP en nuestro cultivo en Portugal, para cultivar, importar y exportar flor seca. Para finales del 2020, Clever Leaves ya ha exportado a quince países de los cinco continentes y genera más de cuatrocientos empleos formales a escala global, principalmente en Colombia.

En este retador 2020, fuimos denominados Proyecto de Interés Nacional Estratégico (Pine) por el gobierno nacional y anunciamos una posible combinación de negocios con Schultze Special Purpose Acquisition Corp. (Nasdaq: Sama, Samaw y Samau, Sama), transacción que esperamos cerrar a finales del 2020, previendo que la empresa combinada cotice en el Nasdaq con el símbolo “CLVR”.

Es verdad que como país ya estamos siendo reconocidos en los mercados internacionales y que el cannabis medicinal ha cobrado gran relevancia en todas las instancias nacionales.

Pero Colombia tiene que creerse el cuento. Aunque ya somos exportadores de productos derivados y procesados, como aceites, resinas y productos semiterminados y terminados, en Colombia no se permite aún la exportación de la flor seca con fines medicinales, mientras que los países vecinos han visto esta oportunidad y sí la permiten.

Abrir esta oportunidad en Colombia le permitiría al país salir del rezago económico resultado del coronavirus. Porque podría: generar miles de empleos rurales; ampliar su participación en el mercado internacional, aumentando sus ingresos; aumentar los niveles de inversión en el país y el ingreso por concepto de impuestos; aumentar el empleo formal del campo de manera importante; diversificar las exportaciones nacionales a destinos no tradicionales, y tener mayores oportunidades y mejores perspectivas para el desarrollo integral y la competitividad de la industria de cannabis colombiana.

El 2021 debe ser el año de la consolidación de esta industria en Colombia. En esta labor, permitir la exportación de flor seca desde Colombia juega un papel determinante.

FEDEACUA   César Augusto Pinzón, director ejecutivo

Lo bueno. A pesar de la crisis mundial sanitaria, el sector de la tilapia se fortaleció en sus exportaciones, que aumentaron 20% en comparación con las del 2018 (el mejor año, históricamente). Este resultado es fruto de la diversificación de productos y de mercados, fortalecidos gracias a la calidad, respaldada por las certificaciones internacionales. Al igual que el comercio exterior, el mercado nacional también muestra uncrecimiento. Otro punto positivo fue la importante reducción de las importaciones de productos acuícolas. 

Lo malo. Pequeños y medianos cultivadores de trucha, con foco en el comercio nacional, fueron fuertemente afectados, puesto que sus principales mercados (restaurantes y hoteles), permanecieron cerrados durante varios meses por cuenta de la pandemia del covid-19.

FEDECACAO     Eduard Baquero, presidente

El 2020 permitió despertar la solidaridad. A través de “Intercambios de corazón”, los  cacaocultores y trabajadores de Fedecacao, entregaron alimentos y elementos de protección a alcaldías, secretarías de Salud, hospitales, puestos de control y productores en Santander, Arauca, Antioquia y Nariño.

Además, creamos el primer curso virtual en el mundo sobre el manejo del cultivo de cacao, y capacitamos a 1.600 personas de Colombia y otros países. Con la campaña “El chocolate nos une”, visibilizamos a 250 emprendimientos, convirtiéndose en puente para que los compradores se contactaran directamente con las asociaciones.

Resaltamos la Recertificación ISO 9001-2015, recibida de Bureau Veritas, que destacó la labor adelantada y cataloga a Fedecacao como una organización con un sistema de calidad sólido, con acciones encaminadas al mejoramiento y crecimiento continuo.

Nos aliamos con el Banco Agrario, Unad, Invima, Unodc, Asocolflores y Zoomate, para el desarrollo, crecimiento, competitividad, sostenibilidad y mejoramiento de calidad de vida de los cacaocultores, los emprendedores y de todos.

También abrimos Federación Chocolate, la tienda de los cacaocultores, como mensaje de esperanza para las familias productoras y los colombianos en general.

Lo bueno. El año cacaotero registró la producción más alta de la historia: 64.281 toneladas. El Ministerio de Agricultura extendió a Fedecacao el contrato de administración del Fondo Nacional del Cacao por diez años más. Las exportaciones del grano crecieron 46%, con 11.769 toneladas. Se avanzó en el camino de adhesión de Colombia a la Organización Internacional del Cacao, ICCO. El retiro del Proyecto de Ley 097/19, que afectaba a los cacaocultores. La firma de acuerdos comerciales a través del Programa de Agricultura por Contrato, con 6.440 cacaocultores. El Proyecto de Renovación de Plantaciones. El Programa Incentivo a la Compra de Insumos

Lo malo. Incertidumbre al inicio de la pandemia. Las restricciones en movilidad. El alza del dólar, que provocó alza en precios de insumos

GRUPO DIANA       Jaime Murra, presidente

Para Grupo Diana, el 2020 fue un año de grandes retos y grandes logros. Como la mayoría de empresas del país, iniciamos el año con nuestro plan estratégico definido, pero en marzo fuimos sorprendidos por el covid-19 y tuvimos que enfrentarnos a una nueva realidad de mucha incertidumbre y grandes cambios. Empezamos a transitar este nuevo camino desconocido, pero, gracias al gran compromiso y esfuerzo de cada una de las personas que hacen parte de nuestra organización, logramos irnos adaptando para proteger a nuestros colaboradores y garantizar la llegada de todos nuestros productos a la mesa de los colombianos.

Aunque algunos de nuestros negocios fueron muy afectados financieramente, también fuimos afortunados, ya que el corazón del Grupo en los negocios de agroindustria y alimentos pudo mantener su operación. Desafortunadamente, muchos sectores del país no han contado con la misma suerte. Conscientes de esta crisis humana y económica, hemos hecho nuestro mayor esfuerzo para aportar nuestro granito de arroz y ayudar a solventar la difícil realidad de miles de compatriotas.

Ahora que se avecina el cierre del año, estamos más orgullosos que nunca de este equipo ejemplar de personas que, en medio de esta tormenta, ha alcanzado metas excepcionales, como el lanzamiento de nuestra Harina Precocida de Maíz Diana y nuestros Garbanzos y Lentejas Diana, que han logrado hacer de Diana una familia más unida y una marca más querida por los colombianos.

PROCULTIVOS           María Helena Latorre, directora

Sería necio negar que este 2020, que estamos cerrando, nos puso a prueba a todos. Nuestra cotidianidad cambió, nuestra manera de pensar cambió, en fin, la realidad cambió y nos obligó a encontrar un nuevo prisma para ver la vida y sus complejidades por cuenta de la pandemia del covid-19.

Sin duda, esta nueva normalidad es un reto para todos, pero no por eso podemos dejar pasar las oportunidades que esto representa. Dimensionemos esta premisa a la luz del campo colombiano y sus productores.

Es innegable mencionar que hay –y habrá por un tiempo– un impacto económico negativo sobre la sociedad en general, y el campo no escapa a esa realidad. La reactivación de la economía y el empleo es una tarea en proceso, que no será sencilla, pero que será posible con la suma de todas las voluntades individuales y de una hoja de ruta clara y oportuna.

Pero miremos el lado positivo de la pandemia. En primer lugar, resaltaría el reconocimiento que se ha hecho de los productores del agro, no solo en Colombia sino en el planeta entero. Con cada día que pasa en la pandemia, somos más conscientes de la importancia de nuestros agricultores, esos héroes que se encargan de llevar a nuestras mesas, alimentos sanos y suficientes, apoyados en una óptima e inteligente nutrición y protección de sus cultivos.

En segundo lugar, me gustaría destacar cómo en tiempos difíciles, la solidaridad ha jugado un rol clave. Apoyar a nuestros productores del campo debe ser una constante y no una excepción. De igual manera, el trabajo asociativo entre nuestros agricultores es definitivo para su bienestar. La unión hace la fuerza; de eso no cabe ninguna duda.

Por todo lo forjado en el 2020, vamos a tener un año 2021 lleno de conquistas en manos del trabajo conjunto y colaborativo del sector privado y público, lo cual, también aprendimos a fortalecer en pro de nuestros productores del campo durante estos tiempos de pandemia.

CORPOHASS   …Jorge Enrique Restrepo, director ejecutivo

Lo bueno. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos aprobó la constitución de Colombia Avocado Board, comisión compuesta por exportadores, importadores y Corpohass, para la promoción de nuestro origen en el principal mercado del mundo.

En un trabajo articulado con el ICA se crearon cinco nuevas mesas fitosanitarias en tres departamentos, instrumento con el cual se busca aumentar el número de predios y hectáreas habilitadas para exportar a los nuevos mercados: Estados Unidos, Argentina, Japón, Perú y China. Así, se quiere aprovechar los esfuerzos del gobierno nacional en la apertura de mercados.

Desarrollamos, con el apoyo de Portafolio Verde, una firma líder en consultoría en desarrollo sostenible, nuestro propio sello de sostenibilidad, uno de los grandes hitos para el gremio en su corta historia. En este proyecto piloto participan veinte empresas, productoras y exportadoras.

A septiembre 30, las exportaciones habían crecido 43% en volumen, y 34% en dólares, en relación con el mismo periodo del año anterior.

Firmamos dos acuerdos de sostenibilidad ambiental con las corporaciones Cornare y Carder, y a partir de octubre hemos impactado a más de 370 productores de Antioquia y Risaralda en diferentes jornadas técnicas de socialización y formación, realizadas de formas virtual y presencial.

Reforzamos nuestro equipo de trabajo con una coordinadora para todo el Eje Cafetero y el norte del Valle, y tener así más cercanía con los productores y exportadores de la región.

Se desdobló la partida arancelaria para aguacate Hass, proceso que iniciamos en noviembre 2019, y que fue oficializado por un decreto en agosto pasado.

Avanzamos en la Agenda de Internacionalización Colombia Exporta Agro, que lidera el Ministerio de Comercio, y en la que participan varias entidades del gobierno nacional, de forma articulada con el sector privado en cinco ejes: Información y planeación sectorial, Productividad, sanidad e inocuidad, Calidad y sostenibilidad, Facilitación del comercio y logística y Promoción comercial y atracción de inversión.

Lo malo. La restricción del aforo en sitios públicos nos impidió hacer más jornadas de transferencia de conocimiento a los productores. Además, se cancelaron las principales ferias internacionales donde promovemos el aguacate Hass de Colombia. El canal horeca (food service) tuvo una fuerte caída en los principales mercados, debido a las cuarentenas obligatorias decretadas en el exterior.

BOLSA MERCANTIL DE COLOMBIA, BMC   María Inés Agudelo, presidenta

Lo bueno.  El sector agropecuario contrarrestó la caída general de la economía.  Según el Dane, este tuvo un crecimiento real anual de 1.5% durante el tercer trimestre del año y un crecimiento real de 2.8% en lo corrido del 2020 (enero-septiembre), la tasa más alta dentro de las doce grandes ramas de actividad que componen el PIB por el lado de la oferta.

La BMC continuó siendo una aliada del sector, consolidándose como una de las principales fuentes de financiación, con el registro de facturas, que permite a los productores diferir el pago del impuesto de renta, puesto que no están sujetas de retención en la fuente. En el 2020, con corte a noviembre 30, se registraron $32.93 billones, lo que se traduce en un incremento anual de 21.9%, y una liquidez para los productores cercana a 627 mil millones. 

Igualmente, la BMC continuó siendo una aliada estratégica del Ministerio de Agricultura en el seguimiento y verificación de programas implementados en el marco de apoyos dentro de la cadena de comercialización. La BMC realiza la operación y ejecución de estos programas y convenios, que son fundamentales para el desarrollo del sector.

Lo malo. El 2020 ha sido un año retador. A pesar del buen comportamiento de la demanda y la favorabilidad de los precios para los productores, durante la primera mitad del año, la fuerte devaluación de la tasa de cambio, las restricciones al acopio y distribución, el invierno y la sobreoferta de productos, imponen retos en la sostenibilidad del sector en el corto plazo.

El 2021. Hay optimismo de que la actividad económica se normalice, lo que sin duda fortalecerá la productividad del sector. La BMC se propone ampliar su ámbito de acción en proyectos como el apoyo a la comercialización de maíz, fríjol soya, sorgo y leche, y la profundización de la financiación a través de los repos. Así mismo, continuará siendo una fuente importante de liquidez para el sector.

ASOCAÑA    … Claudia Calero, presidenta

Lo bueno. Los ingenios y cultivadores de caña afiliados a Asocaña pusimos en marcha la estrategia “Azúcar con balance”, que busca promover en las familias colombianas hábitos y estilos de vida saludables, en los que el balance y la información es la clave para alimentarse de manera adecuada, y en los que el consumo moderado del azúcar es posible.

Lo malo. El desequilibrio que se continúa dando en la balanza comercial, por cuenta de las importaciones de azúcar provenientes de Perú, Ecuador y Bolivia. Ecuador, por ejemplo, nos impuso una salvaguardia que solo permite que les exportemos 17 mil toneladas al año, compartidas con Perú, mientras ellos han ingresado el doble a Colombia, y lo siguen haciendo sin limitación. En el caso de Bolivia, en el pasado, le ha impedido a Colombia el acceso a su mercado de azúcar, mientras ese país ingresa su producto a nuestro mercado deliberadamente.

VECOL   Juan Aurelio Moncada, presidente

Vecol S.A. continúa trabajando arduamente para atender las necesidades de los clientes, investigando, desarrollando, produciendo y comercializando productos de alta calidad, que puedan contribuir a la sanidad animal y a una mejor productividad del sector agropecuario Colombiano. 

El 2020 trajo consigo desafíos externos relacionados con variaciones en el comportamiento del mercado, cambios en los hábitos de consumo, problemas de abastecimiento y logística, entre otros. A escala interna, adoptamos todas las medidas de bioseguridad, articulación del teletrabajo, virtualización, automatización de procesos y aceleración en transformación digital, para garantizar la continuidad del negocio, honrando el compromiso de mantener la oferta de productos y servicios sin interrupción, cumpliendo con los más altos estándares de calidad.

Adicionalmente, Vecol desarrolló para sus trabajadores un programa de capacitación en conocimiento aplicado, ética y habilidades blandas e implementación de modelos de gestión por competencias para empresas de clase mundial.

Con una visión de futuro, la innovación se ha consolidado en el ADN de la empresa, con proyectos colaborativos de investigación, desarrollo, transferencia tecnológica a nivel global y consolidación de alianzas estratégicas para los diferentes eslabones de la cadena de valor, así como el aprovechamiento de nuevas tecnologías aplicables a los procesos más importantes de nuestra operación.

Adicionalmente, se logró el registro de ventas ICA de siete nuevos productos desarrollados: un biológico, un farmacéutico, cuatro cosméticos y un fertilizante. Y como un balance general para el cierre del 2020, se proyecta un crecimiento de 15% respecto al 2019. De esta manera, la visión de Vecol para el 2021 está enfocada en las necesidades de los clientes, lograr un crecimiento en ventas, continuar con el plan de modernización tecnológica, el cumplimiento normativo, la internacionalización, y avanzar en la renovación del portafolio actual.

Los desafíos son muchos, pero el compromiso con el campo es aun mayor. Vecol continúa comprometida con los clientes para seguir entregando productos y servicios de la más alta calidad y contribuir de esta manera con el cuidado del sector agropecuario en Colombia.

FEDERACAFE   Roberto Vélez, gerente general

En un año que retó a la humanidad, la producción de café ha sido tabla de salvación para muchos, un verdadero respiro para la economía del país. En efecto, al cierre del año cafetero (octubre 2019-septiembre 2020), el valor de la cosecha alcanzó $8.7 billones, el mayor en veinte años, y se espera que al final del año civil alcance unos $9 billones. A diferencia de las regalías que obtiene el Estado por la producción de hidrocarburos y minerales, el ingreso cafetero se redistribuye directamente en los más de seiscientos municipios productores, un auténtico motor de la economía.

Y, por si fuera poco, la recolección de café se convirtió en tabla de salvación para muchas personas que perdieron su fuente principal de ingreso en esta pandemia y encontraron en el café una alternativa.

La producción en el año cafetero alcanzó 14.1 millones de sacos (sexto año consecutivo a estos volúmenes) y el consumo interno creció 15%, impulsado por el alza en hogares, aunque en tiendas se viera afectado. Entre enero y septiembre, la Federación compró 121 millones de kilogramos de café pergamino seco por un billón 123.000 millones de pesos, 13% superior al del mismo periodo del 2019 y pagando al productor 10.4% más sobre precio base de referencia. Y en exportaciones de café, nuestra participación pasó de 19% en septiembre del 2019 a 22.5% en septiembre del 2020.

Todo esto fue posible gracias a que, desde el comienzo de la pandemia, la Federación tuvo clara una prioridad: cuidar la vida y la salud de los productores, sus familias y sus colaboradores, con adecuadas y oportunas medidas que incluyeron un protocolo de bioseguridad propio (el primero de un gremio con aval del Ministerio de Salud), la modificación por primera vez en su historia del logo, poniendo tapabocas a Juan Valdez y la mula Conchita, e intensas campañas de difusión y prevención.

FEDEPAPA. Germán Palacio, gerente general 

El 2020 ha sido un año particularmente diferente. La emergencia sanitaria por la que ha tenido que pasar Colombia y el mundo por cuenta de la pandemia del covid-19, ha traído muchas dificultades y retos para nuestro sector, razón por la cual, Fedepapa ha tomado acción en el cambio que se requiere para hacerle frente a la actual coyuntura.

La Federación comprendió la situación de bioseguridad que enfrentaban las centrales de abastecimiento del país; por ello, como plan auxiliar, puso a disposición de las autoridades y de los productores de papa el centro de acopio ubicado en el municipio de Villapinzón, Cundinamarca, con el propósito de almacenar su producción, evitar intermediarios y mitigar estos momentos de crisis para nuestros agricultores.

Así mismo, la Federación se ha comprometido con el comercio internacional justo, solidario, libre y transparente, de modo que continúa trabajando para evitar el dumping en las importaciones de papa precocida congelada.

La contingencia por el coronavirus, nos ha obligado a aprender a trabajar bajo unos códigos de cuidado y autoprotección, que han ido de la mano con desafíos históricos para el campo, impulsando su rápida modernización, el rápido avance de la virtualidad en la ruralidad y la premura por desarrollar nuevos y mejores esquemas de comercialización, motivo por el cual la Federación, también ha buscado alternativas para que desde el Fondo Nacional de Fomento de la Papa se continúe con la operación de los proyectos orientados a fortalecer los procesos de acompañamiento técnico a los productores, generar información sectorial oportuna e impulsar el consumo de papa nacional.

La Federación continuará soportando y trabajando por los intereses de más de 100 mil familias productoras de papa –que bajo todas las dificultes y retos que afrontan, no paran de trabajar para continuar abasteciendo a todo un país–, con el llamado para que desde el gobierno se sigan evaluando los diferentes incentivos para los pequeños productores y generar soluciones estructurales para el rescate del sector.

ASOLECHE

Lo bueno. La pandemia llevó a las industrias lácteas a fortalecer sus canales de e-commerce. Las empresas se vieron en la necesidad de volcarse a plataformas digitales y crear contenidos cada vez más frecuentes con relación a los momentos de consumo. También comenzaron a trabajar en marketing digital y experiencial a la vez. Así, muchas de ellas empezaron a producir programas en vivo con cocineros, ampliaron sus recetarios digitales, crearon portafolios de productos virtuales, profundizaron sus canales y páginas web y montaron plataformas de e-commerce directo. Como resultado de esto, hoy, las compras por internet ya representan casi 6% de la categoría, con un crecimiento de más de 130%.

Se hicieron muchas actividades de apoyo social: donaciones de productos, recursos y pruebas de covid, que superaron los $15.000 millones. Se aseguraron los puestos de trabajo de todos sus colaboradores. Se lanzó la campaña de promoción al consumo de productos lácteos, en alianza con Ministerio de Agricultura

Igualmente, se desarrolló el programa de Fortalecimiento Empresarial para Mipymes del Sector Lácteo, en alianza con Innpulsa, y tuvimos como aliados a Procolombia y la Universidad de la Sabana para celebrar la Semana Láctea, el programa de Innovación Abierta Muuchack y el proyecto Visión 2030 del Sector Lácteo.

Lo malo. El covid-19, que obligó al gobierno a decretar la cuarentena obligatoria en todo el país, e hizo que el estilo de vida de los colombianos y por ende el consumo de los hogares colombianos se comportara de manera distinta. El cierre de los canales institucional y horeca. En marzo, la gente salió a abastecerse, y el sector tuvo un incremento en ventas de 3.8% especialmente en leche líquida; sin embargo, para abril y mayo se empieza a percibir una fuerte caída en las ventas (17%).

Debido al clima, a julio, se evidencia una sobreproducción de leche: 7%, frente al 2019. La industria no puede colocar toda esa leche a precios más bajos, por lo que no pocos ganaderos se vieron obligados a venderla a canales informales o, incluso, a derramarla. Al haber poca rotación de los productos y mucha producción de leche, los inventarios de las empresas crecieron, con altos costos de almacenamiento.

YARA    Marcelo Altieri, vicepresidente senior para Latinoamérica.

El 2020 fue un año bastaste retador para el sector agrícola. Sin duda, uno de nuestros mayores desafíos fue mantener la operación en marcha y adaptarnos rápidamente a la nueva forma de trabajo, con la salud y seguridad de nuestra gente como prioridad.

Los fertilizantes son fundamentales para la producción de alimentos. Por eso, desde el inicio de la pandemia, nuestro compromiso fue asegurar el suministro constante de insumos que los productores necesitaban, para que la crisis sanitaria no se convirtiera en una crisis alimentaria. El campo nunca se detuvo y nosotros tampoco.

Nuestro equipo también se reinventó para seguir acompañando a los agricultores. Sin poder llevar a cabo actividades presenciales, decidimos aprovechar el potencial de las plataformas digitales, para entregar conocimiento a través de webinars, días de campo virtuales y conversatorios en redes sociales. Sabemos que la conectividad continúa siendo una barrera para las zonas rurales de Colombia, pero aun así, hemos logrado llegar a miles de personas.

Quizás lo más positivo que nos dejó este año fue encontrar nuevas formas para generar valor a los productores, con el apoyo de las nuevas tecnologías. Incluso, transformamos el Programa Yara Champion® y descubrimos que el resto de la cadena también quiere seguir reconociendo el esfuerzo y compromiso de los productores con la calidad de su cosecha, ahora más que nunca. ¡Esto nos hace recibir con mucho optimismo el 2021!

FENAVI   Gonzalo Moreno, presidente ejecutivo

Desde que inició la pandemia del coronavirus, que obligó a la implantación de medidas como el aislamiento y la cuarentena preventiva, los avicultores han estado al frente para garantizar el abastecimiento de pollo y huevo a los colombianos, dos de las proteínas más importantes en la alimentación.

Durante los primeros meses de la emergencia sanitaria hubo una producción alta que se quedó sin posibilidad de comercialización, debido a que los principales mercados entraron en cese de actividades y se cerró el canal horeca (hoteles, restaurantes y casinos), así como asaderos, por lo cual cayó la demanda y se produjo un golpe logístico que tuvo incidencia directa en la economía de los productores, máxime cuando ya se habían sacrificado aves para satisfacer los pedidos en diferentes regiones del país.

La demanda de pollo cayó 15.4%, algo que llevó a que posteriormente la oferta también disminuyera 20%.

En cuanto al huevo, el consumo aumentó considerablemente. Al principio de la pandemia, las compras se dispararon en 30%. Sin embargo, en los últimos meses el precio ha caído y está por debajo del costo.

Ante estas situaciones los avicultores tuvieron que reinventarse, usar nuevos canales, hacer alianzas estratégicas para llegar a los clientes y mantener los precios acordes con los costos de producción. La avicultura se ha destacado en esta crisis porque no ha dejado de trabajar ni un momento, evitando así el desabastecimiento del país.

FIDUAGRARIA      Guillermo Javier Zapata, presidente

A octubre, Fiduagraria administraba un total de $4.1 billones en activos, produciendo comisiones por más de $99.100 millones; ingresos derivados de la administración de 239 negocios de naturaleza pública y privada. Igualmente, obtuvimos $982.274 millones, el saldo más alto administrado en nuestros Fondos de Inversión Colectiva, una utilidad acumulada de $19.212 millones y un ROE de 40.89%, lo que nos ubica en el tercer lugar en el ranking de fiduciarias. 

Los resultados son el reflejo del rol de Fiduagraria como vehículo de inversión en iniciativas públicas, en perfecta alineación con el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, para propiciarles a los trabajadores del campo incentivos y ayudas que apalanquen la reactivación económica del sector, con programas tales como “Reactivación Económica”, que entrega un beneficio por un total de $32.000 millones, con un máximo por departamento de $1.000 millones, a través de proyectos presentados por las secretarías de Agricultura departamentales (o quienes hagan sus veces), las cuales identifican y seleccionan los potenciales beneficiarios para entregar este  incentivo; “Alianzas Productivas por la Vida”, programa que vincula a pequeños productores rurales con los mercados, a través de una propuesta productiva rentable, sostenible y competitiva, en la búsqueda de fortalecer el eslabón más débil de la cadena: la comercialización, y “Apoyo a la Compra de Insumos Agropecuarios”, iniciativa que destinó $35.000 millones para pequeños productores, con el propósito de que obtengan 30% de descuento en el costo de insumos agropecuarios que venden los almacenes especializados.

Destacamos, igualmente, la continuidad en la prestación del servicio, a pesar de la contingencia de salud pública causada por el covid-19, gracias al trabajo de los colaboradores desde su casa, con el soporte de herramientas tecnológicas que la entidad venía implementando desde tiempo atrás.

AGROBIO    María Andrea Uscátegui, directora ejecutiva

Lo bueno. La publicación del estudio científico que evaluó los beneficios ambientales y económicos de quince años (2003-2018) de siembra de cultivos transgénicos en Colombia. El documento, publicado en la revista GM Crops & Food, dio evidencia en cifras del impacto positivo que los cultivos genéticamente modificados han tenido en el país, y demostró que esta tecnología ha mejorado los rendimientos de algodones y maíces, así como los ingresos de los agricultores –al estar más protegidos de los daños ocasionados por las plagas–, y han reducido el impacto ambiental que puede causar la agricultura misma.  

Lo malo. Definitivamente, fue el nuevo intento por bloquear constitucionalmente el acceso de los agricultores a esta tecnología en cultivos con un proyecto de acto legislativo que podría, incluso, evitar la comercialización en el país o exportación de cualquier desarrollo nacional en materia de semillas genéticamente modificadas. Por fortuna, las condiciones propias de este año y el citado estudio científico, ayudaron a que sean más los tomadores de decisiones los interesados en conocer mucho más sobre la ciencia de cultivos, para poder adoptar posturas informadas y basadas en evidencia técnico-científica.

Esperamos, entonces, que el sacudón que representó este año nos ayude a escuchar más a la ciencia, de manera que estemos abiertos a recibir todo lo que ofrece en pro del desarrollo productivo y sostenible del sector agrícola, y con ello aportar a la seguridad alimentaria y nutricional del país.

FEDEPALMA   Jens Mesa, presidente ejecutivo

El sector palmero trabajó para sortear la pandemia del covid-19, buscando un equilibrio entre la preservación de la vida y la continuidad de la actividad económica, para lo cual nombró un gerente, responsable del manejo de toda la estrategia. Las empresas palmeras, a través del Fondo de Solidaridad Palmero, han entregado más de $4.000 millones en comestibles y apoyos para mejorar las condiciones de salud de las comunidades vulnerables en las regiones palmeras.

Lo bueno. Los mejores precios internacionales de los aceites de palma y palmiste. El Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite y la Reunión Técnica Nacional de Palma de Aceite. El desempeño de la institucionalidad gremial, así como de la parafiscalidad palmera ante la crisis del covid-19. La aprobación de la interpretación Nacional de los Principios y Criterios de la RSPO y la firma del acuerdo de cofinanciación del proyecto para la sostenibilidad de la agroindustria de aceite de palma de Fedepalma, Cenipalma y el IDH (Iniciativa de Desarrollo Sostenible), que con una inversión de $5.000 millones, representa el comienzo de un plan con gran proyección para la palmicultura y el país. El FEP Palmero, continuó consolidándose como un mecanismo que ha generado ingresos adicionales para el sector por más de US$2.2 billones. La estrategia hacia la sostenibilidad, con un trabajo para posicionar al país en el ámbito internacional con un producto único y diferenciado. La campaña para estimular el consumo de aceite de palma 100% colombiano. A partir del primer trimestre del 2021, la mezcla del biodiesel será de 12% (B12); este año, entró en vigencia la mezcla B2 en marzo, y B5 en septiembre a la gran minería.

Lo malo. La baja dinámica de la producción de aceite de palma durante el segundo semestre. La pudrición del cogollo y la marchitez letal. Las importaciones de aceite de palma, que causaron graves distorsiones en el mercado nacional y desplazamiento de la producción local. Europa siguió con medidas que buscan disminuir la demanda de aceite de palma en biodiésel y las iniciativas privadas de etiquetado, que estigmatizan el consumo de aceite de palma en alimentos.

PROCAÑA   Martha Betancourt, directora ejecutiva

El 2020 pasará a la historia por el impacto súbito y generalizado del covid-19. La suspensión de las actividades, para tratar de contenerlo, ha ocasionado lo que sería la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial. Pero la adversidad puede transformarse, y en Colombia, el sector agropecuario respondió oportunamente con el suministro de alimentos. El sector agroindustrial de la caña mantuvo su ritmo, guardando todas las condiciones de bioseguridad, conservando los puestos de trabajo y brindando la tranquilidad del suministro de alcohol para controlar la propagación del virus.

En Procaña, asumimos el reto como una oportunidad de fortalecer nuestra relación con los afiliados, brindando apoyo y siendo guía en medio de una avalancha de decretos y resoluciones, coordinando acciones con los gobiernos nacional y local para poder mantener el sector en funcionamiento.

Los problemas de orden público, la violencia generada por los cultivos ilícitos, las violaciones a la propiedad privada, la reducción en los indicadores de productividad especialmente de sacarosa y el bajo nivel de lluvias, han sido las mayores dificultades en nuestro sector, las cuales han requerido acciones conjuntas con el gobierno nacional y marcan un reto para todos los actores de la cadena.

Destacamos los logros alcanzados con el aporte voluntario de productores de caña e ingenios en el Fondo Social, que ha contribuido con la calidad de vida de 2.759 personas de la parte alta del municipio de Florida, mediante el mejoramiento de 20.2 kilómetros de vías terciarias, con una inversión de $2.576 millones. Continuaremos esta importante labor en el 2021, con el apoyo de la Gobernación del Valle, en otros municipios.

En materia de sostenibilidad, fortaleceremos el Programa Fénix, con el liderazgo de Cenicaña y el apoyo de los gremios, para aumentar las prácticas sostenibles que contribuyen al posicionamiento de nuestra azúcar en mercados internacionales.