Revista Nacional de Agricultura
Edición 1044 – Febrero 2024
Entrevista Carlos Mayorga, gerente general de Fedepanela
Una de las noticias más importantes con la que inicio el 2024 fue la decisión de la Superintendencia de Industria y Comercio de negar una solicitud para patentar el proceso de producción de la panela. La RNA habló con el gerente general de Fedepanela, el ingeniero Carlos Mayorga, vocero de los productores paneleros que fueron clave en esa decisión de la SIC.
Revista Nacional de Agricultura (R.N.A.): Esta es una historia que viene desde 2020 con la solicitud del Señor Jorge Enrique González Ulloa, tanto en Colombia como en otros países para obtener la patente del método que tradicionalmente han utilizado los paneleros para la elaboración de la panela. ¿Qué razones tenía el señor González Ulloa para hacer esa solicitud?
Carlos Mayorga (C.M.): El señor González Ulloa, según logramos interpretarlo con el equipo de trabajo, tenía como fin sacar un producto pero patentando el método tradicional de la panela. Cuando nos dimos cuenta, el producto es muy similar a nuestra panela pulverizada.
Pero por otro lado, en esos procesos de solicitud de patente existen unos temas que se llaman reivindicaciones, que son como los soportes que le dan para que se pueda patentar un proceso, un método o un producto que debe tener también un nivel de inventiva. Cuando miramos esas reivindicaciones, nos dimos cuenta de que allí había unas actividades que nuestros paneleros vienen haciendo toda la vida y entonces eso alertó mucho.
R.N.A.: ¿Qué hicieron cuando identificaron todo eso?
C.M.: Fue allí cuando la Junta Directiva Nacional de Fedepanela dio el mandato de hacerle seguimiento a esta solicitud. Después de hacer la evaluación tanto técnica como jurídicamente, se procedió a colocar las observaciones y la contraposición a esta solicitud.
R.N.A.: Una de las características de una patente es tener algo novedoso y aquí no lo había entonces.
C.M.: Exacto. El ingeniero sí planteaba un tema del método con temperaturas superiores a 90 grados, lo que sobrepasa la gran mayoría de las temperaturas en los trapiches. Pero hay productores que han hecho desarrollos tecnológicos en sus hornillas, en la extracción, en la clarificación y también han llegado a esto, entonces ahí es a donde también se generaron las alertas.
R.N.A.: Y parte del debate también estaba en que añadir elementos novedosos a un método que ya se viene utilizando, no necesariamente da para tener un producto nuevo para patentar.
C.M.: Exacto, es que hay que reconocer un tema también y es que en la sociedad colombiana todos debemos ser muy rigurosos en los temas técnicos sobre desarrollos tecnológicos que indudablemente los necesitamos pero donde es fundamental que busquemos es el bienestar colectivo y no el individual. Cuando se busca solo el bienestar individual, lo que genera es molestias sobre todo en un sector social tan grande como es el panelero. Estamos hablando de que la actividad panelera se realiza en alrededor de 564 municipios del país y que son casi 350.000 familias que derivan su sustento en toda la cadena de la panela.
R.N.A.: La SIC en la resolución dice que por las pruebas que presentaron Fedepanela y otros colectivos, oponiéndose a esa solicitud, consideró que el método no es patentable. Explíquenos cómo es ese método tradicional.
C.M.: Es un proceso en el que, en primer lugar, la mano de obra que se utiliza es altísima y es un periodo relativamente largo. Este proceso inicia con la siembra de la caña en lotes. Hay una forma y es en terrenos donde las pendientes son muy altas; allí nuestros productores hacen una especie de cajones, pero no en madera sino como cajuelas que abren en el suelo y allí colocan las semillas.
Cuando nace la caña, se pueda cortar tras un periodo de casi 16 o 18 meses. Durante ese periodo a las cañas se les hacen unas labores culturales, le hacen fertilización, en fin, es un proceso muy largo.
Cuando ya llega la época del corte, las mulas la llevan a los trapiches, al molino, algunos son muy artesanales, y allí se extrae el jugo que va a unos recibidores. El bagazo, la parte de fibra que queda, va a lo que llamamos bagacera, donde se deja secar por unos 20 días o un mes y esto va a servir como combustible para la hornilla.
Los jugos van a la hornilla hasta que obtenemos panela líquida, que luego se bate hasta su enfriado y se compacta. Luego pasa a unos moldes, que por lo general son de madera, se esparce, se compacta, y al cabo de 20 minutos o media hora, se quitan los moldes y queda la panela en bloque.
El proceso varía si es por ejemplo panela pulverizada.
R.N.A.: Pero cuando ya se tiene la caña lista, ¿cuánto tiempo demora la producción de la panela?
C.M.: Cuando haces el corte, el proceso puede ser de un día mientras se lleva al trapiche y pasa por la molienda. Al día siguiente o a los dos días se lleva al pueblo a vender.
R.N.A.: ¿Cuáles son los costos de producción?
C.M.: Acá hay un tema muy sensible y preocupante y es que en los costos de producción aproximadamente el 60% es mano de obra. Además, en nuestro país hoy ha disminuido la producción, que puede estar alrededor de las 850.000 toneladas de panela, y ha disminuido precisamente por la falta de mano de obra.
Es una actividad que físicamente requiere mucha energía, mucha fuerza y hoy existen otras alternativas de generación de ingresos, de líneas productivas, no solamente en el sector agropecuario sino de los mismos servicios en las zonas rurales que han hecho que muchos jóvenes ya no quieran trabajar en la caña.
Por otra parte, es impresionante cuando los precios se deprimen. Ojalá la sociedad colombiana conociera que cuando los precios de la caña se deprimen en las regiones paneleras, es un tema muy difícil porque todo el mundo hace mercado, compra cosas, lo que sea de acuerdo a los ingresos que tenga y los productores escasamente tienen para hacer el mercado y pagarles a dos, tres o cuatro trabajadores en pequeñas zonas de producción.
R.N.A.: ¿Esto también tiene que ver con disminución en el consumo de panela?
C.M.: El consumo de la panela se ha deprimido. Uno pensaría que es algo que no le debe faltar a uno en ningún momento. Sabemos que en pandemia todo el mundo necesitaba tomarse una agua de panela, pero esto cambió.
En los últimos 17 años el consumo de la panela ha caído en un 48%. Solo en los últimos 5 ha caído un 24 %, y acá hay varios elementos: en primer lugar, y creo que es uno de los fundamentales, es que los hábitos de consumo de las nuevas generaciones vienen cambiando de una manera impresionante, casi exponencial. Están buscando alimentos que llaman funcionales, que sean rápidos de preparar y que sean nutritivos, en fin.
Y en segundo lugar, creo que nos ha faltado comunicación para que entiendan de la importancia de consumir panela, porque es un alimento que tiene minerales, vitaminas y que socialmente es fundamental en el campo colombiano.
Hemos pedido el apoyo de los gobiernos de turno en todos los temas de promoción al consumo. Necesitamos fuertes campañas tanto a nivel nacional como a nivel departamental para que los jóvenes sigan consumiendo panela.
En últimas el que define que un producto se quede en el mercado es el consumidor. Ahí el gran reto es seguir conquistando a esas nuevas generaciones.