Revista Nacional de Agricultura
Edición 1015 – Junio 2021

El 06 de diciembre del 2019, el Presidente de la República, en el Congreso de Fedearroz, se comprometió con el sector agropecuario a presentar en la CAN, durante el año (julio 2020-julio 2021) que Colombia tendría la Presidencia pro témpore de este mecanismo de integración, un documento para que se renueven las herramientas comerciales y las herramientas de producción agropecuaria a la luz de las necesidades de hoy.

A pesar del firme compromiso del Presidente Duque, ese año se pasó, y no pasó nada en el interior de la CAN en materia de la imperiosa necesidad de revisar el sistema de integración comercial andino para el sector agropecuario.

Como fue nuestro compromiso con el Gobierno, trabajamos con nuestros afiliados una propuesta que fue discutida en múltiples reuniones con los Ministerios de Comercio y Agricultura a partir de septiembre del año 2020. Posteriormente, nuestra propuesta fue socializada con representantes del sector privado de otros sectores de la producción no agropecuaria para disipar dudas sobre su ámbito de aplicación. Y a pesar de que en múltiples reuniones con funcionarios de todos los niveles de decisión insistimos en el compromiso del Presidente en este tema, y en la necesidad imperiosa de actuar en el marco de la CAN, el tiempo pasó, Colombia entregó la Presidencia pro témpore a Ecuador y desafortunadamente seguimos en las mismas en la relación comercial con los países andinos, particularmente con Ecuador y Perú.

En el periodo 2017-2020 la balanza comercial agropecuaria para Colombia siempre ha sido negativa. Nuestras exportaciones promedio anual han sido de US$429 millones y nuestras importaciones alcanzan la cifra de US$976.000 millones (promedio anual). Dentro de los productos que más importamos de los países de la CAN se encuentran las grasas y aceites animales o vegetales, las preparaciones de carne-pescado, azúcar y arroz. Nuestro fuerte exportador se concentra en azúcar y artículos de confitería, grasas y aceites y preparaciones alimenticias. Como es conocido por todos, en productos como el azúcar, el arroz y el aceite de palma siempre hemos tenidos serias diferencias con los demás países de la CAN.

En el caso del Perú, las importaciones (US$287 millones promedio anual 2017-2020) desde ese país a Colombia se han concentrado principalmente en aceite de palma y soya, café, productos de panadería, azúcar y arroz. Este último producto no presentaba importaciones hasta el 2019, año en el que importamos US$19.9 millones, y en 2020 (en plena pandemia) llegamos US$34 millones. No deja de resultar paradójico que el Perú, en el 2020, importó más de 315 mil toneladas de arroz provenientes de Uruguay, Brasil y Tailandia, entre otros. Pero vaya y busque que nuestro arroz entre a ese mercado.

Con Ecuador, las importaciones (US$436 millones promedio anual 2017-2020), se han concentrado en preparaciones, conservas y harina de pescado, aceite de palma, arroz y azúcar. En el caso del arroz, 99% de las exportaciones ecuatorianas de ese producto llegan a nuestro mercado, y como dijo la Ministra de Agricultura de ese país a un medio de comunicación el pasado 15 de julio, Ecuador busca fortalecer las exportaciones de arroz a Colombia en un intento por colocar el excedente de producción y defender su precio en el mercado interno. Y mientras allá no entra nuestro arroz para lograr el mismo propósito, aquí tenemos las puertas abiertas para el arroz de esos dos países. 

Por supuesto esto no se trata de cerrar el comercio, como se lo hemos dicho al gobierno. Se trata de que exista un verdadero comercio bilateral, con pragmatismo, que entienda las sensibilidades de lado y lado y que se enfoque en estacionalidades y otras figuras que beneficien a todos los países. Es decir, que responda a las realidades del 2021 y no a las de 1969.

Es importante recordar que el acuerdo de la CAN y sus medidas parten de la base de la existencia de una Unión Aduanera, lo que implica tener un arancel externo común, el cual en la práctica no existe y que en el caso de productos de nuestro sector se ha vulnerado por cuenta de los tratamientos individuales de los países. Adicionalmente, la salvaguardia especial agropecuaria, mecanismo de defensa comercial, al NO ser aplicable en la práctica a los países considerados de menor desarrollo relativo de la CAN: Bolivia y Ecuador (sí, ¡Ecuador¡), resulta discriminatoria y contraria a los fines del acuerdo.

Y a propósito de este tema, ¿cómo es posible que los “tratamientos preferenciales a favor de Bolivia y Ecuador”, definidos en mayo de 1969 y consagrados en el Artículo 3 del Acuerdo de Cartagena, nunca se hayan ajustado?  Dejando a Bolivia de lado, ¿será que Ecuador luego de más de cincuenta años de “integración”, debe seguir siendo considerado de menor grado de desarrollo? ¿Será que en su posible entrada a la Alianza del Pacífico, apoyada por el Gobierno de Colombia, Ecuador también argumentará y le garantizarán un “menor grado de desarrollo” ventajoso para sus intereses comerciales?

La imposición por parte del Ecuador de una salvaguardia a las importaciones de azúcar provenientes de Colombia en enero de 2018, y que fuera acertadamente cuestionada por Colombia y posteriormente denegada por la Secretaría General de la Comunidad Andina en mayo de 2018, derivó en que al día siguiente de su levantamiento por parte de Ecuador (20 de noviembre del 2018), este país impusiera nuevamente una salvaguardia claramente restrictiva y contraria al ordenamiento jurídico de la CAN.

Y luego de ya casi tres años en los que el Gobierno Nacional ha buscado que esta medida se levante, el ordenamiento jurídico andino no deja sino un panorama desalentador. Por ser una medida que impone uno de los dos países con menor grado de desarrollo, la competencia para agendar y definir la suerte de esta medida es la Comisión de Ministros de Comercio de la CAN, para lo cual no solo se necesite que la Presidencia la agende, sino también que se discuta y se someta a votación donde no puede haber ningún voto negativo. ¿Y adivinen qué? Ecuador a partir del pasado 17 de julio tiene la Presidencia pro témpore de la CAN.  ¿ustedes creen que agendará, discutirá y votará positivamente una medida que tumbaría la restricción impuesta por ese país a nuestras exportaciones de azúcar?. Claro que no.

A este Gobierno le queda a un año, y con la llegada de la nueva Ministra de Comercio y su equipo de Viceministros, el compromiso del Presidente con el sector en el 2019 debe ser una realidad. Queremos ver que nuestro Gobierno además de realizar una férrea defensa del interés comercial del campo colombiano, logre que el comercio agropecuario andino sea verdaderamente bilateral. Y claro, que el apoyo político que le están dando a Ecuador para entrar a la Alianza del Pacífico no vaya a ser gratuito y derive por el contrario en beneficios reales para nuestro país y nuestro sector.

Jorge Enrique Bedoya Vizcaya
Presidente
Sociedad de Agricultores de Colombia – SAC
@jebedoya