• Los gremios afiliados a la SAC manifiestan que tal medida no contribuirá a controlar la inflación en el país y sí pone en riesgo la credibilidad del sector privado en políticas públicas como Colombia Siembra.

• La medida estimula el aumento de las importaciones, que en 2015 sumaron 11,4 millones de toneladas en alimentos y materias primas.

Bogotá, marzo 3 de 2016. Con respecto a la medida que adoptó el Gobierno Nacional en materia de aranceles, mediante la cual se estableció 0% a las importaciones de productos como el fríjol, la lenteja, el ajo y el aceite de palma, entre otros; la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, manifiesta su rechazo, pues tal decisión no sólo desestimula la producción nacional, sino que, además, no genera el efecto deseado de contrarrestar la inflación al perderse esta reducción en la cadena de distribución.

El Plan Bandera del gobierno, Colombia Siembra, y del Ministerio de Agricultura, que fue respaldado por la SAC y que le apuesta a incentivar, además de palma, la producción de maíz amarillo y blanco, soya, arroz, cacao, caucho, forestal comercial, piscicultura, algodón y otros cultivos exóticos, sembrando un millón de hectáreas de 2016 a 2018; está en riesgo con este tipo de medidas que no promueven la inversión. Basta ver la Inversión Extranjera Directa (IED) en el sector Agropecuario, que cayó 12% (enero-septiembre 2015), ubicándose en solo US$159 millones; mientras que la inversión realizada en las siembras de ciclo corto disminuyeron un 5.9% y las de ciclo largo crecieron 1.6% el último año, cuando en periodos anteriores la cifra era cercana al 4%.

En tal sentido el Gremio Cúpula apoya las declaraciones dadas por la Federación Nacional de Cultivadores de Palma, Fedepalma, y respalda el hecho de que incentivar las importaciones de productos agrícolas y pecuarios, que sumaron 11,4 millones de toneladas en 2015, va en contravía de Políticas Públicas que pretenden lograr la sustitución de compras en el exterior, garantizar la seguridad alimentaria y ampliar la oferta exportadora. Todo lo anterior, genera desconfianza por parte del sector.

“Debemos fijar desde ya el campo como un propósito nacional y emprender acciones que estén enmarcadas dentro de una Política Agraria de Estado consistente y efectiva. En los años que vienen, el sector privado del agro tiene grandes retos. Uno de estos es continuar gestionando entornos con más oportunidades en zonas rurales para que sean sostenibles en las nuevas etapas que se avecinan en Colombia con sus programas y proyectos para superar el conflicto armado”, manifestó el presidente de la SAC, Rafael Mejía López.

Además de propender el bienestar del campo, la SAC considera que una de las tareas que tiene el país, sector público y privado, es lograr establecer las medidas más eficientes y beneficiosas para disminuir y estabilizar la inflación total y de alimentos, pues esta no puede ser una decisión apresurada que genere futuros desequilibrios económicos.

El dirigente gremial aseguró que la transformación del campo estará dada por la inversión y esta se logrará si hay “acceso a bienes públicos, seguridad jurídica, una tributación que haga atractivo el sector para los inversionistas; una política comercial clara y que no genere distorsiones y prácticas sostenibles con el medio ambiente”.

La Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, hace un llamado al Gobierno Nacional para que fortalezca la institucionalidad del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y la de sus entidades adscritas y vinculadas, de manera de que puedan liderar una Política Agraria eficaz para el sector.