Revista Nacional de Agricultura
Edición 1035 – Abril 2023
El Gobierno de Gustavo Petro ha creado cuatro Zonas de Reserva Campesina en 8 meses de administración y su implementación está liderada por el antropólogo Darío Fajardo, hoy viceministro de Desarrollo Rural, y considerado por muchos como el ideólogo de esta figura de ordenamiento territorial. La Revista Nacional de Agricultura habló con él para conocer el objetivo de estas ZRC y qué responde a los críticos que las señalan como enclaves guerrilleros.
Revista Nacional de Agricultura: Viceministro, ¿qué es una Zona de Reserva Campesina, cuándo surgió esa figura y cuál es su objetivo?
Darío Fajardo Montaña: Las ZRC son una figura de ordenamiento territorial que está contenida en la Ley 160 de 1994 en su capitulo 13 sobre colonización. Estas pretenden ser un espacio de protección para las comunidades campesinas, pero también de estabilización tanto de las comunidades como de la frontera agraria, y protección de las áreas que tienen un especial interés ambiental.
R.N.A.: Cuéntenos la historia de estas Zonas y el papel que usted desempeñó.
D.F.M.: El antecedente de las ZRC está a finales de los años 1920 y se llamaban Colonias Agrícolas. Estas eran un reconocimiento dentro de la política de tierras al espacio que se les debe reconocer a las comunidades. Durante algunos años esa política fue efectiva, pero después, en los años de la violencia, a fines de los 40, sufrieron un arrasamiento brutal hasta cuando llega el proceso de paz del presidente Belisario Betancur en los años 80.
Allí se acuerda entre el gobierno, comunidades campesinas y las guerrillas recrear ese espacio de las comunidades, sin designación específica, y durante algún tiempo vuelven a nacer estas figuras de territorialidad. La paz no duró mucho y solo hasta los años 90 fueron reconocidas.
Un sociólogo al que le debemos mucho, Alfredo Molano, puso en conocimiento a través de la prensa esa figura que los campesinos estaban defendiendo y que recibió un nuevo nombre, esta vez Zonas de Reserva Campesina.
Se dieron las movilizaciones campesinas de mediados de los 90 cuando empezaron a pedirle al Gobierno que creara las primares reservas. Yo tuve el honor de ser el encargado de comenzar el proyecto piloto financiado por el Banco Mundial, iniciamos con tres ZRC, una en el Caguán, otra en Cabrera, Cundinamarca, y otra en Guaviare. Con eso arrancó el proceso, pero no tuvieron asignación adecuada de recursos. Tuvimos que llegar hasta este gobierno para que comenzara a realizare esa figura.
R.N.A.: ¿Por qué ha habido tantas trabas en su implementación?
D.F.M.: Colombia es un país en el que el campesinado tienen una participación importante y relevante no solo en términos demográficos sino en términos de lo que significa, por ejemplo, para el abastecimiento alimentario; igualmente tiene una responsabilidad muy grande en la protección del patrimonio ambiental del país. Pero, además, los campesinos significan para Colombia una base de estabilidad política porque votan, participan en la protección de la institucionalidad, figuran en las fuerzas armadas. A pesar de que todos los colombianos tenemos un pie en el surco, no se les reconoce. Hay reticencia de sectores importantes y decisivos a reconocer ese papel de los campesinos. En esa situación de ambigüedad se explica la resistencia que ha habido al reconocimiento de la figura de ZRC.
R.N.A.: En ese sentido, ¿qué opina de las críticas que señalan que son enclaves de grupos armados, o que se vuelven canales de narcotráfico e inseguridad?
D.M.F: Me parece muy importante hablar de esto porque hace parte de la estigmatización del campesinado al que se le quiere sacar todo el jugo: que produzca alimentos, que envié sus hijos al Ejército, que proteja la biodiversidad del país, pero al tiempo no se le quiere reconocer. Es una malquerencia de sectores que toman decisiones importantes en la sociedad colombiana.
R.N.A.: Entonces, ¿qué mecanismo de vigilancia se tiene o se está estructurando para evitar que las ZRC se conviertan en lo que algunos temen?
D.M.F.: Lo fundamental es que haya un reconociendo a las organizaciones campesinas, y es importante que haya un gesto del Gobierno. En cuanto a la fuerza pública, esta tiene una tarea de proteger a esas comunidades, es decir, que actores armados que las han estado amenazando, sean neutralizados. Las comunidades deben respetar a estos agentes del Estado, y ellos, respetar y proteger a estas comunidades que están tomando la ruta de la construcción de sus territorios.
R.N.A.: ¿Qué hay diferente hoy de hace 30 años, que haga viable la implementación de ZRC?
D.M.F.: Una decisión muy importante: el Acuerdo de Paz firmado en La Habana. En su punto 1, el acuerdo nos plantea una reforma rural y agraria de carácter integral, es decir, no es pretender eliminar las drogas cambiando un cultivo por otro, sino cambiar las condiciones de vida, de desarrollo económico. Cuando nosotros tengamos que regiones como el Putumayo, Tumaco, el Catatumbo, están en condiciones de desarrollo económico, social, comercial similares a regiones como el Valle del Cauca, tenemos entonces condiciones para superar el problema del narcotráfico.
Lo mismo pasa con la confrontación armada, que no apareció en el país porque sí; tiene una historia larga relacionada con las formas de apropiación violenta de la tierra. Nuestro pecado original es no haber hecho, como lo dice el profesor Albert Berry, un reparto democrático de la tierra. Afortunadamente hay un acuerdo de paz, y el Gobierno se ha propuesto darle cumplimiento.
R.N.A.: En diciembre se crearon las primeras cuatro Zonas de Reserva Campesina de este Gobierno, en Cauca, Meta y Cundinamarca, ¿A cuántos campesinos han beneficiado?, ¿Cuántas quieren crear y cuáles son las próximas?
D.M.F.: La población que ha sido cubierta por el reconocimiento de ZRC es de aproximadamente 64.500 personas para un total de 1.280.000 hectáreas. Son 11 reservas incluyendo las 4 creadas en la administración actual. Tenemos previsto que en este Gobierno se creen 10 zonas nuevas. Lo importante es que ya tenemos recursos para asignar a los planes de desarrollo sostenible de estas reservas, que son generados por la misma comunidad.
R.N.A.: ¿Cuántas solicitudes tienen?
D.M.F.: Según las cifras de las asociaciones campesinas, hay 30 solicitudes, desde Arauca hasta el pacífico, desde el Putumayo hasta el Cesar, prácticamente en todo el país.