Revista Nacional de Agricultura
Edición 1027 – Julio 2022
Este esfuerzo, que está enmarcado en las nuevas tendencias internacionales, se basa en la obtención de “amoniaco verde”.
El conflicto ruso-ucraniano, las condiciones climáticas y la apreciación del dólar están incidiendo para que en Colombia se esté dando una contracción en el consumo de fertilizantes, lo cual puede incidir negativamente en el rendimiento de algunos cultivos. El presidente de Monómeros, Guillermo Rodríguez, se refiere a esta coyuntura y a otros asuntos relacionados con industrias de los fertilizantes y la nutrición animal.
Revista Nacional de Agricultura: ¿Cómo fue el cierre económico de Monómeros en el 2021 (con covid-19 y bloqueo de vías) y cómo se avizora el 2022?
Guillermo Rodríguez: En el 2021 Monómeros logró un comportamiento financiero muy positivo, registrando records históricos en sus principales indicadores económicos: contribución marginal absoluta, utilidad bruta, utilidad operativa y Ebitda, con los niveles más altos de los últimos cinco años. También, fue fundamental mantener las medidas para seguir controlando los efectos de la pandemia en sus actividades industriales y en las personas, y acompañar de manera cercana a los productores del país en todo momento. De igual manera, durante los momentos más críticos del paro nacional, se implementaron estrategias para mitigar el impacto negativo del bloqueo de vías, reorganizando toda la operación industrial y dirigiendo parte del consumo tradicionalmente atendido desde el Complejo Buenaventura hacia Barranquilla.
R.N.A.: ¿De qué manera la invasión a Ucrania está afectando las operaciones de la empresa? ¿A qué han tenido que recurrir para sortear la situación?
G.R.: La compañía ha venido trabajando para brindar el respaldo que el país necesita en el mercado de fertilizantes ante la situación causada por la guerra entre Rusia y Ucrania. Monómeros cuenta con una gran fortaleza y es que los fertilizantes Nutrimon y Ecofértil se fabrican en Colombia, por lo que hemos garantizado el abastecimiento con materias primas de orígenes alternativos, que han permitido seguir ofreciendo los productos tradicionales que se necesitan y prefieren en Colombia. El principal desafío se concentra en los altos precios de las materias primas, frente a lo cual hemos mantenido una dinámica lo más coherente posible y con mucha pedagogía sobre la importancia de no guiarse por la especulación.
R.N.A.: ¿El conflicto ruso-ucraniano ha llevado a una menor demanda de fertilizantes por parte de los agricultores y ganaderos colombianos? ¿Cuál es la situación en países a donde Monómeros exporta sus productos?
G.R.:Una de las situaciones generadas por dicho conflicto, tanto en Colombia como en otros países de Centro América, es un bajo consumo de fertilizantes, debido a que los productores esperan una baja en los precios. La realidad es que el alza y baja de precios son algo impredecible, y en cambio el peligro es que cuando se fertiliza menos, se obtiene una menor productividad, lo que impacta en mayores precios de los productos finales. Además, no hacerlo en las épocas y etapas correctas del cultivo, también afecta la productividad y calidad de las cosechas.
R.N.A.: ¿Lo asiste algún grado de optimismo con relación a una solución entre Rusia y Ucrania?
G.R.: Por supuesto espero que este conflicto se solucione lo más pronto posible, ya que es una situación crítica para diferentes sectores y la seguridad alimentaria de muchos países de América Latina llamados a ser despensas de alimentos. Hay un asunto que me preocupa aun más y es de naturaleza humanitaria: sin duda, la vida y el bienestar de los seres humanos debe primar frente a aspectos económicos. Son muchas las razones para desear que pronto se levante la bandera de la paz y cese conflicto.
R.N.A.: ¿Qué hacer para reducir la dependencia tan elevada que hoy tenemos de urea, fosfato diamónico, cloruro de potasio y otras materias primas?
G.R.: En Monómeros estamos trabajando en iniciativas para fertilizantes de otra naturaleza, dentro de las nuevas tendencias internacionales, que nos permitan ayudar en el mediano y largo plazo. Entre estos se destaca un proyecto que hemos anunciado y que es muy importante para el futuro agrícola de Colombia y la región: la producción de “amoniaco verde”, el cual, utilizando energía eólica, nos permitirá producir fertilizantes con disponibilidad en nitrógeno y baja huella de carbono. Esto es un proyecto que nos tiene muy motivados porque es una alternativa novedosa para el país, pues contribuirá a la sostenibilidad alimentaria, con materias primas producidas nacionalmente y alineadas con la transformación energética que espera Colombia.
R.N.A.: Independiente del conflicto ruso-ucraniano, ¿cómo se ha venido comportando el consumo de fertilizantes en Colombia?
G.R.: El consumo generalizado se ha visto contraído en algunos cultivos más que en otros. Además del conflicto, el cual definitivamente no puede dejarse de lado frente al actual contexto, también han incidido otros aspectos, como las condiciones climáticas, que han impactado al agro a lo largo de este año.
Las etapas de fertilización son estacionales y cíclicas por cultivos y regiones. Hemos visto que en cultivos como papa, café y hortalizas, el exceso de lluvias ha retrasado algunas de las etapas de fertilización. En otros, como la palma de aceite, se ha mantenido un consumo estable, principalmente por el abastecimiento que hicieron durante el primer trimestre del año. Algunos productores han optado por fuentes nutricionales menos eficientes o han bajado las dosis de fertilización, lo que debe verse con cuidado, ya que esto podría incidir en las producciones y precios a futuro. El objetivo debe ser lograr mayor productividad con la fertilización especializada como es la oferta de Monómeros.
R.N.A.: ¿Cuánto fertilizante produce hoy Monómeros, cuánto se queda en Colombia y cuánto se exporta?
G.R.: Monómeros cuenta con una capacidad instalada para producir y comercializar 52% de los insumos necesarios para los mercados agrícola y pecuario actual, unas 960 mil toneladas, y tenemos planificada una ampliación. La empresa exporta a países como Panamá, República Dominicana, Ecuador, Bolivia y mantiene mercados en Chile y el Caribe, de aproximadamente 5% de su capacidad de producción, para disponer la mayor cantidad de producto posible para el mercado nacional.
R.N.A.: ¿En diez años, como deberá haber crecido la producción de Monómeros?
G.R.: Con la producción de “amoniaco verde”, la empresa garantizará un aumento en la producción y mayor disposición de productos altos en nitrógeno para el mercado nacional. Igualmente, nos encontramos trabajando en la nueva planta de ácidos orgánicos, pigmentantes y antifúngidos, con la cual espera brindar nuevas soluciones al segmento de nutrición animal, ampliando su portafolio de productos, pero también incrementado la actividad agrícola en el departamento del Atlántico, con el cultivo de la flor de marigold, que será materia prima para esta nueva ingeniería. La visión al 2030 es el crecimiento sostenible.
R.N.A.: ¿Cómo va la línea de fosfatos para la industria pecuaria?
G.R.: La línea de nutrición animal está en su máxima capacidad. Actualmente, comercializamos en el mercado nacional alrededor de 28 mil toneladas al año, lo que significa una participación en por lo menos 28% en alimentos balanceados. También estamos recibiendo una nueva demanda de clientes en Estados Unidos y la Unión Europea.
En el contexto mundial, por la escasez de materias primas y las restricciones en el transporte marítimo, nos hemos fortalecido tanto en Colombia como en otros países de la región, no solo por ser el único productor de fosfato tricálcico de América, sino porque hoy los clientes de la región han evidenciado la importancia de tener un productor cerca, que cuente con gran reconocimiento nacional e internacional por su calidad. Todo este cúmulo de coincidencias ha hecho que se valore el hecho de contar con un productor local y regional en países como Chile, Bolivia, Trinidad, en donde participamos con nuestros productos y los nuevos que ya están ingresando al mercado.
R.N.A.: Monómeros es algo más que una empresa productora de fertilizantes. Háblenos brevemente de esto.
G.R.: Durante más de cincuenta y cuatro años, en Monómeros hemos desarrollado un profundo conocimiento de los suelos colombianos, lo que nos ha permitido diseñar fórmulas nutricionales especiales para los suelos tropicales de Colombia y para los productos que se cultivan en este país. Esto nos hace una compañía que no enfoca su trabajo en importar y colocar productos, sino en brindar soluciones de valor para el agro, en las condiciones y necesidades propias de los suelos y cultivos de Colombia, lo que garantiza mayores cosechas por hectárea, mayor rentabilidad para el agricultor y una mayor disponibilidad de alimentos para el país y hogares colombianos. Además, somos una empresa que ha ejercido una labor muy importante para elevar las capacidades y la productividad de los agroproductores, a través de la Fundación Monómeros.