Dice la ministra Alicia Arango:

Vamos a mejorar los indicadores laborales

La titular de la cartera del Trabajo revela cómo cerrará los primeros cien días al frente de este despacho, y se refiere a temas de interés para el sector agropecuario.

El Ministerio del Trabajo está comprometido con reducir sustancialmente la informalidad laboral que afecta al país, por medio de política pública de empleo, para lo cual se propone sacar adelante una reforma laboral, entre otras acciones. El gobierno respalda la iniciativa que busca la formalización y dignificación del trabajo rural. Entrevista.

Revista Nacional de Agricultura: ¿Cómo cree que será el balance de los primeros cien días de su gestión?

Alicia Arango Olmos: Para estos primeros cien días nos propusimos impulsar el diálogo social para consensuar una agenda con los actores del sector trabajo: gobierno, empresarios y trabajadores, que nos lleve a avanzar en temas como la formalización laboral y el empleo decente, entre otros. Igualmente, nos dimos a la tarea de la consecución de recursos financieros para el Ministerio, con miras a la vigencia 2019, y establecimos algunas pautas para la modernización de la entidad y el fortalecimiento de los programas de impacto social que encontramos desfinanciados.

Hemos convocado en tres oportunidades a la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, la última con presencia del presidente Iván Duque, con el propósito de dinamizar el diálogo, el debate y la discusión para ejecutar acciones tendientes a generar condiciones para superar los altos índices de informalidad, aumentar la productividad y la competitividad, así como para lograr que los colombianos puedan acceder a un trabajo decente, es decir, con todas las garantías de seguridad social. Igualmente, hemos llevado a cabo reuniones de diálogo social tripartito en diferentes ciudades del país, como Barranquilla y Pereira.

Otro de los pasos que cabe destacar es el avance para la modernización del Ministerio, con la puesta en marcha de planes como la Ventanilla Única de Trámites, que se encuentra en su etapa de pilotaje, y el Registro Único de Trabajadores Extranjeros en Colombia (Rutec), que va a evitar la explotación a todos los migrantes que se encuentran en el país, garantizando sus derechos.

Hemos puesto en marcha la inspección móvil para la vigilancia y control de las normas laborales en todas las regiones del país, privilegiando el sector rural.

En el ámbito financiero, gestionamos recursos del orden de los $68.000 millones con la cartera de Hacienda, para culminar sin sobresaltos la vigencia presupuestal del 2018. De ellos, $19.000 millones están destinados a cumplir las obligaciones de funcionamiento de los distintos programas que ejecuta el Ministerio, y $49.000 millones para la consolidación de Colombia Mayor, un sistema de subsidios económicos que contribuye a mejorar las condiciones de vida de las personas de la tercera edad en situación de fragilidad social en todas las regiones de la geografía nacional.

Iniciamos la actualización en materias normativa, política y estructuras de las entidades del sector trabajo. Estamos impulsando el proyecto de ley sobre piso mínimo de protección social en el sector agropecuario.

Otro compromiso es el fortalecimiento de la educación para el trabajo. Por ello, vamos a solidificar el papel del Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena, en capacitación, en cuanto a la pertinencia de la productividad y los empleos que requiere el país.

R.N.A.: ¿Cuáles prioridades de su administración?

A.A.O.: En primer lugar, reducir de forma categórica los altos resultados de informalidad laboral que encontramos, mediante una política pública de empleo; en segundo término, generar las condiciones con los actores del sector trabajo, para avanzar en la concreción de trabajo decente para que los colombianos tengan la posibilidad de recibir sus prestaciones sociales y su seguridad social; la tercera prioridad es dinamizar el diálogo social, que nos permita encontrar acuerdos y lograr consensos respecto de la agenda social, y la cuarta, la sacar adelante una reforma laboral, por cuanto que muchas de las normas existentes se han quedado atrás por el dinamismo. Cambian las formas de contratación y el número de horas que se trabaja.

R.N.A.: ¿Cómo se imagina el Ministerio una vez termine su gestión dentro de cuatro años? ¿Cómo le gustaría que el país recodara su administración?

A.A.O.: Como le dije, aspiro a que la gestión que desa- rrollemos en el Ministerio del Trabajo en concordancia con el Plan de Desarrollo del gobierno del presidente Duque, permita al país avanzar de manera contundente en los indicadores laborales; sobre todo, en lo atinente a formalización laboral, mayor cobertura de seguridad social y pensiones. Nuestra aspiración es que la sociedad colombiana pueda contar con un sistema pensional sustentable y que el Estado sea un mecanismo eficaz para promocionar e impulsar la formación para el trabajo y la productividad, atendiendo la pertinencia y las necesidades laborales, en una economía globalizada. Aspiramos, en consecuencia, dejar un Ministerio renovado, modernizado y en marcha.

R.N.A.: ¿Cómo califica la brecha que existe en materia laboral entre el campo y la ciudad? ¿Qué hacer para cerrarla?

A.A.O.: Al analizar las cifras en materia laboral, entre el sector rural y la ciudad, se aprecia una preocupante brecha que necesariamente hay que reducir. Creemos que a través del diálogo social con los gremios, los trabajadores y los empresarios, podemos generar una dinámica de debate y discusión que nos permita llegar a acuerdos mínimos en torno de una agenda de políticas públicas eficaces para enfrentar este tipo de inequidades sociales. En ese proceso de diálogo para concretar consensos, juega papel de- terminante el protagonismo de la SAC.

R.N.A.: En el Senado permanece para segundo debate el proyecto de formalización y dignificación del trabajo rural. ¿Es optimista con relación al futuro de esta iniciativa, y que tan comprometido está el gobierno con la misma?

A.A.O.: Desde el Ministerio respaldamos esta iniciativa y estamos interesados en conocer los diferentes puntos de vista de las bancadas parlamentarias para que el proyecto tenga un trámite sustentado en una discusión que permita enriquecerlo y de esta manera sacarlo adelante.

R.N.A.: ¿Qué piensa del salario mínimo diario para el trabajador del campo, una de las propuestas de ese proyecto?

A.A.O.: La informalidad laboral en el campo es una locura: es de 85%, y la dinámica del trabajo del campo es completamente distinta a la de la ciudad. Los trabajadores rurales no tienen salud ni pensión. El trabajo rural se hace por horas: un ordeñador va un rato, el que recoge maíz no está todo el tiempo ahí. Le pagan por periodos de trabajo. Este proyecto de ley que menciona, plantea un “piso mínimo social”. En principio, era solo para cafeteros; luego, decidimos que tenía que ser para todo el agro. Se trata de invitar al dueño de la finca que hoy solo paga el trabajo por hora, a que también le consigne al trabajado para su ahorro en en el programa denominado Beneficios Económicos Periódicos (Beps), porque la mayoría de estas personas ya no alcanzan a ahorrar para una pensión.

R.N.A.: Dijo Usted que el Sena debe seguir siendo “la estrella que más alumbra en el país”. ¿En qué se van a materializar estas palabras?

A.A.O.: Tiene que materializarse en que la formación para el trabajo, que es un definitivo para la productividad de un país y para la generación de empleo, debe sustentarse en la pertinencia, teniendo en cuenta además las dinámicas de una economía globalizada, que pasa por la innovación y el uso de las tecnologías. En ese sentido, tenemos el compromiso con el sector agropecuario, de generar espacios de capacitación y formación para elevar la productividad del sector.

R.N.A.: El presidente Duque dijo en su campaña que los jóvenes del campo deberían terminar su secundaria con dos cartones: el de bachiller y el de técnico en alguna especialidad. ¿Eso en qué va?

A.A.O.: Estamos comprometidos en sacar adelante este compromiso del presidente Duque, y para ello vamos a interactuar con el Ministerio de Educación, con el propósito de que los jóvenes del campo tengan oportunidades a partir de la doble titulación.

R.N.A.: ¿Cómo le parece la idea de crear el trabajo por horas para los jóvenes (en el campo y la ciudad) en ciertas circunstancias?

A.A.O.: Precisamente, venimos plateando la necesidad de que en Colombia se pueda pagar pensión y salud en el trabajo por horas, con una forma de contratación que le compense. Es un asunto que aspiramos a socializar con empresarios y centrales obreras. En este país hay un régimen laboral que protege al trabajador, pero no al desempleado que quiere trabajar. La legislación no permite que le paguen pensión y salud cuando trabaja por hora. A la madre que debe cuidar al hijo, le toca ser informal. Pensar que se van a formalizar con contratos indefinidos no es realista.

R.N.A.: ¿Cuál es su mensaje para los empresarios del sector agropecuario, frente a las negociaciones del salario mínimo que se avecinan?

A.A.O.: El llamado que quiero hacer es a que pongamos todos nuestro mejor empeño para lograr una concertación en el reajuste del salario mínimo para el próximo año. Yo lo que siempre les digo es que todos conocemos el límite del otro, y entonces si ya lo conocemos, para qué vamos a comenzar a negociar tan lejos. El deseo del gobierno y ojalá también sea el compromiso de los empresarios y trabajadores, es el de lograr un consenso en torno de este importante tema.

R.N.A.: ¿Qué mensaje les envía a las mujeres del campo?

A.A.O.: El mensaje es que el gobierno del presidente Duque apuesta por una real y efectiva participación social y política, desde una perspectiva de género, que incida en la sociedad colombiana, en los sectores populares, rurales y en los escenarios de la política pública, en condicio- nes de equidad, donde las mujeres puedan jugar un papel protagónico, generando las posibilidades para avanzar en la trasformación de las relaciones sociales que aún, infortunadamente por la incidencia cultural, mantienen un acento patriarcal. El protagonismo de las mujeres no significa la desvaloración de los hombres; por el contra- rio, debe representar la puesta en marcha del trabajo de hombres y mujeres en la construcción de un país real- mente democrático, plural, justo, que se evidencie en su cohesión social. Para lograr este anhelado propósito es necesario transformar las relaciones de la sociedad, en la cual los derechos económicos, políticos, sociales, culturales y ambientales sean plenamente garantizados por el Estado. Se trata de transferir al conjunto de la sociedad el cúmulo de responsabilidades sociales que hoy recaen sobre las mujeres, como el cuidado de los niños, los ancianos y los enfermos, la alimentación, el vestuario, la educación, etc. En ese sentido, hay que generar las condiciones para comenzar a resarcir la enorme brecha de desigualdades y discriminación contra las mujeres, reivindicando para ellas el derecho al bienestar y al buen vivir en sus entornos sociales.