Revista Nacional de Agricultura
Edición 1029 – Septiembre 2022
Cada vez son más frecuentes las noticias o los reportes sobre la presencia del caracol gigante africano que llegan de distintas partes del país. Oficialmente reportado en el 2010 en Colombia, este molusco, consideradocomo plaga cuarentenaria, podría ser restrictivo del comercio internacional de productos agrícolas. En seres humanos, puede causar diarrea, fiebre, meningitis y hasta la muerte.
Para conocer detalles del caracol gigante africano en Colombia, esta revista le hizo llegar un cuestionario a laDirección Técnica de Epidemiología y Vigilancia Fitosanitaria Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, el cual fue respondido por María Fernanda Díaz Niño. I.A. M.Sc., directora de dicha dependencia.
Revista Nacional de Agricultura: ¿Por qué el caracol gigante africano ha logrado instalarse en tantos lugares del territorio nacional?
María Fernanda Díaz: El caracol gigante africano (Achatina fulica Bowdich) es considerado una de las cien especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, UICN, debido a la alta proliferación, polifagia y capacidad de adaptación a diversas condiciones ambientales.
El ICA hace parte del Plan Nacional Interinstitucional de los sectores ambiental, agropecuario, salud y defensa para la prevención y control de esta plaga en Colombia, específicamente, en lo que concierne a las actividades de vigilancia y control en sistemas productivos agrícolas y forestales. Con base en lo anterior, el ICA, desde el 2013, y a través de la Dirección Técnica de Epidemiología y Vigilancia Fitosanitaria, ha desarrollado acciones de monitoreo en 934 municipios de 29 departamentos del país.
De acuerdo con las acciones de monitoreo implementadas en cultivos comerciales, áreas de traspatio, huertas familiares y viveros, el molusco se encuentra reportado en al menos en 141 municipios de 23 departamentos. Pero es importante aclarar que el Plan Nacional es liderado por las autoridades ambientales de cada región, que adelantan acciones de rastreo en zonas urbanas y periurbanas de ciudades y municipios, por lo que la especie puede estar presente en más regiones del territorio nacional.
Se sabe que A. fulica es capaz de establecer nuevas poblaciones viables lejos de la población original, siendo la dispersión natural más lenta que la intencional. Los principales mecanismos de dispersión de esta plaga, en los países con presencia del molusco están asociados con la actividad humana. El caracol puede ser transportado inadvertidamente en productos para la agricultura y otros bienes de uso comercial o llevado de manera accidental por el desplazamiento de poblaciones humanas. La especie se establece fácilmente en países que poseen climas tropicales, con temperaturas cálidas y humedad alta todo el año y sus poblaciones pueden ser encontradas en zonas agrícolas, zonas costeras, humedales, bosques, zonas ribereñas, matorrales y áreas urbanas perturbadas. (Oirsa, 2020).
R.N.A.: ¿Cuáles son las regiones con mayor presencia de la plaga?
M.F.D.: Antioquia, Caquetá, Cundinamarca, Quindío, Risaralda, Santander, Tolima y Valle del Cauca.
R.N.A.: ¿Cuál es la importancia económica del caracol?
M.F.D.: Entre las repercusiones económicas de esta especie se consideran las restricciones del comercio internacional de productos agrícolas, ante la afectación directa de los cultivos, así como el impacto ambiental en caracoles nativos y otras especies que podrían ser desplazados de su hábitat natural, y el impacto en salud pública, por la transmisión de microorganismos patógenos (Oirsa, 2020).
El ICA, a través de la Resolución 3593, declaró a la especie Achatina fulica (sinonimia: Lissachatina fulica) como plaga cuarentenaria presente. De acuerdo con lo dispuesto en la Norma Internacional para Medidas Fitosanitarias (NIMF) No. 5, una plaga cuarentenaria se define como aquella de importancia económica potencial para el área en peligro, aun cuando no esté presente o, si está presente, no esté ampliamente distribuida y se encuentra bajo control oficial.
Desde el 2013 hasta la fecha, se han llevado a cabo 76.523 visitas de rastreo en el país, que han permitido identificar la presencia del molusco en 993 lugares de producción.
Desde el inicio del trabajo de monitoreo, 34% de las acciones de rastreo, llevadas a cabo para determinar la condición de A. fulica como especie fitófaga, se han implementado en predios productores de musáceas; les siguen la atención a cultivos de especies citrícolas (28%), anón, aguacate, guayaba, guanábana, mango, papaya, vid, etc., así como especies de ornato, forestales y plantas de jardín (13%). El ICA, adelanta acciones de vigilancia específica en otros sistemas productivos como aromáticas, hortalizas y especies ornamentales.
La corteza de árboles relativamente grandes como los cítricos, el caucho y el cacao son frecuentemente afectados por este molusco. Sin embargo, la preferencia por especies vegetales en una localidad particular depende principalmente de la composición de las comunidades de plantas, con respecto tanto a las especies presentes como a la edad de estas. Los cultivos de la familia Poaceae (caña de azúcar, maíz, arroz) sufren poco o ningún daño por A. fulica (CabiI, 2022).
R.N.A.: ¿Es posible erradicar al caracol o tendremos que convivir con él?
M.F.D.: Una plaga con alto potencial de dispersión y un alto potencial de establecimiento, como esta, limita las posibilidades de contención o erradicación exitosa (Oirsa, 2020). Lo anterior, junto con el hecho de ser una especie omnívora, generalista y voraz, hace que su erradicación sea costosa y dispendiosa. Por esto, las principales medidas aplicables para evitar afectaciones por A. fulica, son el monitoreo y la detección oportuna de la plaga en los lugares de producción, con el fin de impedir su establecimiento y dispersión.
R.N.A.: ¿Los agricultores y en general la gente están colaborando en el control de la plaga?
M.F.D.: La comunidad es el principal actor llamado a evitar la dispersión de este molusco en las áreas urbanas y rurales. Pero aún sobresale un desconocimiento alrededor de la especie, lo que lleva a que la ciudadanía no contribuya activamente a su identificación oportuna y a impedir que se reproduzca y establezca en nuevas áreas.
R.N.A.: ¿Está permitido el uso del caracol con algún fin comercial o de autoconsumo? La pregunta, porque en algunas partes se ofrece la baba como producto cosmético.
M.F.D.: Conforme con lo dispuesto en la Resolución 654 del 2011 del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, “Por la cual se corrige la Resolución número 0848 del 23 de mayo de 2008 y se adoptan las medidas que deben seguir las autoridades ambientales, para la prevención, control y manejo de la especie caracol gigante africano”, en Colombia se encuentra restringido el uso de esta especie para cualquier fin. Así mismo, se ordena impedir el fomento, comercio y cría en cautiverio de la especie.
R.N.A.: ¿Cuál ha sido la experiencia de otros países?
M.F.D.: Actualmente, A. fulica está muy extendido como especie invasora (fuera de su centro de origen en África) en todos los continentes con climas tropicales y subtropicales. En América del Sur, se encuentra diseminado, en términos generales, por todo el territorio, con excepción de Chile, Uruguay, Islas Malvinas y gran parte de las islas caribeñas.