Revista Nacional de Agricultura
Edición 1016 – Julio 2021

Esto lo dijo el presidente ejecutivo saliente de Fedepalma, Jens Mesa, en el Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite.

Entre el 1° y el 16 de este mes, bajo el lema “Unidos y organizados trabajamos por una palmicultura próspera y sostenible”, se reunió en Bogotá, de forma virtual, el XLIX Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite. En el marco de la ceremonia de instalación, que tuvo lugar en la Casa de Nariño, el presidente Iván Duque Márquez, le confirió a Jens Mesa Dishington la Or den del Mérito Industrial, por su gestión en beneficio de esta industria a lo largo de tres décadas.

El certamen contó con la intervención, en conversatorios, de los ministros de Agricultura, Rodolfo Zea Navarro; Ambiente, Carlos Eduardo Correa Escaf; Minas y Energía, Diego Mesa Puyo, y Defensa, Diego Molano Aponte. La ocasión coincidió con la celebración de los treinta años de la Corporación de Investigación en Palma de Aceite, Cenipalma, una de las instituciones de mayor reconocimiento en su campo en Colombia y en el mundo.

La agenda académica fue abierta por James Fry, fundador y presidente de la firma LMC International, quien se refirió a las perspectivas de precios y mercados de aceites y grasas en el mundo. Participaron en ella, además, Fiona Borthwick, directora de la maestría en Seguridad Alimentaria y Nutrición, de Global Academy of Agriculture and Food Security Royal (Dick) School of Veterinary Studies, con “Valor de la formación de capital humano en la agricultura”, y John T. Buchanan, vicepresidente de Producción Sostenible, del Center for Sustainable Lands and Waters, Conservation International, con la charla “Tendencias mundiales para las cadenas de suministro sostenibles”.

Lo dijo Duque  

El reto también es dejar un documento Conpes que permita proyectar al sector palmicultor en el tiempo. Pero como sería muy difícil hacerlo fragmentando los sectores rurales, le he pedido al ministro que lo convirtamos en una agenda de desarrollo rural integral para los próximos años, y así poder abordar los cultivos que hoy más aportan al PIB agrícola de Colombia y a la generación de empleo.

Se trata de dejar plasmada una visión y diversas decisiones de carácter normativo y regulatorio, que nos permitan hacer esa transformación, incluida una proyección de cómo ir aumentando de manera progresiva la mezcla del biodiésel, teniendo como referente el acercarse al B30 y como mínimo llegar al B20.

El aceite de palma colombiano y la palma colombiana tienen que diferenciarse de los del resto del mundo, porque, tristemente, hay una estigmatización o generalización en muchos de los grandes mercados, en los cuales la percepción de deforestación termina afectando la dimensión del sector.

¿Podrá Colombia fijarse la meta llegar a un millón de hectáreas de palma? Sin lugar a dudas, pero esto debe estar cimentado en una apertura mucho más dinámica de mercados. Hemos podido hablar con varios países europeos sobre la necesidad de comprar este aceite, de incluirlo también en sus propias mezclas y de convertirlo en parte estratégica de su agenda ambiental.

Requerimos también que haya una política de financiamiento de largo plazo, sobre los cultivos de tardío rendimiento, discusión que pocas veces se tiene.

Invito a Fedepalma, como sector formalizador del campo, a que nos ayude con un compromiso explícito de crear nuevos empleos, con los aportes que está haciendo la Nación.

Lo dijo Jens Mesa    

Es el momento propicio para desarrollar una nueva prospectiva sectorial, que permita soñar, establecer metas de largo plazo y orientar las acciones necesarias para alcanzarlas. Una visión 2050, que sea construida pensando no solo en preservar lo que se tiene ahora, sino en lo que el sector desea y merece crear en el futuro.

Hay que seguir dedicando esfuerzos a las acciones gremiales de diplomacia comercial e institucional en el exterior, a seguir vendiendo nuestro sector y nuestro origen. Hay que buscar oportunidades en nuevos mercados, como el de Estados Unidos.

Con las actuales siembras de materiales híbridos O x G y las que vienen en las regiones altamente afectadas por la pudrición del cogollo, la producción de aceite de palma alto oleico seguirá aumentando. Esto implica un reto para el posicionamiento de este nuevo producto en los mercados local e internacional.

El sector tiene amplio potencial de desarrollarse, basado en un modelo de economía circular. La generación de mayor valor con la transformación del aceite de palma crudo en diversos usos y aplicaciones, y el aprovechamiento de otros productos generados por la agroindustria, ofrecen valiosas oportunidades a escalas local y de exportación.

Es el momento de hacer una verdadera apuesta por la sostenibilidad. La venta y posicionamiento de nuestro Origen Colombia requieren la participación en el protocolo del Programa Aceite de Palma Sostenible de Colombia.

Si bien la palmicultura colombiana se ha distinguido de otros sectores por su visión empresarial, formalidad e independencia, tiene aún importantes brechas en productividad y eficiencia en costos de producción.

La institucionalidad palmera es uno de los activos más valiosos del sector y como tal, amerita su preservación y fortalecimiento, asegurando que sea siempre pertinente y acorde con las necesidades y oportunidades del negocio palmero.