Revista Nacional de Agricultura
Edición 1003 – Mayo 2020

La pandemia sorprendió a los cultivadores del Tolima, Huila y Valle del Cauca en plena temporada de siembras. No pocos, temerosos, no sembraron.

La pandemia del covid-19 ha llegado a complicarle aun más cosas al sector algodonero, pero en especial y por ahora al perteneciente al Tolima, Huila y Valle del Cauca, muchos de cuyos agricultores prefirieron no sembrar. Para el ingeniero agrónomo Jairo Palma, gerente de la Empresa Algodonera Tolima Norte, Emprenorte, con sede en el municipio de Ambalema, por la pandemia y otros problemas, es posible que haya una deserción de cultivadores y que a la vuelta de dos años no haya algodón en el país.

Por la incertidumbre, muchos se abstuvieron de sembrar

Nosotros estábamos en pleno ciclo de siembras en el Tolima, que va hasta finales de marzo, cuando la alarma se prendió. Frente a esto, muchos agricultores que iban a entrar a sembrar, se abstuvieron de hacerlo, pensando en las dificultades de movilidad que se avecinaban y en la complejidad del cultivo. Pensábamos en unas siembras de 7-8 mil hectáreas, pero no llegamos a 3 mil en Tolima, Huila y Valle del Cauca (cosecha del interior).

Por otra parte, también estamos pendientes de lo que le pase a la industria textil, que igualmente se encuentra en dificultades. O sea, se nos cambió el panorama. Ojalá que el daño sea menor y que en la Costa Atlántica se pueda sembrar en el segundo semestre.

El problema de la industria textil es que ha venido siendo golpeada por el contrabando y por dificultades financieras, lo que llevó al cierre de la mayoría de hilanderías a partir de la apertura económica de los 90 y después por los tratados de libre comercio. Antes del TLC con Estados Unidos ya teníamos cero arancel, pero después aparecieron las importaciones chinas, que son una fuerte competencia para la industria nacional.

Aumentan los costos de los insumos y bajan los precios del algodón

Por la disparada del dólar, los precios de los insumos crecieron, especialmnte los de los fertilizantes, en cerca de $20 mil el bulto; en pesticidas también se han  presentado alzas, en vista de que se depende de China. Creo que los problemas serios de suministro vendrán cuando se agoten los inventarios que tenemos.

En cambio, el algodón, que se estaba vendiendo a US$0.70 la libra antes de la pandemia hoy (11 de mayo) se cotiza a US$0.56, lo que constituye un castigo muy fuerte para los productores. Así, la rentabilidad del algodón está en entredicho. Se dice que el área se va reducir en cerca de 4% en el mundo, y en 12% la demanda, debido a que se le va a dar prioridad a la producción de alimentos.

Frente a los precios de hoy, es muy pobre la ayuda del gobierno: $250 mil por tonelada, es decir, 4% del precio final. Todo un saludo a la bandera. Por eso creo que muchas empresas del sector textil no van a poder arrancar después de que todo esto pase. Definitivamente, aquí los planes indicativos no superan el papel.

Otro problema es que nosotros dependemos de la semilla transgénica, que es importada. Pero uno necesita el algodón para producir maíz, ya que hace parte del sistema de rotación que manejamos. Igualmente, otros necesitan algodón para producir arroz.

Pero hay algo más. El país está atravesando por un inusitado periodo de sequía, cuando deberíamos estar en plena época de lluvias. Hay una sequía fuerte en Brasil, que de pronto nos está afectando porque dependemos de los alisios que vienen del Atlántico. No es descartable que la sequía se agudice.

Pienso que muchas empresas podrían salir del negocio

Yo siembro 250-300 hectáreas. Aquí en el norte del Tolima rotamos el algodón con maíz, pero en Espinal es con arroz, que es el producto que hoy está salvando la situación. Pienso que muchas de las empresas algodoneras van a pasar serias dificultades, al punto que pensarán en salir del negocio. Definitivamente, aquí lo que no sea arroz no tiene ninguna opción. Cada día tenemos menor área sembrada con algodón, entre otras razones porque al país ya ni siquiera está entrando algodón, sino hilazas subsidiadas –de la India y Paquistán– para hacer las telas. Son más de más de 50 mil toneladas anuales de hilaza las que nos llegan porque caímos en la trampa de importar en vez de producir.

Los algodoneros no tenemos crédito

No tenemos crédito con la banca porque nuestros balances no son buenos. A nosotros nos financian los proveedores, pero con sobrecostos. Es muy complicado acceder al crédito asociativo del Banco Agrario, y cuando este llega la cosecha prácticamente se está recogiendo.