Revista Nacional de Agricultura
Edición 1003 – Mayo 2020

Multinacional colombiana se encuentra en serias dificultades por daño colateral del covid-19.

Sería lamentable que Clever Leaves, joven multinacional colombiana, líder en cannabis medicinal, se tuviera que ir del país por trabas burocráticas que se han acentuado ahora por la pandemia. Pero puede suceder. Habla Julián Wilches Guzmán, gerente de Relaciones Corporativas y Asuntos Regulatorios de la citada compañía.

P.: ¿Cómo les ha ido?

R.: Muy bien en el ámbito interno, pero con cosas complicadas en el frente externo, es decir, en lo que no depende de nosotros.

Desde antes de la cuarentena implementamos medidas para proteger a nuestra gente, como el trabajo en casa; la reducción del número de personas que estaban al tiempo en un mismo lugar; un mayor número de servicios de transporte (que siempre lo hemos prestado), con el fin de que haya menos gente en los vehículos; el suministro de alimentación, y la adopción de las demás medidas de bioseguridad recomendadas. En el laboratorio, igualmente las medidas son rigurosas. Por todo lo anterior pudimos continuar operando normalmente.

Tenemos un cultivo que emplea a cerca de cuatrocientas personas en una finca de 25 hectáreas, esto es, una densidad muy alta (unas veinte personas por hectárea), mientras que las flores, por ejemplo, tienen 10-11. De nuestro personal, más o menos 70% son mujeres, 40% de la cuales son madres cabeza de familia.

P.: ¿Cuáles son los grandes desafíos que enfrente hoy la compañía?

R.: Desde el punto de vista de las ventas tenemos dos retos enormes. El primero tiene que ver con la logística de comercio exterior. La industria del cannabis medicinal es altamente globalizada, por lo que no dependemos de un solo país. Como exportamos a Oceanía, Europa, América del Norte, América Latina, así mismo dependemos de la cadena de suministro y de logística en todos esos lugares, a algunos de los cuales ha sido muy complicado llevar nuestros productos. Y el segundo reto, que es enorme, se refiere a que el Invima, como está hoy concentrado en todo lo relacionado con el covid-19, tiene suspendidos todos los términos, lo que quiere decir que no emite permisos de exportación hace varios meses (que en todo caso ya estaban demorados). Así, un permiso que demora noventa días, plazo que de por sí ya es muy largo, ha tardado 7-8 meses. Tenemos productos listos con sus clientes esperando, pero la exportación no se ha podido hacer, por falta de esa autorización del Invima o por razones de tipo logístico.

P.: ¿Entonces, cuál es la salida en cuanto se refiere al Invima?

R.: Lo que hemos hecho es priorizar las exportaciones de productos que no requieren autorización del Invima, y a países donde hay una buena cadena logística. Pero eso es contraproducente, porque estamos hablando de materias primas, es decir, lo que tiene menos valor agregado, menos empleo y menos generación de valor. Creemos que es el momento de que las instituciones reciban el mensaje del presidente Duque, según el cual debe haber un balance entre economía y salud. Entendemos que el reto de salud es prioritario, pero podemos cuidar a las personas y al mismo tiempo estimular la reactivación de los sectores productivos.

P.: ¿Cuáles son los productos que necesitan el permiso de exportación del Invima?

R.: Básicamente, los productos terminados y los semielaborados. Esto se traduce en medicamentos y en medicamentos de marca blanca. ¿Qué significa que un producto no necesite ese permiso? Que es materia prima. Entonces, seguimos con la triste historia de nuestra economía: vender materia prima para que el valor agregado se quede en otras partes.

P.: ¿Esta situación podría poner en riesgo algunos mercados o algunos clientes?

R.: Claro. De hecho, ya hemos perdido clientes porque no nos pueden seguir esperando. Es que como competimos con la misma calidad contra productores de Canadá, Estados Unidos y Europa, todo lo define el precio.

P.: ¿Cuáles son los países que ofrecen mayores requisitos para la importación de productos de Clever Leaves?

R.: Hemos superado todas las trabas, porque hemos recibido permisos de importación de Australia, Alemania, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Brasil, etc. La traba realmente está en Colombia.

P.: ¿Hasta cuándo se puede sostener esa situación?

R.: Nosotros vamos a poner alma, corazón y vida para que las cosas cambien, pero llegará el momento en que esto no va a ser sostenible. Me refiero a que Clever Leaves tiene una compañía en Portugal, que obtuvo una prelicencia para cultivar cannabis, la cual se convierte luego en una licencia, cuya documentación para conseguirla se está radicando hoy (19 de mayo) y se va a demorar máximo sesenta días. Entonces, en dos meses vamos a poder estar haciendo allá lo que hacemos en Colombia, pero sin tanta traba regulatoria. Así las cosas, el riesgo grande es que esta industria se mueva para otros países. La compañía seguirá adelante, lo que no sé es si en Colombia. 

P.: ¿Ustedes ya tienen un mercado nacional?

R.: Sí, proveyendo de insumos a varias empresas colombianas. Nuestro modelo de negocio dejó de priorizar a los pacientes en Colombia hace unos años, dadas las barreras regulatorias existentes. Infortunadamente, es más fácil vender un medicamento en Alemania que aquí.

P.: ¿Y los planes de expansión?

R.: En Colombia hemos invertido más de US$60 millones en dos años, generamos unos seiscientos empleos rurales formales en los primeros dos años, pero por todo lo que he mencionado, ahora hemos priorizado la inversión en Portugal, país que tuvo una crisis tremenda hace unos años y lo que hizo fue promover la inversión extranjera y la industria nacional.