Revista Nacional de Agricultura
Edición 1003 – Mayo 2020

A pesar de los problemas, muchos están viendo en esta coyuntura una oportunidad para sembrar papa, pero sin acudir a los bancos.

El ingeniero agrónomo Milton González, miembro de la Junta Directiva de Fedepapa, habla de su experiencia en estos momentos de crisis y presenta su visión sobre la industria en general. Dice que el cultivo de la papa no se ha detenido y que el gobierno debería crear una franja de precios para este producto, de tal manera que no se pueda vender más cara, pero que su precio sea justo.

Heladas más coronavirus

Hay una cosa que es clara: lo que ocurra en los cultivos no siempre se refleja inmediatamente, a menos que hablemos de hortalizas. En el caso de la papa, en cuanto a la parte foliar, cualquier cosa se ve 3-4 meses después del hecho. Me refiero a las heladas de diciembre, enero y febrero, que afectaron fuertemente a los cultivos de papa, con la consecuente baja en los rendimientos: se pasó de 30 a 20 toneladas por hectárea. Pero ese no es el problema. El problema es que la papa se clasifica en primeras, segundas y terceras. Las terceras, que normalmente son 3-5% de la producción, van para consumo del ganado; las segundas, o parejas, representan 15-20% de la cosecha, y 75% debería ser papa de primera. Las heladas hicieron que la papa incrementara el porcentaje se segundas y terceras. Así, si el rendimiento baja de 30 a 20 toneladas y los porcentajes de papas no comerciales se incrementan (terceras en 12%, y segundas en 40%), estamos diciendo que de 75% del total de una cosecha que llegaba a la plaza, hoy no está llegando ni siquiera 50%. Como se ve la afectación hay sido muy fuerte.

Ahora bien, lo que está pasando con el coronavirus afecta la parte humana. Nosotros somos responsables, manejamos a la gente aislada de cualquier fuente adversa, pero conseguir mano de obra se ha hecho más difícil y más costoso. Debido a esto, se está demorando la cosecha de lotes, a lo que se suman el ataque de la polilla y los bajos rendimientos.

Se necesita una franja de precios para la papa

En estos momentos la solución debería estar más dirigida a la comercialización. Entre las medidas tomadas por el gobierno me sorprende mucho la de querer que la papa se venda a precios basados en el incremento del costo de vida más un promedio que nos entrega el Dane. El gobierno desconoce, por ejemplo, que el fertilizante ha subido 22% en lo corrido del año: el saco que se compraba a comienzos del año a $89-94 mil, hoy vale $117-122, lo que ha incrementado los costos de producción.

Pienso que lo adecuado sería contar con unas franjas de precios, para que la papa no pueda valer más de lo debido, ni menos de lo justo, porque aquí las normas las acatan los comercializadores para ganar en la intermediación. Ellos siempre le dicen al agricultor que según el gobierno no se puede pagar más, y al consumidor le aseguran que no hay producto.

En lo que tiene que ver con la producción, pienso que habría que dar un estímulo, pero no tanto a través de créditos, sino de la rebaja o suspensión de aranceles a la importación de maquinaria, las materias primas de los fertilizantes y los protectores de cultivos, en un beneficio de tipo transversal para todos los renglones agrícolas. Así como se ha anunciado la suspensión temporal de aranceles a la importación de maíz, fríjol soya y torta de soya, debería hacerse lo propio con los bienes mencionados.

La papa mantiene su demanda

Se sigue consumiendo, pero veo un mayor comercio informal, es decir, no se está llegando tanto a Corabastos y a otras centrales, sino que se está vendiendo en los negocios y en las plazas de mercado de los pueblos. A las zonas productoras está llegando gente de tierra caliente a comprar papa en buenas cantidades, lo cual está causando una alta volatilidad en el mercado, que fue lo que asustó al gobierno. De hecho, la papa pasó en una semana de valer $90 mil a $180 mil en tres días, pero al cuarto descendió a $120 mil, y al quinto ya estaba en $80 mil. Esta volatilidad no es buena para nadie y sí produce mucho temor entre los consumidores y mucha expectativa entre los comerciantes, que ven una oportunidad para ganar dinero.

Comerciantes ya están yendo a las fincas a comprar papa

Como le digo, hay comerciantes o intermediarios que ya están yendo a los propios cortes a comprarla de contado. Piense en lo que significa para el agricultor ir hoy a Corabastos: ingreso con “pico y cédula”solo una persona, que muchas veces es el conductor, para que el comerciante le diga que la papa bajó de precio, que la bodega está llena y que no tiene a quién venderle. En cambio, está llegando gente a la finca a comprarle al mismo precio de Corabastos, pero en efectivo.

El cultivo de la papa no para

El cultivo de la papa no se ha detenido. Las normas expedidas por el gobierno han permitido la comercialización de los insumos y la libre movilización de los productores, con las medidas de bioseguridad recomendadas. Observo que muchos están viendo este momento como una oportunidad para sembrar, pero me parece que es muy caro hacerlo porque los fertilizantes, como ya lo anoté, han subido de precio. Los costos de la papa que se siembre hoy van a tener un sobrecosto de más de 25% en la cosecha.