Revista Nacional de Agricultura
Edición 1003 – Mayo 2020

La agregación de valor pasó a convertirse en uno de los propósitos para la empresa productora de trucha arcoíris más importante del país. Gajes de la pandemia.

Oscar Murillo es el gerente de Trout Co., empresa con operaciones en Boyacá y Cundinamarca, que produce al año unas 20 mil toneladas de trucha arcoíris, buena parte de la cual, va para el mercado de Estados Unidos, en distintas presentaciones. Preocupado, dice que están viendo cómo sobrevivir y cómo reinventarse porque se les está acabando el oxígeno financiero.

P.: ¿Su empresa cómo la está pasando en esta coyuntura?

R.: Para el mercado nacional hemos podido trabajar parcialmente, gracias a que el gobierno le permitió funcionar al sector de los alimentos. En cambio, en el frente internacional, que ha sido nuestro negocio, sí nos hemos visto muy afectados porque los mercados de trucha en fresco y congelada pararon en seco. La primera se vende en hoteles y restaurante, y la segunda en cruceros.

En cuanto al mercado nacional, todos los productores estábamos preparados para la Cuaresma, pero como el problema comenzó antes del 23 de marzo, nos quedamos con bastante producto.

P.: ¿Entonces?

R.: Pues, estamos viendo cómo sobrevivir, cómo reinventarnos tal vez con un producto con valor agregado para el mercado nacional, y viendo oportunidades en otros países distintos a Estados Unidos, con otro tipo de certificaciones, todo para salvar la empresa y proteger a nuestros empleados. Para mitigar un poco el impacto, hemos tenido que mandar a la gente a vacaciones colectivas, y tratar de soportar algún contrato en el exterior.

En valor agregado, estamos buscando ofrecer un producto porcionado, un producto de fácil preparación, un producto enlatado, un producto económico, un producto kosher. Tenemos que llegar al cliente final, básicamente, a través de supermercados y domicilios, porque no sabemos cuándo se abrirán los restaurantes y los hoteles.

Y en nuevos mercados externos, pueden estar Europa y Asia, que ya están volviendo a la normalidad. China, particularmente, puede ser un buen prospecto para productos con valor agregado, lo mismo que el mercado árabe.

P.: ¿A los planes en Colombia, ayuda el hecho de que el consumidor colombiano conoce hoy más la trucha?

R.: Aquí la trucha todavía es considerada como un producto de mayor precio. Pero mire: si uno compara el precio del contenido de una lata de atún con la misma cantidad de trucha, concluye que el atún es mucho más caro (casi el doble). El asunto es: ¿la cultura del consumidor colombiano aceptará rápido la trucha enlatada?

P.: ¿Qué tanto ha bajado la producción de Troutco en las últimas semanas?

R.: Nosotros no hemos dejado de producir. Lo que han caído, a 10% de los pedidos normales, son las ventas de trucha en fresco. Frente a esto, estamos tratando de sostener animales y congelar en un frigorífico, a la espera de que todo vuelva a la normalidad. También estamos haciendo donaciones a los bancos de alimentos. Pero creo que nuestra caja no dura para más de dos meses

P.: Tengo entendido que productores de tilapia están vendiendo o piensan vender el producto a fabricantes de harina de pescado. ¿Ustedes pasarían por ahí?

R.: Solo si nos tocara. Pero creo que sería una harina muy costosa. Usted me deja muy preocupado porque la tilapia es mucho más económica que la trucha.

P.: Supongo que han tenido que acudir a los bancos…

R.: Claro. Hemos pasado toda la documentación, pero no hemos tenido respuesta. Creo que solo podemos aguantar hasta junio.

P.: Finalmente, ¿qué tan costoso es producir trucha en Colombia?

R.: Bastante. Aquí, el alimento concentrado es demasiado caro, aparte de que estamos supeditados al dólar. Si el dólar sube, también lo hace el alimento balanceado porque la mayoría de las materias primas son importadas; pero si el dólar baja, el alimento no. ¿Por qué? No lo sé. Pero esto no pasa con el flete aéreo, que se comporta con la fluctuación del dólar. El alimento representa 70% de nuestros costos; le sigue la semilla, que también se importa, y entre los dos suman 90% del total. El resto es mano de obra. Por todo esto, debemos buscar productividad operacional, en energía, en recursos físicos. Si no, quedamos por fuera del mercado.