Revista Nacional de Agricultura
Edición 1015 – Junio 2021

Nuestra institución se estaba quedando sin para los tintos, como consecuencia de la crisis fiscal que dicho conflicto ocasionó en el país.

“Causas exclusivamente relacionadas con la guerra mundial, que terminó en los últimos meses del año pasado, y con la pavorosa crisis fiscal que esa misma guerra produjo en el país por la reducción de la Renta de Aduanas, determinaron la situación excepcionalmente precaria en la que se hallaba nuestra institución, cuando tuvisteis a bien honrarme con la altísima distinción de nombrarme Presidente de la Sociedad”. Con estas palabras comienza el informe a la Asamblea General, que presentó Cesáreo A. Pardo, al término de 1919.

Cita entre las razones del descalabro económico del país, la caída de los precios del café y de otros productos industriales, la baja del cambio y la disminución de las exportaciones. Ante esto, los agricultores “soportaban una situación de dificultades, de zozobras y de abatimiento, que solo pudo contrarrestar y vencer su carácter perseverante y energía de recios y probados luchadores”.

Las cosas se complicaron para la SAC cuando el gobierno decide suspender la subvención mensual que le giraba para atender los gastos, lo que obligó a los empleados a buscar, contra su voluntad, ingresos en otras ocupaciones, desatendiendo así el cumplimiento de las labores de la institución.

La situación no podía ser más complicada. “Exhausta la caja de la Tesorería, y gravada esta con un pasivo de relativa importancia, se habían suspendido hasta los necesarísimos servicios de luz y de teléfono, en momentos en que a diario se cobraban también al Señor Secretario Tesorero, cuentas de imprenta y de otros suministros que era imposible satisfacer”.

Por fortuna, el fin de la guerra le dio paso al resurgimiento industrial y comercial del país, y la SAC pudo volver a respirar. Cesáreo A. Pardo reconoce que en la recuperación de la institución fue decisivo el trabajo del consocio Rafael Flórez, nombrado secretario. “Su consagración de todos los días y de todas las horas al servicio de la Oficina, unida a sus capacidades, a su interés y acierto en el desempeño del cargo, me permite rendiros un informe excepcionalmente satisfactorio sobre la marcha y el desarrollo de la Sociedad”, se lee en el informe.