Revista Nacional de Agricultura
Edición 1003 – Mayo 2020
Los porcicultores no disponen de frío para guardar más de la producción de un día, y no pueden represar animales en la granja por más de 3-4 días.
El gerente de Inversiones Porcícolas Las Margaritas, empresa localizada en Gómez Plata, Antioquia, Freddy Velásquez, revela que el impacto fuerte que están recibiendo en la pandemia del covid-19 es en el precio de venta. El inventario porcino podría llegar a afectarse, asegura.
P.: ¿Qué tan duro los ha golpeado a Usted y al sector porcicultor la pandemia del coronavirus?
R.: Básicamente, hemos resultado golpeados en el precio de mercado, con una disminución cercana a 27%, lo que se ha traducido en sobreinventarios. Digamos que hoy todavía no hemos sido capaces de vender lo que tenemos ofrecido. La gente no tiene dinero para consumir carne. De resto, nuestra cadena de abastecimiento ha estado prácticamente normal, y nuestra cadena de distribución también opera con normalidad, en términos logísticos.
La pérdida económica es importante: $80-100 mil por cerdo, aunque en las últimas semanas se ha estabilizado la caída. Creemos que con la reapertura de las actividades económicas el consumo se irá dinamizando poco a poco y por ende los precios.
P.: ¿Cómo han manejado la situación?
R.: Básicamente, con tres acciones: primero, guardando la mayor cantidad de carne que podamos; segundo, represando el mayor número de cerdos en los corrales, y tercero, buscando masificar el consumo, por medio de promociones y bajando precios.
Pero, además, los porcicultores les estamos bajando el peso a los animales, utilizando formulaciones para que crezcan más lentamente, y así reducir la oferta y minimizar las pérdidas. La idea es producir el cerdo más pequeño que el mercado acepte, lo cual no es fácil porque la porcicultura colombiana lleva 25-30 haciendo todo lo contrario, empleando la mejor genética y una avanzada nutrición. Pero hoy, nos vemos obligados a buscar un cerdo que a 165 días pese 10-15 kilogramos menos.
P.: ¿Qué tan grande es el costo de almacenar carne y represar cerdos?
R.: Es un costo importante, sobre todo cuando la caja es limitada. Es que hay que entrar a utilizar todas las líneas de refrigeración y congelación, servicio este que en general es muy reducido. En efecto, el sector porcicultor no tiene capacidad para guardar más de un día de producción, puesto que hay otros que también demandan frío, especialmente la avicultura de pollo. Por otra parte, en los corrales podemos represar animales por 3-4 días, que no es mucho. Como no podemos represar mucho animal, viene la sobreoferta. Todo esto explica la gran afectación en el precio que estamos viviendo.
P.: Es de suponer que esta situación los ha llevado a ustedes a acudir a la banca a restructurar crédito y a pedir plata.
R.: Sí. Ya fuimos a la banca, pero se evidencia un lento proceso. Trámites que duraban dos días, esta vez tardan dos semanas. Cuando uno iba a solicitar un crédito por cartera sustitutiva a Finagro, lo obtenía fácilmente, pero ahora el banco lo dirige por Finagro, quizá para no correr solos el riesgo, sino compartirlo con el Estado.
P.: ¿La gente no está comprando carne de cerdo porque no tiene plata?
R.: Es un hecho que en la calle el circulante es menor. Por otra parte, pareciera que la gente no quiere ir a hacer cola a un expendio para comprar carne, sino que le es más fácil tomar una bandeja de huevos. Pero también es una realidad que los mercados se van acomodando. Había mucho mercado institucional de carnes de cerdo y de pollo, pero no para el ama de casa; ahora es al contrario: el mercado institucional está prácticamente en cero, y se está moviendo la demanda de los hogares.
P.: ¿Qué lecciones le deben quedar la industria porcina de esta coyuntura tan complicada?
R.: La lección principal es que hay que redoblar esfuerzos en el mejoramiento de nuestros canales de comercialización, para que el productor sea capaz de llevar, sin intermediarios, la carne a la mesa de los colombianos.
P.: ¿Ya ha habido quiebras?
R.: Hasta ahora los productores han aguantado, pero si esto sigue, a mediano plazo habrá una contracción de la oferta, ya sea porque desaparezcan granjas completas o porque se vean obligadas a reducir su operación. Así, el inventario porcino quedaría en entredicho.