Revista Nacional de Agricultura
Edición 1039 – Agosto 2023

Lluvias, temblores, infraestructuras débiles, fallas geológicas y hasta manifestaciones ciudadanas, pueden dejar en vilo, en un abrir y cerrar de ojos, un corredor crucial para los Llanos Orientales, la despensa agroalimentaria por excelencia para el centro del país.

En menos de un mes fue necesario cerrar dos veces la vía al Llano por lluvias, avalanchas, temblores, puentes caídos, fallas geológicas y hasta manifestaciones ciudadanas. Este es un problema eterno en este corredor que conecta a los Llanos Orientales con el centro del país y cuyo uso deja en vilo, con más frecuencia de la que debería, la distribución de alimentos.

El pasado 20 de agosto, un día después de un temblor que tumbó piedras sobre esa vía, obligando al cierre de la conexión entre Bogotá y Villavicencio, se derrumbó el puente Los Grillos, ubicado en el municipio de Pajarito, en la conocida Transversal del Cusiana que conecta a Boyacá y Casanare. Cerrada la región por sus frentes más importantes, nuevamente se llamó la atención sobre las vías terciarias que, por su mal estado, no sirvieron como solución inmediata para evitar el represamiento de carga pesada y alimentos.

“El Instituto Nacional de Vías, Invías, se permite informar que debido a una falla súbita en el puente Los Grillos, entre el kilómetro 81,08 y el kilómetro 81,34, de la Transversal del Cusiana, al parecer por la reciente actividad sísmica en el piedemonte llanero, se presentó la caída de una sección de la estructura”, publicó el Invías en un comunicado.

Se instaló entonces un Puesto de Mando Unificado liderado por el ministerio de Transporte y autoridades regionales, que autorizó habilitar, dos días después del derrumbe, horarios especiales para evitar el desabastecimiento en el centro y oriente del país.

Pero justo el día que iniciaría la apertura por turnos, los habitantes del municipio de Guayabetal bloquearon la vía al Llano durante 20 horas, exigiendo a las autoridades locales y nacionales reforzar las estructuras de viviendas, colegios y la parroquia del pueblo, en riesgo permanente de desastre por las lluvias tan características de esta zona del país.

Aunque la manifestación se superó y se pudo aplicar el plan para el paso de transporte de carga, los cierres han sido intermitentes desde entonces.

La incertidumbre que esto genera para el sector agropecuario, que tuvo varias reuniones con el Gobierno para tomar medidas, se traduce en cifras muy concretas que los gremios expusieron para entender la magnitud de un cierre prolongado y la importancia de esta vía.

Afectaciones al sector agropecuario

Desde Fenavi, su presidente Gonzalo Moreno explicó que entre los departamentos de Meta y Cundinamarca se ubican en total 79 granjas que producen huevos y carne de pollo. De esas granjas, tres ubicadas en el municipio de Guayabetal se vieron muy afectadas en apenas 3 días en los que no pudieron sacar el pollo.

Hubo también granjas que tuvieron que optar por transportar su producto por una vía alterna que les tomaba de 10 a 12 horas más de lo normal, lo que significó sobrecostos en el transporte.

En entrevista con varios medios de comunicación, Gonzalo también aseguró que Bogotá trae de los Llanos el 5% de la producción nacional de pollo (2.000 tns a la semana y 86 tn de aves diarias). De huevo, entran al día 323.000 huevos a Bogotá que son el 4% del consumo diario.

Desde Porkcolombia se calculó que el cierre significaría más de 8.300 millones de pesos en pérdidas semanales en toda la cadena pues desde los Llanos Orientales hacia el centro del país se movilizan 800 cerdos en pie, 1.250 tons de carne de cerdo y 5.400 toneladas de alimento balanceado a la semana.

El gerente general de Fedearroz, Rafael Hernández, se refirió a la caída del puente en Casanare: “Esa es la ruta por la que se evacúa el arroz blanco de Casanare-Arauca hacia Bogotá. Se aumentará el recorrido de los camiones, incrementará el flete y en un momento dado, los precios del arroz”.

También señaló que “lo importante es que haya vías para sacarlo, porque las vías alternas no sirven para camiones de 30tn que son los que se usan para llevar el arroz a centros de consumo. Las bodegas de los industriales se llenarán y puede que si no hay soluciones, no haya donde guardar el arroz”.

Y es que, para ese momento del cierre de la vía, ya había poco más del 50 % de la cosecha de arroz recolectada del Meta y Casanare. Además, de julio a octubre se tiene previsto cosechar en los Llanos aproximadamente 1.200.000 toneladas de paddy verde, equivalente a 660.000 toneladas de blanco que en su gran mayoría se transportan al centro del país y la costa.

Otro ejemplo en cifras de la incertidumbre es el sector piscícola. Desde Fedeacua se reportó que el 60 % de la producción de la Orinoquía va a Bogotá y el 40% se queda en la región.

La producción de piscicultura es de unas 2.000 toneladas mensuales en el Meta que va hacia Bogotá, pero el Meta es además el principal proveedor de semilla (alevinos), con el 40% de semillas que van a poblar a todo el país.

Para el sector hortofrutícola, un cierre permanente significa una afectación a más de 5.000 productores de frutas tales como plátano, piña, cítricos, patilla, papaya, guayaba, aguacate, maracuyá, entre otros. 

El Invías tiene entre sus planes la construcción de una vía provisional con puentes metálicos en el sector del puente Los Grillos, para habilitar el paso Sogamoso – Aguazul; construcción cuyo avance dependerá del clima. Mientras tanto, los ciudadanos construyeron un paso artesanal que pone en riesgo sus vidas.