La última semana de agosto nos dejó a Colombia ausente en las negociaciones de la
Alianza Pacífico, además de los enfrentamientos entre China y Estados Unidos. La primera
semana de octubre trae un renovado pacto comercial entre Estados Unidos, Canadá y
México (anterior TLCAN y ahora USMCA, por sus siglas en inglés), que conjuntamente,
llevaran a que muy probablemente el estimativo de crecimiento global se estanque.

El gobierno de Colombia, decidió no asistir a la sexta ronda negociaciones de la Alianza del
Pacífico llevada a cabo la semana pasada en Auckland, Nueva Zelanda, con los países
candidatos a Estados Asociados (Canadá, Nueva Zelanda, Singapur y Australia), puesto
que la decisión fue priorizar el análisis hacia dentro con los diferentes gremios de la
producción, en especial en para productos que serían de alta susceptibilidad para el
mercado colombiano, como lo son la caña azucarera, los lácteos, la carne y los autopartes.
Con Singapur y Canadá, la canasta comercial colombiana es deficitaria, en especial con
este último con un amplio margen de diferencia. Con los países oceánicos Colombia se
mantiene con una balanza comercial superavitaria, pero no muy amplia en ambos casos.

En consecuencia, el país al no asistir, podría estar perdiendo posibilidades de comercio con
Asia Pacífico (pues cuenta con el tratado con Corea del Sur y el de Japón está estancado),
además de perder la opción de participar de los recursos del Fondo de Cooperación
Económica Asia Pacífico (Apec) o del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica
(TTP), por lo que algunos analistas consideran que fue una decisión equivocada, pues la
cuenca del pacífico ha sido identificada como la región más dinámica económicamente,
mientras que la SAC ha mostrado su apoyo a la ausencia, pues ha mostrado que en
ninguno de los tratados vigentes, el país ha salido victorioso.

Por otra parte, lo que se conocía como el TLCAN, pasó a convertirse el primero de octubre
en el USMCA, previo acuerdo entre Estados Unidos y México, y por último el acuerdo con
Canadá, todos a la espera de la aprobación de sus respectivos parlamentos. Los mayores
beneficiarios, el agro y las autopartes estadounidenses, puesto que los primeros por fin
tendrán acceso a los mercados vecinos con lácteos, carnes y huevo, y los segundos con la
exigencia de mínimo el 75% de las autopartes deben ser estadounidenses. México y
Canadá lograron acuerdos en materia de mano de obra, medio ambiente y propiedad
intelectual.

Las anteriores negociaciones y rondas se presentaron enmarcadas dentro de la
incertidumbre mundial tras la guerra arancelaria que han emprendido Estados Unidos y
China, tras la imposición del segundo de mayores aranceles a varios productos
agropecuarios norteamericanos, a lo que el primero respondía con aranceles al acero chino.
Este enfrentamiento lo que ha generado es un aumento de los subsidios para la protección
del ingreso al productor nacional en varias de las economías dentro de la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En general, el efecto para Colombia se
verá en la caída de los precios internacionales de la mayoría de los productos que más
importa, pero dejando al productor nacional con un margen de competitividad comparativa
mucho menor en términos de ingresos directos, además de que las salvaguardas pactadas
en el TLC con Estados Unidos, no será de mucha ayuda.

En términos agregados, las disputas comerciales han llevado al Fondo Monetario
Internacional (FMI) a hacer previos anuncios sobre un estancamiento del crecimiento
mundial y menos país contribuyendo. Christine Lagarde, directora del FMI, declaró lo
perjudicial que son las nuevas barreras al comercio entre las superpotencias, lo que
directamente afecta la inversión y la producción bajo un marco de incertidumbre creciente.
Si bien Estados Unidos está mostrando cifras alentadoras, lo que llevó a su banco central,
la FED, a aumentar la tasa de interés, que sumado al fortalecimiento del dólar, está
empezando a afectar a los mercados emergentes.

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Lina Sofía Cendales – lcendales@sac.org.co