Revista Nacional de Agricultura
Edición 1022 – Febrero 2022

Avanzamos en la divulgación de lo que piensan quienes buscan llegar a la Casa de Nariño para el periodo 2022-2026.

Dos importantes eventos de carácter político tuvieron lugar a finales del mes pasado, en desarrollo de la campaña por la presidencia de la República. Nos referimos a los debates que programaron la revista Semana y el diario El Tiempo (enero 25), y la W Radio (enero 27), a los cuales fueron invitados caracterizados aspirantes a ocupar el primer cargo de la Nación: Gustavo Petro (Pacto Histórico), Alejandro Gaviria (Colombia tiene Futuro), Camilo Romero (Verdes por el Cambio), Federico Gutiérrez (Creemos Colombia), Francia Márquez (Pacto Histórico), Ingrid Betancourt (Verde Oxígeno), Juan Manuel Galán (Nuevo Liberalismo), Óscar Iván Zuluaga (Centro Democrático), Rafael Hernández (independiente) y Sergio Fajardo (Compromiso Ciudadano).

De dichas intervenciones, la Revista Nacional de Agricultura extrae los planteamientos que fueron formulados por dichos candidatos, directa e indirectamente relacionados con el campo y con el sector agropecuario, como una ayuda a la ilustración de nuestros lectores para la toma de sus decisiones políticas.

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EL DEBATE SEMANAEL TIEMPO DIGITAL

Gustavo Petro – Pacto Histórico

Nuestra propuesta: democratizar la tierra. Lo que estamos proponiendo es democratizar la tierra, como en Francia, país cuya agricultura es subsidiada, protegida e industrializada. Eso es lo que hay que hacer aquí: poner a producir el trigo aquí, el aguacate aquí, la yuca aquí, la papa aquí, por parte de millones de personas, entre las cuales están los campesinos. Ese es el verdadero nombre de la paz. Si tú (Ingrid Betancourt), no haces eso, como no lo hicieron tus amigos de gobiernos anteriores y el actual, se abre la destrucción de la agricultura nacional, y ese es el nombre de la guerra, ese es el nombre del narcotráfico. ¿Por qué crece el narcotráfico en Colombia? Porque los campesinos no pueden producir comida, porque en las grandes ciudades, los jóvenes no pueden producir industria. Y mientras menos agricultura y menos industria se produzcan, más narcotráfico y más violencia vamos a tener. Este no es el siglo XIX. Pongámonos en el siglo XXI. Y hablando de insumos, ¿saben porque se triplicó el precio del NPK en Colombia, el principal insumo de la agricultura en Colombia? Porque es importado. ¿Y por qué estamos importando? Porque este gobierno se robó Monómeros Colombo-Venezolanos, que era la empresa que producía este insumo más barato.

No me da pena decir que voy a subir los aranceles para proteger al agro. El último dato de inflación indica que esta se ha situado en 5.7%, como resultado del encarecimiento de los alimentos importados. Así que la realidad contradice lo que usted (Alejandro Gaviria), acaba de decir. Es la libre importación de alimentos, agenciada por el uribismo y otros gobiernos, lo que ha hecho que el precio de los alimentos se dispare de tal manera que mientras el presidente Duque sube el salario mínimo 10%, el precio de los alimentos crece 17%. Un gran fracaso económico.

A mí no me da vergüenza decir que yo sí quiero proteger la producción de alimentos, subiendo los aranceles de importación. Es que, uno, los alimentos del pueblo colombiano no pueden depender de un importador mafioso o de la tasa de cambio: tiene que depender del trabajo nacional. Dos, estoy de acuerdo con usted, Federico Gutiérrez, en que en la lucha contra la corrupción hay que ser coherentes. En Colombia, el gran hecho de corrupción es robarse los impuestos, no solo por parte de funcionarios públicos, sino por las fortunas, que no los pagan. El segundo hecho de corrupción es el Estado que usa armas ilegales.

Hoy, el segundo producto de exportación de Colombia no es la cocaína: es el primero. Con la política que ustedes hicieron (me refiero al uribismo y gobiernos anteriores), de desmantelar la producción agrícola a partir de las importaciones libres de alimentos, y la industria de textiles y confecciones, al destruir ustedes ese esquema productivo, hicieron crecer el narcotráfico. Y por eso el balance fundamental de la política económica de los últimos treinta años es que Colombia es hoy el principal exportador de cocaína. Luego, si queremos reducir la corrupción de verdad, debemos aumentar la producción de alimentos y la industria nacional. Aplaudir que se importen alimentos es un suicidio nacional. Lo que tenemos que hacer es garantizar la soberanía alimentaria e iniciar un proceso de industrialización.

No he pedido que se les suban los impuestos a la comida. Al contrario. Lo que propongo es subirles los impuestos a muchos de sus amigos (Alejandro Gaviria), porque no los pagan. El mayor acto de corrupción son las grandes fortunas que usan a los congresistas pagados para hacer reformas tributarias que les quitan los impuestos, mientras se los suben a la gente que trabaja. Esa es la injusticia tributaria.

Por eso, si queremos luchar contra la corrupción, no se puede desconocer el mayor hecho de corrupción en Colombia: ese desfalco al Estado colombiano, cerca de $50 billones al año, que no pagan los banqueros, que no pagan los grandes dueños de tierras, que no pagan los afortunados de los paraísos fiscales, que no pagan las carboneras y petroleras, que no liquidan correctamente sus ingresos, que descuentan de su impuesto de renta lo que pagan por regalías, cuando estas son de la Nación. Ahí está la mayor corrupción. Cuando pensamos que el corrupto es simplemente el empleadillo que se roba un dinero (que también lo es), pero no nos damos cuenta de los grandes hechos de corrupción, lo que estamos haciendo es prohijando la corrupción. Por eso nuestra propuesta de reforma tributaria busca justicia tributaria, lo que implica quitarles el Estado a los corruptos.

Sí va haber reforma tributaria.  Lo primero que haremos será derogar la del 2019. Elevaremos el impuesto a dividendos, en las mismas escalas que las del impuesto de renta a personas naturales; crearemos la renta presuntiva para capitales en paraísos fiscales; aumentaremos el impuesto predial para latifundios improductivos mayores de 500 hectáreas. Aumentaremos los aranceles para proteger la producción y el empleo en cuatro ramas de la economía: confecciones/textiles, cueros, alimentos de origen agrícola e industria agroalimentaria.

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Alejandro Gaviria – Colombia tiene Futuro

Abarataré el precio de los agroinsumos. Para el sector agropecuario tengo una política concreta, basada en lo que hice como ministro de Salud. Hoy, uno de los problemas del sector agropecuario es el precio de los insumos, frente al cual yo puedo aplicar la misma metodología que usé para los precios de los medicamentos.

Yo hice la intervención estatal más audaz que se haya hecho en Colombia en los últimos diez años, al bajar el precio de miles de medicamentos, para beneficiar a millones de personas, política que se puede aplicar en el caso de los insumos del agro. Pero si queremos aumentar la producción en Colombia, no es con proteccionismo, sino con desarrollo rural con enfoque territorial. Esa es la vía. No hay ninguna prueba de que solo con proteccionismo se lograr producir más. En cambio, sí se encarecen los alimentos.

Quiero crear 1.5 millones de empleos. La economía colombiana no funciona bien. La economía colombiana es antijoven, es antimujer y, sobre todo, es antiempleo. Yo quiero crear 1.5 millones de empleos, con base en un audaz programa de formación para el trabajo, único en la historia reciente de Colombia.

Eso necesita una reforma tributaria centrada en disminuir las rentas exentas para los más ricos de la población, en aumentar el impuesto a las ganancias ocasionales, en contar con unos nuevos impuestos al carbono y, sobre todo, en disminuir las exenciones. Yo no creo que con solo combatir la corrupción se resuelven los problemas fiscales de Colombia, como tampoco creo que aumentar los impuestos a la comida, como propone Gustavo Petro en un contexto inflacionario, sea conveniente.

Creo, simplemente, que debemos poner énfasis en el empleo, el empleo, el empleo.

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Camilo Romero – Verdes por el Cambio

La mía será una contrarreforma tributaria. Sin duda, debe haber una reforma tributaria, que yo llamaría contrarreforma, porque todas las reformas han buscado salvaguardar al que más tiene, a la ínfima minoría de colombianos que, como Fico, se creen primeros. Eso hay que cambiarlo con la lógica de la gente. Yo quiero una reforma tributaria progresiva, equitativa y eficiente, lo que se logra, por supuesto, quitando tantas exenciones. Lo que se requiere, entonces, es una reforma tributaria que vaya de la mano de la gente y que enfrente al viejo poder que le ha hecho mucho daño a este país.

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Federico Gutiérrez – Creemos Colombia

Una reforma tributaria no puede afectar a la clase media ni a la población vulnerable. Si queremos crear empleo, debemos hacer que el país crezca por encima de 5% los próximos cuatro años, garantizar la inversión, combatir la corrupción, anunciar rápidamente medidas para que no se sigan evadiendo impuestos, y utilizar los recursos ya existentes. Antes de hablar de una reforma tributaria, lo primero que deben darse es una austeridad en el gasto, un Estado eficiente y los mecanismos para que los recursos que hoy existen se utilicen en las regiones. Por ejemplo, hoy tenemos $14 billones del Sistema General de Regalías sin ejecutarse, esto es el equivalente a una reforma tributaria.

Pero cualquier discusión que se dé, la vamos a dar de manera responsable, con los gremios, con todos los sectores y con los colombianos. Pero una reforma tributaria no puede afectar a la clase media ni a la población vulnerable.

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Francia Márquez – Pacto Histórico

Aquí, a los cafeteros los quebraron con los tratados de libre comercio.  Creo que no es posible decir que no vamos a fortalecer la producción nacional de alimentos y que lo que va a prevalecer es la importación, cuando hay más de 2 millones de personas que se están muriendo de hambre en este país. Aquí, a los paperos los quebraron con los tratados de libre comercio. Aquí, a los cafeteros los quebraron con los tratados de libre comercio. Aquí, la panela del Cauca no tiene opción. ¿Entonces, de qué están hablando? ¿De qué soberanía alimentaria le hablan al país, si nos han condenado a vivir en el hambre? Yo sí creo que existe la necesidad de fortalecer, como primer renglón de la economía nacional, la soberanía alimentaria. No es posible que se estén importando 14 millones de toneladas de alimentos, mientras que la gente que producía en el campo se quebró. Porque estos que están aquí, que han sido parte del gobierno, del uribismo que nos ha gobernado por más de veinte años, no nos han permitido vivir en paz. La propuesta es fomentar un sistema de producción agroecológica, que recupere la industria nacional, que recupere la soberanía alimentaria. Pero de eso no se habla. Aquí se habla del campesino, de los indígenas y de los negros, cuando permiten que les quiten la tierra. Permiten eso porque quieren seguir fomentando la política del despojo, la política de la muerte, que no nos ha permitido vivir dignamente en los territorios. Si en realidad queremos asumir el desafío de la pandemia, pues hay que saber que los alimentos no crecen en el supermercado, y que no podemos seguir comprando productos de la canasta familiar pagados en dólares.

La tributaria, más que reforma, debe traer justicia tributaria. Esto quiere decir que los que más acumulan riqueza deben ser los que más contribuyan. Esto pasa por evitar la evasión de impuestos de los grandes capitales, por evitar las exenciones tributarias a grandes sectores económicos, que han contribuido a abrir la brecha de la inequidad y desigualdad, que ha castigado a Colombia.

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Ingrid Betancourt – Verde Oxígeno 

Lo primero que vamos a hacer es desbancar a los corruptos. Para mí, el problema no es la reforma tributaria. De hecho, tenemos una reforma cada año, fruto del sistema de corrupción política, que hay que acabar. Se trata de un sistema que hace que tengamos hoy un déficit fiscal de US$23 millones, que hay que cubrir. Así que lo primero que vamos a hacer es desbancar a los corruptos; lo segundo, es darles a los colombianos la posibilidad de trabajar dignamente, porque si tenemos empresas, si tenemos la posibilidad de tener una economía eficiente, podremos traer recursos para tapar ese déficit fiscal. Y tercero, vamos a hacer de Colombia el primer país “verde” del mundo, es decir, vamos a cambiar la manera de calcular las cuentas nacionales, y vamos a transformar al país, de manera que esos recursos que están afuera, se inviertan en una transición energética.

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Juan Manuel Galán – Nuevo Liberalismo

Hay que enfrentar a cinco grandes mafias. El Nuevo Liberalismo denunció hace cuarenta años las estructuras criminales ligadas al narcotráfico, pero los colombianos hemos sido escapistas. Hoy, el segundo renglón exportador de la economía colombiana es la cocaína, asunto que hemos evadido. Nos hemos negado colectivamente como sociedad a enfrentar cinco estructuras criminales mafiosas, que impiden cualquier progreso de nuestra economía, de la política, de la vida social, de la cultura en nuestro país. Dichas estructuras son la mafia del narcotráfico, que es un proyecto político en Colombia, un proyecto económico, un proyecto territorial; la mafia del contrabando, que nos roba $15 billones anuales a los colombianos, y que está ligada al narcotráfico; la mafia del despojo de tierras, establecida en Bogotá, que ha infiltrado las instituciones de los gobiernos nacional y local para cumplir sus propósitos; la minería ilegal, que tiene lleno de parches el Pacífico colombiano, y la mafia de la contratación pública, que está ligada al narcotráfico y al contrabando. Entonces, para qué vamos a hablar de una reforma tributaria si no enfrentamos lo más crucial para la supervivencia de este país, que son estas cinco estructuras criminales. Si no las derrotamos, será imposible llegar a ser viables como sociedad.

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Óscar Iván Zuluaga – Centro Democrático

Cerrar mercados es el camino a la pobreza.  Usted lo sabe, Gustavo Petro, porque es economista, que la clave de un sistema económico es producir en grandes cantidades, con tecnología, con buenas vías rurales, con distritos de riego. Cuando usted produce en grandes cantidades, tiene menores costos, abarata la comida y puede exportar. Cerrar un mercado es el camino a la pobreza. Lo único que puede crear empleo, oportunidades y salarios bien remunerados, son la producción y las exportaciones.

Mire lo que pasa en la floricultura o en el sector del banano, o lo que está ocurriendo con el aguacate Hass. Lo que tenemos que hacer es producir para exportar, no aislar a Colombia. Aislar fue lo que hicieron los gobiernos socialistas siglo XXI en Venezuela y Argentina, y miren el desastre económico que causaron. Colombia tiene que insertarse en los mercados mundiales, con tecnología, con mano de obra y buenos salarios.

En el país hay 5 millones de micronegocios que hay que atraer al sistema tributario. La reforma tributaria que les planteo a los colombianos, arranca con una mirada a los gastos de funcionamiento, que han crecido exageradamente: más de 20 puntos del PIB. Es insostenible una estructura tributaria así. Entonces, necesitamos en primer lugar, una gran cirugía, que permita un ahorro importante en entidades que no funcionan, en muchas agencias, en consejerías, etc., así como también necesitamos una gran cultura de la austeridad y del ahorro.

En segundo lugar, vamos a profesionalizar y transformar digitalmente a la Dian, para que pueda luchar contra la elusión, la evasión y el contrabando. En tercera instancia, reduciremos tarifas, para que las grandes, medianas y pequeñas empresas sean mucho más competitivas, lo que se financia revisando exenciones para que no tengan impacto fiscal. Y algo muy importante: vamos a acabar con el 4 x 1.000, lo que ayudará mucho a las pequeñas y medianas empresas, así como a la formalización. Colombia tiene 5 millones de micronegocios que hay que atraer al sistema tributario.

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Rodolfo Hernández – Independiente

La mejor reforma tributaria es sacar a todos los ladrones del gobierno. Es impresionante la cantidad de plata que se están robando. En mi alcaldía sobró plata, después de tapar todos los robos que nos hicieron los politiqueros de los diferentes partidos. Ellos se roban todo, burocratizan todo, traicionan los intereses de los colombianos. Es a eso a lo que me comprometo. La mejor reforma tributaria es sacar a los ladrones que están incrustados en los más altos poderes del Estado, que tienen como socios a narcotraficantes y a funcionarios públicos y particulares. También vamos a revisar las concesiones de Colombia, las cuales tienen unos sobrecostos impresionantes: nos están metiendo bulto de cemento a $50 mil, cuando hoy vale $19 mil. Nos están metiendo plata de valor presente al 16%, cuando yo consigo plata al 5%.

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Sergio Fajardo – Compromiso Ciudadano

El desarrollo rural, una tarea pendiente. Quiero presentarles dos o tres ideas con relación a una tarea que tenemos pendiente en Colombia: el desarrollo rural. Empezando, lo que vimos en la pandemia, durante la cual, gracias a los campesinos, el país pudo enfrentar el problema, nos conduce a iniciar lo más pronto posible un camino de seguridad alimentaria, lo que significa llegar a nuestros territorios con toda la capacidad de la ciencia, de la tecnología y todos los bienes públicos, identificando, en primera instancia, unos productos que queremos proteger para alimentarnos nosotros, generar riqueza en el campo y eliminar las condiciones de violencia en el campo.

Por otro lado, está toda esa riqueza que el país tiene en biodiversidad y en posibilidades para promover la bioeconomía y los negocios verdes.

Habrá un impuesto sobre la plusvalía y la valorización generadas por las grandes vías.  Necesitamos una reforma tributaria urgente, que corrija las reformas fallidas de este gobierno. Reforma que tendrá las siguientes características. En una primera tarea: quien más tenga, más pagará, lo que significa impuestos al patrimonio y a los dividendos, eliminación de todo tipo de exenciones, lucha contra la evasión y la elusión, y gastos suntuosos sin exenciones. La segunda tarea: una tarifa más baja para las empresas, evitando también exenciones que no tienen ningún sentido en este momento.

Y finalmente quiero añadir un impuesto que es muy importante para Colombia: sobre la plusvalía y la valorización generadas por las grandes vías que se han construido y están construyendo en nuestro país. Gigantescas obras de infraestructura que son pagadas por todos nosotros, pero que nadie ha capitalizado la riqueza que han producido. Todas esas obras tienen que pagar un impuesto de plusvalía o valorización, acompañado de un impuesto sobre la tierra que no es productiva, y que tenemos que transformar.

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EL DEBATE DE LA W RADIO 

Federico Gutiérrez – Creemos Colombia

Mientras que unos proponen aranceles, yo creo en la libre empresa. Para que exista empleo, tiene que haber empresas. Y para que la economía colombiana pueda cerrar las actuales brechas de pobreza (21 millones de colombianos), tiene que crecer como mínimo por encima de 5% en los próximos cuatro años, lo que exige seguridad física, seguridad jurídica y dejar los riesgos del populismo. Mientras que unos proponen aranceles, yo creo en la libre empresa y en la importancia de protegerla a través de competitividad. Necesitamos continuar con las obras 4-G, con las 5-G. Cada billón de pesos que se ejecuta en este tipo de obras, permite la creación de 29 mil empleos directos. En vivienda de interés social, por su parte, tenemos que por cada billón invertido se generan 50 mil empleos directos.

Pero también necesitamos otras cosas, como crear condiciones en educación, con una articulación entre los sectores público y privado y las universidades, y bajar a 9% la tasa de desempleo que hoy está alrededor de 12%. Igualmente, vamos a proteger a las empresas, a través de competitividad. Gustavo Petro olvida que si uno sube aranceles, nos los suben al otro lado para nuestros productos de exportación. Lo que tenemos que hacer es aumentar nuestra competitividad. Ahora bien, al campo hay que protegerlo, como hay que proteger las confecciones, dándole competitividad. Entonces, lo que vemos son modelos de país muy diferentes, en los cuales unos pretenden expropiar, mientras que nosotros buscamos crear empresa para que haya más empleo.

Se invertirán $3 billones anuales en vías terciarias.  Cuando planteo esas diferencias, es porque hay modelos de país. Unos, queremos crear las condiciones para que llegue más inversión y para que exista más y mejor empleo. Pero hay otros que lo que han hecho es destruir empleo en los peores momentos de crisis. Yo creo que el país debe tener unos niveles de competitividad muy altos. Las vías 4G y 5G y la vivienda son importantes, lo mismo que el desarrollo del campo, pero no con cuentos ni expropiando, sino con propuestas como las que estoy planteando: pasar de un billón de pesos de inversión anual en vías terciarias, a $3 billones, para que al campesino pueda sacar sus productos.

Hoy, tenemos 22 millones de hectáreas aprovechables, pero solo usamos entre 5 y 6 millones. Colombia tiene todo para crecer y tenemos que crecer por encima del 5%.

Empleo, educación y emprendimiento, factores para impulsar la economía. Son necesarias muchas cosas para que el país pueda avanzar. Primero, luchar contra la corrupción, buscar un Estado austero y eficiente e impulsar la economía, a través de lo que yo denomino las “3 E” (Empleo, Educación y Emprendimiento). Mientras que unos queremos que haya más empleo y existan empresas, hay otros que lo que hacen es destruir empresas, como ocurrió con las marchas. Respeto y garantizaré siempre la protesta pacífica, pero voy a combatir cualquier forma de violencia. ¿Cuántas empresas se quebraron por cuenta de los bloqueos y la violencia durante la crisis? Preguntémosle a los empresarios del Cauca y del Valle del Cauca.

 

Gustavo Petro – Pacto Histórico

Tendremos menos cosas importadas.  De inmediato, el gobierno que presidiré elevará aranceles, que son un impuesto a las importaciones, en cuatro ramas específicas que más dan empleo: la producción de alimentos, la industrialización de esos alimentos, las confecciones y los textiles, y la industria del cuero. En dichas ramas de la economía hay millones de empleos, aunque se han perdido cerca de 2 millones. Si elevamos el impuesto a las importaciones, es decir, habrá menos cosas importadas y se venderán más cosas, porque se harán en Colombia, y al fabricarse en Colombia, crecerá el empleo.

Voy a cambiar el modelo económico en Colombia. Pero, ¿qué tiene que ver esto con la expropiación? En ningún discurso, programa o sueño, he pensado expropiar. Ahora si usted va a hablar de expropiación, el mayor expropiador que ha habido en Colombia es el actual gobierno, que acabó con 600 mil empresas. En el 2018, eligieron al presidente Duque –el presidente de Federico–, que expropió 600 mil empresas, las acabó entre el 2019 y el 2020, con una pérdida de 3 millones de empleos. Una catástrofe social. ¿Cómo las expropió? Por una parte, hay un modelo económico que hay que cambiar, porque dependemos solo del carbón, el petróleo y de la cocaína.

Este modelo trae muchísimos dólares que se convierten en muchísimas importaciones, al punto que saltamos de unos US$6.000 millones a $40.000 millones en cuestión de una década. Esas importaciones son de cosas que en buena medida se pueden producir en Colombia.

¿El remedio? Tenemos que desligarnos de tanto petróleo y carbón, y proteger de las importaciones a las industrias que pueden sustituirlas, para que podamos crear empleo. Esto es lo que estoy proponiendo para el corto plazo. Esto es un cambio de modelo, porque la economía deja de depender de cinco y pasa a ser de millones de personas; en otras palabras, así volveremos empresarios a millones de colombianos. Pero para que eso ocurra, hay que dotarlos de tres cosas. Si hablamos del campo, indudablemente una condición para poder producir es disponer de tierra. Entregar tierra no es una expropiación, es un programa que se viene planteando en Colombia desde hace un siglo, pero que no se ha podido hacer porque otros intereses lo han impedido, no han permitido el desarrollo agrario. Intereses que acabaron las instituciones del agro y destruyeron la agricultura, con lo cual se ha afianzado el narcotráfico.

Y si hablamos de las ciudades, el espacio tiene que ver con la conectividad, con la fibra óptica, con espacios físicos, con el vendedor ambulante, con el fortalecimiento de la economía popular que estos gobiernos se han dedicado a destruir, a perseguir. La economía popular de la señora del salón de belleza, del taxista, de la dueña del puesto de frutas. Esa economía se fortalece y crece en empleo si se le da crédito, razón por la cual propongo desarrollar la banca pública para democratizar el crédito. De esta manera, rescataremos la economía popular de las garras del “gota a gota”, en manos de una mafia que está lavando dólares.

Habrá una democratización de las condiciones para trabajar. Una segunda tarea, más de largo aliento, más estructural, más de fondo, tiene que ver con una democratización de las condiciones para poder trabajar, las cuales en Colombia están muy concentradas en manos de unas pocas empresas. Dichas condiciones son tres: un saber, un espacio y un con qué. Democratizar el saber, el espacio y el con qué (crédito), permite la creación de millones de empleos de calidad.

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Sergio Fajardo – Compromiso Ciudadano

Tenemos que atrevernos a sacar adelante un proyecto de seguridad alimentaria. Por otra parte, tenemos que llegar al territorio. Uno de los grandes retos que tiene Colombia hoy es el desarrollo rural, frente a lo cual nos hemos propuesto, viendo todo lo que ha pasado con la pandemia y la forma como en el mundo globalizado se están protegiendo los países. Colombia se tiene que atrever a sacar adelante un proyecto de seguridad alimentaria, que lo haremos de manera progresiva para reactivar y fortalecer el campo, para aprovechar toda la capacidad productiva que tiene nuestra tierra, la cual, además, está concentrada en muy pocas manos, debido a lo cual el campesinado no puede ser parte del desarrollo de nuestro país.

Tratamiento de emergencia a territorios con desempleo crónico. En Colombia, hay unos territorios con un desempleo crónico, por encima de 12%, a los cuales debemos darles un tratamiento de emergencia. Nos referimos al Chocó, a poblaciones del Tolima, entre ellas Ibagué, a Cúcuta y a toda la región fronteriza con Venezuela. En adición a todo eso, desde esa perspectiva rural, estamos abriendo campo para generar empleos relacionados con nuestra biodiversidad: los bioempleos y la economía “verde”.

Colombia no le ha apostado a la ciencia como ha debido hacerlo. Nosotros les vamos a apostar a los centros de investigación, convocando a nuestras universidades, a nuestra inteligencia y a nuestras capacidades. En Colombia, uno de cada tres jóvenes está desempleado, y las mujeres, cada vez más educadas, siguen desempleadas, en lo que constituye una de las injusticias más grandes de nuestro país.

Tenemos que hacer una transformación que incorpore el desarrollo productivo, que lo convierta en un hecho para apostarles a la industria manufacturera y al campo, con una propuesta de desarrollo rural que nos permita insertarnos en el mundo y generar riqueza en el mundo de la pobreza, que es el mundo del campo; no olvidemos que las mujeres campesinas son las más pobres de los pobres en todo el país. También tenemos que incorporar nuevos sectores para avanzar en un propósito exportable, así como incorporar la ciencia, la tecnología, el conocimiento, para llegar a los territorios.

La Misión de Sabios, por ejemplo, nos ha formulado varias recomendaciones respecto a la creación de unos centros especiales que van a ser apuestas nacionales. Apuestas en el sentido de las misiones, en las que vamos a tener, por ejemplo, el Centro de Investigación e Innovación, porque cada centro de investigación investiga, innova, genera empresas, incorpora el conocimiento en nuestras universidades, asociado con el cambio climático, que nos lleva a los territorios, brindándonos la gran oportunidad de la transición energética, asunto sobre el cual tenemos que avanzar en el país. Igualmente, tendremos un centro de investigación e innovación en el mundo de la salud. Ya hemos visto el costo que ha tenido la pandemia porque se destruyó la capacidad investigativa en salud, teniendo nosotros la gente con las capacidades necesarias, las universidades, los centros asociados con el mundo agroindustrial. Aquí hay centros de investigación en diferentes actividades agropecuarias, a los cuales tenemos que integrar.

Tenemos que llegar a los territorios donde hay hambre. Colombia no se merece el hambre porque tenemos la riqueza. Y quiero reiterar algo que considero importante: en Colombia, hay territorios que están en unas condiciones de desigualdad que no son permisibles y que no son justas, por lo que tenemos que hacer proyectos de emergencia para atender esos procesos.

Tenemos que ampliar y diversificar nuestra capacidad exportadora. Nosotros tenemos dentro de nuestra propuesta de empleo, en primer lugar, el fortalecimiento de las empresas, empezando por las micro, pequeñas y medianas. Necesitamos fortalecer esa base empresarial porque en nuestro país cerca de 60% de los empleos corresponden a empresas de menos de cinco empleados. Este es un trabajo que tenemos que hacer, articulándolas con los territorios.

Además, tenemos que ampliar y diversificar nuestra capacidad exportadora. Un país que no exporta, un país como el nuestro, en el que apenas 15% de sus exportaciones tienen incorporado algo de tecnología, es un país rezagado en ciencia, es un país rezagado en la educación.