Revista Nacional de Agricultura
Edición 1034 – Marzo 2023
En el campo de los negocios inclusivos se encuentran ejemplos en el sector agropecuario colombiano y en otras ramas de la economía, que deberían ser examinados con detenimiento por las grandes empresas, los gobiernos, los gremios de la producción y la banca, entre otros actores del desarrollo. Su importancia radica en que aparecen como una fórmula viable y expedita para contribuir a sacar del atraso a países como el nuestro, al promover la incorporación, a las cadenas de valor de grandes empresas, de pequeños productores agrícolas y personas de escasos recursos económicos en las ciudades, tal como lo ha planteado el Banco Interamericano de Desarrollo, BID.
Los negocios inclusivos, un “gana-gana” que, en el caso de los sectores agropecuario y agroindustrial, les reportan grandes beneficios a la empresa comprometida (el ancla), a los productores vinculados y a las comunidades donde se desarrollan estas iniciativas, son vistos por W. Robert de Jongh, quien fuera director regional del SNV para América Latina, como “La oportunidad que podría mejorar la calidad de vida de más de 70% de latinoamericanos que se encuentran atrapados en el círculo vicioso de la pobreza, ganando menos de US$300 por mes. Estas oportunidades ya están siendo aprovechadas. Hay una tendencia creciente en Colombia, y en toda la región de América Latina, que considera la pobreza no como un problema sino como una oportunidad y que no se enfoca en la causa, sino en la solución”. (Los Negocios Inclusivos. SNV y Cecodes).
Entrevista con Sergio Rengifo Caicedo, director ejecutivo, del Consejo Empresarial Colombiano para el Desarrollo Sostenible, Cecodes, organismo que desde hace treinta años promueve en el país este modelo de iniciativa empresarial.
Revista Nacional de Agricultura: ¿Qué son los negocios inclusivos?
Sergio Rengifo Caicedo: El concepto de negocios inclusivos, acuñado por nuestra casa matriz, el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible, WBCSD (sus siglas en inglés), fue traído al país por Cecodes en el 2007. Es una iniciativa empresarial, que ayuda a vincular a personas de bajos ingresos a la cadena de valor de las empresas (anclas), con el fin de contribuir a reducir la pobreza y mejorar la calidad de vida de las comunidades, partiendo de un mercado asegurado y dentro de un concepto de sostenibilidad. Los negocios inclusivos benefician a las empresas, los productores y las comunidades.
R.N.A.: Así las cosas, ¿qué tanto valor se le debería dar al modelo de negocios inclusivos en un país como Colombia?
S.R.C.: Mucho. Primero, porque en las zonas rurales, donde no hay infraestructura y son menores las oportunidades de desarrollo, vive 7% de la población colombiana, unos 12 millones de personas, que necesitan esas oportunidades. Frente a esto, hemos diseñado estrategias con distintos gobiernos para promover los negocios inclusivos, y ayudamos a introducir este concepto en los “mercados verdes”, del Ministerio de Ambiente. Definitivamente, es en los sectores agropecuario y agroindustrial donde resulta más fácil montar negocios inclusivos, porque se trata de poner a producir a los campesinos cosas que la empresa ancla les va a comprar.
R.N.A.: ¿Qué tipos de modelos inclusivos existen?
S.R.C.: Hay dos modalidades: la empresa vincula a las personas de bajos ingresos como socios empresariales, proveedores (de materia prima o de servicios) o distribuidores. Dos: la empresa pone en el mercado productos y servicios para satisfacer las necesidades de las personas objetivo.
Un ejemplo de vinculación empresarial pueden ser las tiendas Juan Valdez, modelo en el cual, pequeños cafeteros son socios de la empresa; en el caso de proveedores, tenemos el trabajo de Casa Luker con cultivadores de cacao, y en el campo de la distribución, están las ventas diferenciales, por ejemplo, de cosméticos, modelo en el cual participan muchas mujeres de bajos ingresos y cabeza de familia.
R.N.A.: Mencione algunos ejemplos exitosos de negocios inclusivos en el agro.
S.R.C.: En los Montes de María desarrollamos proyectos de largo, mediano y corto plazos, antes del proceso de paz (en el 2010). El de largo plazo es de tipo forestal, con Tekia, del Grupo Argos, como empresa ancla: la siembra de 300 árboles de teca por familia involucrada, iniciativa que fue vista por algunos con desconfianza por el largo periodo de maduración (veinte años), pero por otros como un gran ahorro para el futuro, pues cada árbol asegura un ingreso de un millón de pesos. El proyecto comenzó con treinta y dos familias y terminó con quinientas.
Las iniciativas de mediano plazo incluyeron mango, con Postobon como empresa ancla; ajonjolí, con Nutresa, y fríjol y apicultura, con Creps & Waffles. El objetivo era partir de un mercado asegurado y contar con una organización en el territorio que permitiera la articulación de los diferentes actores, como el gobierno, distintas ONG, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Pnud, y la academia, definiendo, con cada actor, roles claros, según su experiencia para mantener el proyecto a lo largo del tiempo.
Al final, conseguimos mejorar la calidad de vida de comunidades, pues pasaron de un ingreso muy pobre al año a un millón de pesos. Al comienzo, el gobierno no quería participar, pero cuando comenzó a ver los resultados entró a los proyectos.
En el sector palmero hay muy buenos ejemplos de negocios inclusivos. Con Fedepalma, incluso, capacitamos a novecientos pequeños productores en este concepto.
R.N.A.: Cítenos otros ejemplos de negocios inclusivos.
S.R.C.: Está, por ejemplo, Casa Luker, que reúne a pequeños productores de cacao, a quienes les compran sus cosechas, brindándoles, además, asistencia técnica para que puedan ofrecer el grano con la calidad que necesita la compañía. Así, se crea el círculo virtuoso de la oferta y la demanda.
R.N.A.: ¿Y qué hay en sectores distintos al agropecuario y agroindustrial?
S.R.C.: Existen proyectos urbanos muy interesantes en los cuales se vincula a las mujeres cabeza de familia en la distribución y venta de productos o servicios. Por ejemplo: Novaventa, del Grupo Nutresa, con mamás empresariales, y Natura, con cosméticos. La Asociación Nacional de Empresarios de Colombia, Andi, y la Fundación Andi, por su parte, han creado el programa Empresas INcluyentes, entre las cuales se mencionan Pavco, Compañía Nacional de Chocolates, Corona y Gases de Occidente.
R.N.A.: ¿En qué están hoy?
S.R.C.: Nosotros somos propositivos y ponemos a disposición del gobierno y de las empresas todas las herramientas que se necesitan para construir negocios inclusivos. Hemos elaborado varios documentos, dirigidos a las empresas y al gobierno, en los cuales les mostramos unos marcos conceptuales, un conocimiento que se puede adaptar a las iniciativas que se vayan a apalancar.
En el sur de Bolívar, con Mompox como epicentro, por ejemplo, estamos trabajando con aliados nuestros pertenecientes al sector del gas. Allí quisimos replicar el trabajo de los Montes de María, pero como cada región es distinta, optamos por el turismo inclusivo sostenible, que busca que las comunidades aprovechen debidamente ese patrimonio natural que tienen.
En el Huila, ayudamos a fortalecer el concepto de negocios inclusivos en la cadena de valor de los cafeteros, y en el Tolima, transferimos conocimiento sobre este modelo empresarial entre diferentes aliados locales, tratando de articularlos en el territorio para crear ingresos en el corto, mediano y largo plazos entre las personas menos favorecidas.
R.N.A.: ¿Cuáles son las grandes dificultades que encuentra una gran empresa para entrar a liderar un modelo de negocios inclusivos? ¿Qué es lo que más puede desanimar a los empresarios?
S.R.C.: La primera dificultad está en interiorizar el concepto de negocios inclusivos, en todas las áreas de la compañía, para que lo comprendan, lo asimilen y lo vean como oportunidad. Una segunda es construir fuertes lazos de fidelidad entre los productores, para que todo el esfuerzo que haga la empresa en transferencia de conocimiento y otros frentes no se pierda porque llegó el intermediario a proponerles negocios. También es importante conseguir una sólida articulación con los actores en el territorio, para que haya confianza entre todos.
Es importante que las empresas que decidan trabajar el concepto de negocios inclusivos, junto con su cadena de valor, comprendan que esto no es filantropía, ni paternalismo, sino una ser una estrategia de negocio. Otros obstáculos pueden ser los tiempos de desarrollo de los proyectos, por las realidades distintas de los actores que hacen parte de ellos, y los procesos de compras que tienen establecidos las empresas, los cuales, a veces, no permite cambiar paradigmas administrativos.
R.N.A.: ¿Por qué el modelo de negocios inclusivos no hace parte, de manera consistente, de los programas de gobierno en Colombia?
S.R.C.: Desde mi perspectiva, los conceptos de sostenibilidad y de negocios inclusivos, se deben abordar con una visión de largo plazo. Pero en nuestro país y en la región no existe continuidad en las políticas, por lo que algunos gobiernos ven el concepto de negocios inclusivos como una iniciativa ganadora y otros lo ven de manera distinta. Nuestro objetivo ha sido mostrar este concepto como una oportunidad de reducción de la pobreza en nuestro país, trabajando desde el sector empresarial para que los gobiernos lo vean desde una misma manera y con visión a largo plazo.
R.N.A.: ¿Qué encuentran en Cecodes los empresarios que quieran incursionar en el modelo de negocios inclusivos?
S.R.C.: Un aliado estratégico, con foco empresarial, que sabe implementar negocios inclusivos en las ciudades y en los territorios. Les ofrecemos acompañamiento, identificando o reafirmando dónde hay oportunidades para desencadenar negocios inclusivos. Hacemos una invitación a los diferentes gremios de la producción para que se interesen por este modelo como una oportunidad para pensar por fuera de la caja, para hacer negocios de una manera distinta.