Revista Nacional de Agricultura
Edición 1024 – Abril 2022
Habrá intervenciones integrales, con obras de protección frente a inundaciones, y la restauración de ecosistemas, para devolverle a la región su función de amortiguadora hídrica.
Cada vez son más frecuentes las apariciones de La Mojana en los medios noticiosos por la ocurrencia de inundaciones que causan enormes daños a la infraestructura pública, viviendas y la economía agropecuaria, lo que ha impedido su desarrollo, a pesar de que ofrece un gran potencial productivo. En efecto, según lo expone el Departamento Nacional de Planeación, DNP, en los últimos veinte años, dicha región ha padecido unos quinientos eventos de origen hidrometeorológico, es decir, inundaciones, crecientes súbitas y avenidas torrenciales.
Todo lo anterior, a pesar de la movilización de cuantiosos recursos que han realizado distintos gobiernos a lo largo de muchos años para reducir el riesgo de desastres por la ocurrencia de los mencionados fenómenos.
Ahora, en otro esfuerzo en tal sentido, acaba de expedirse el Conpes 4076 (29 de marzo), denominado Declaración de importancia estratégica regional del proyecto de inversión estudios, diseños a detalle y construcción de obras de protección y dinámicas hidráulicas en los departamentos de Sucre, Córdoba, Bolívar y Antioquia, y del proyecto de inversión nacional Fortalecimiento Financiero para Gestionar el Riesgo de Desastres en la Región de La Mojana.
Elaborado a instancias de los ministerios de Agricultura y Ambiente, a través de este Conpes se invertirán $1.83 billones, de los cuales $1.3 billones corresponden a aportes de la Nación, y los $500.000 millones restantes a recursos del Sistema General del Regalías (SGR).
La Mojana, localizada al norte de la región Andina y en las llanuras de la región Caribe, hace parte de la depresión Momposina, en la cual convergen los ríos San Jorge, Cauca y Magdalena. La conforman once municipios: Nechí (Antioquia), Magangué, San Jacinto y Achí (Bolívar), Ayapel (Córdoba) y San Marcos, Guaranda, Majagual, Sucre, Caimito y San Benito Abad (Sucre), donde habitan 450.461 personas, la mitad de las cuales corresponden a la zona rural.
La Mojana tiene una extensión de 1.086.926 hectáreas, pero solo ocupa 70 mil en actividades agrícolas, de las cuales, según el último Censo Nacional Agropecuario, 64% están dedicadas a cultivos transitorios, 24% a permanentes, y 11% a forestales. “Lo anterior se contrasta con la aptitud de los suelos, que, de acuerdo con la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria, Upra, está dada para carne bovina, plantaciones forestales, cacao, caucho, maíz, tecnificado, cerdos en granjas”, se lee en el documento.
Dos son los proyectos de inversión que contiene el Conpes 4076, a saber:
El primero es el de inversión regional, denominado Estudios, diseños a detalle y construcción de obras de protección y dinámicas hidráulicas en los departamentos de Sucre, Córdoba, Bolívar y Antioquia, para la construcción de obras de infraestructura en los cascos urbanos de los municipios (exceptuando los de Nechí y Ayapel). Se contempla la construcción de tablestacados, obras de protección de cauces, estaciones de bombeo, diques perimetrales y viviendas palafíticas. Para la zona rural, se propone la implementación y reforzamiento de un dique de 122 kilómetros de longitud, con 33 puntos de conexión hidráulica con el río Cauca, y dos puntos con el San Jorge.
Se contempla igualmente, la implementación de soluciones basadas en la Naturaleza para la rehabilitación y mantenimiento de canales o caños que hacen de La Mojana un área de amortiguación hídrica natural, así como la restauración de los ecosistemas, fuente principal del desarrollo económico de los pobladores de la región.
El segundo proyecto, a cargo de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, UNGRD, que usará recursos del Presupuesto General de la Nación, es el denominado Fortalecimiento Financiero para Gestionar el Riesgo de Desastres en La Mojana, el cual tiene el mismo alcance que el proyecto de inversión regional toda vez que ambos financiarán de manera complementaria las intervenciones integrales en La Mojana.
Algo trascendental que plantea el Conpes 4076 es la realización de intervenciones integrales, es decir la combinación las obras de infraestructura de protección frente a inundaciones (diques, tablestacados, estructuras de concreto y conexiones hidráulicas, incorporando soluciones basadas en la Naturaleza para la rehabilitación de caños y canales), y la restauración de ecosistemas, para devolverle a La Mojana su función de amortiguadora hídrica ante aumentos del caudal de los ríos.
Según el DNP, una de las razones que obligan a hacer intervenciones integrales obedece a que La Mojana ha perdido su capacidad de amortiguación hidráulica porque allí se han alterado los humedales y las ciénagas del territorio por la intensiva actividad agropecuaria y la ampliación de su frontera.