Revista Nacional de Agricultura
Edición 1011 – Febrero 2021

El sector porcícola tiene una organización gremial y una estructura empresarial cada vez más robustas, dice el presidente de dicha institución. Entrevista de María Isabel Díaz.

Recientemente, la Junta Directiva de la SAC aprobó para Porkcolombia un cambio en la Categoría de Gremios de la Producción, del grupo 2 al 1, con lo cual los porcicultores siguen firmes en su apuesta de convertirse en líderes de la gremialidad del sector agropecuario. Sobre este y otros asuntos, hablamos con su presidente, Jeffrey Fajardo.

Revista Nacional de Agricultura: Tengo que empezar preguntándole cómo fue finalmente el 2020 para los productores de carne de cerdo de nuestro país.

Jeffrey Fajardo: El pasado fue el año más atípico de toda la historia de la porcicultura. En la medida en que hemos venido fortaleciendo y robusteciendo nuestros análisis económicos en la Asociación, podemos afirmar es el año con la variabilidad más grande en términos de producción y de precios, lo que se refleja en una desviación estándar altísima: el doble de la desviación estándar más alta de toda la historia de la porcicultura. Al final, el balance es positivo, pero la situación del 2020 es indeseable para cualquier sector, porque implica un nivel de inestabilidad y de incertidumbre frente a lo cual sería muy difícil hacer empresa en este país si una condición de inestabilidad como esta se presentara más veces.

El año pasado, cuando empezó la cuarentena, y especialmente en abril, mayo y junio, la porcicultura sufrió una caída de cerca de 26% en los precios a los que el comerciante les pagaba el cerdo en pie a nuestros porcicultores, lo que implicó que en muy buena parte de los casos los precios que se registraron eran a pérdida, por lo que aquellos que no tenían una suficiente diversificación del portafolio de riesgos se quebraron.

Esa es una pérdida, en términos generales, irreparable para el sector, independiente de que después viniera la recuperación. No todos los que entraron en esa crisis salieron vivos de ella, en términos económicos, y tristemente en términos reales, muchas personas han fallecido por cuenta del covid-19. Nunca se había conjugado la estabilidad del sector con la estabilidad del país y de la vida de los colombianos. Esa primera fase fue terrible. Tuvimos una caída impresionante, que nos llevó a pérdidas por cerca de $250.000 millones, pero teníamos una ventaja: Porkcolombia había llevado a cabo la planeación estratégica del horizonte 2020-2024 en el 2019, que fue vital porque nos permitió no perder el rumbo. Si nosotros no hubiéramos contado con una planeación estratégica, no habríamos tenido un faro que iluminara las acciones de la Asociación y por ende las de los mismos porcicultores, para no desviar el rumbo, frente a una tormenta que se estaba presentando.

En medio del caos, de la angustia, con esos precios en caída, la gente empieza a ponerse muy nerviosa y a presionar a todos para que cometamos errores, para que nos desesperemos y de alguna forma desmantelemos el barco que tenemos para navegar. Nosotros decidimos no desmantelar el barco y mantenernos firmes en ese horizonte de navegación que nos había mostrado la planeación estratégica, y eso fue vital. Creo que ese fue el éxito del sector y la razón por la cual al final logró tener unos números como los que tuvo.

R.N.A.: ¿Qué cosas se hicieron evidentes para su sector como consecuencia de la pandemia: fortalezas, debilidades?

J.F.: Yo creo que el sector fue capaz de mantener intocable lo esencial, y eso es muy importante. No nos dejamos desesperar y no resultamos replanteándolo todo, sino que teníamos la posibilidad de mantener lo fundamental, y lo hicimos. Creo que en eso se reflejó la mayor fortaleza: el sector tiene una gremialidad, pero también una estructura empresarial cada vez más robusta, lo que le permitió ser muy sólido en esa capacidad de enfrentar la crisis.

¿Cuál es la debilidad más grande del sector? Que todavía persisten muchos porcicultores que están enfocados en solo un eslabón de la cadena, lo que implica que en situaciones como estas tienen un portafolio muy limitado de riesgo. Entonces, en últimas, si el factor determinante de ese eslabón se pone en riesgo y el porcicultor no tiene cómo reaccionar distribuyendo ese elemento de riesgo en otros eslabones, pues se quiebra. Mientras que si el porcicultor está encadenado y tiene la capacidad de, por ejemplo, producir su propio alimento balanceado o llegar al consumidor final a través de expendios y puntos de venta o ambas cosas, él de alguna forma lo que pierde en una parte lo compensa en otra, es decir, es capaz de amortiguar mucho mejor los impactos que tienen los estructurales o fundamentales de la economía cuando estos se ven tan profundamente afectados como el año pasado.

Nos hace falta fortalecer mucho más esa diversificación del portafolio de riesgo, pero le hemos dado mucha validez, y seguramente se la seguiremos dando por tener un horizonte estratégico que se mantenga a pesar de las dificultades que se presenten en una coyuntura particular.

R.N.A.: Recientemente, la SAC aprobó un cambio de grupo, del 2 al 1, de la Categoría de Gremios de la Producción, con lo cual Porkcolombia pasa a tener tanto un principal como un suplente en la Junta Directiva. ¿Cómo se llegó a esta decisión y qué significa esto para la Asociación?

J.F.: Uno de los elementos esenciales de la planeación estratégica es que la porcicultura y Porkcolombia se plantearon como visión para el horizonte 20-24 ser un gremio líder en el desarrollo agropecuario del país, y eso tiene materializarse. Por eso, uno de los caminos que encontramos para empezar a dar ese paso hacia convertirnos en verdaderos líderes de la gremialidad agropecuaria del país es situarnos en la categoría más alta de la SAC, por una parte.

Por otra, esa navegación en medio de la tormenta que vivimos el año pasado no la hicimos solos: teníamos unos aliados, unos coequiperos impresionantes para poder salir adelante, uno de los cuales fue precisamente la SAC.

En cabeza del presidente de la SAC tuvimos un soporte que nos permitió en momentos de tormenta exagerados, al menos, anclar el barco y no dejar que se hundiera, razón por la cual para nosotros y para la junta de Porkcolombia era muy importante también mandar ese mensaje de agradecimiento concreto y real a la SAC por haber sido parte de los jugadores que imprimieron una dinámica de trabajo increíble para el sector el año pasado.

Porkcolombia es en muchos aspectos líder de la gremialidad colombiana, y en otros, en los que nos hace falta cerrar algunas brechas, estamos haciendo el esfuerzo para situarnos a la vanguardia de todas las gestiones, y además estamos siempre en el top de las instituciones públicas como referentes en muchos aspectos de la producción.

R.N.A.: A propósito de este tema, este año la SAC cumple 150 años. ¿Nos podría compartir, desde su experiencia, cuál es la importancia de la gremialidad?

J.F.: Una de las fortalezas de Colombia es que es un país muy institucionalista, es un país que le da validez a quienes se organizan para crear una vocería única, una posición, y para enfilar los esfuerzos de un sector para su desarrollo.

La SAC es el gremio más antiguo del país, y en ese sentido ha sido la punta de lanza para lograr fortalecer esa institucionalidad. En un país que le da validez a la institucionalidad es fundamental tener las mejores instituciones, las más sólidas, despolitizadas, en las que los líderes lleguen a través de la meritocracia. Toda esa estructuración la refleja la SAC.

R.N.A.: Hablemos de las buenas noticias de su sector. Recientemente, se conoció la creación del Laboratorio de Diagnóstico Veterinario y de Alimentos, como área fundamental del Centro de Investigación Porkcolombia.

J.F.: Ese laboratorio es la materialización de un sueño de los porcicultores. La porcicultura soñaba con tener un laboratorio de referencia, un laboratorio que le permitiera no solo monitorear y perfeccionar los estándares de calidad de la producción porcícola del país, sino también ir mucho más allá en investigaciones hechas por iniciativa propia de la organización. Que ya no fuéramos tomadores de unos datos microbiológicos o de sanidad, sino que pudiéramos empezar a desarrollar una agenda de investigaciones para la porcicultura, y en ese sentido convertir a Porkcolombia no solo en un gremio líder de la investigación del país, sino en el gremio más importante de la porcicultura de América Latina, condición que nos la va a dar la creación de este laboratorio, cuya inauguración está próxima (ver página 12).

R.N.A.: En un año tan atípico como el 2020, se logró la primera exportación de carne de cerdo a Hong Kong y Costa de Marfil.

J.F.: La estrategia de exportaciones está empezando a mostrar algunos frutos, por ahora muy simbólicos, en comparación al tamaño del mercado. Las exportaciones el año pasado no pasaron de 0.02% del mercado total, de manera que por ahora son exportaciones insignificantes desde el punto de vista de la producción total, pero muy significativas desde el punto de vista de ese sueño que tienen los porcicultores de dar pasos para convertirse en exportadores de carne de cerdo a escala mundial.

Las exportaciones del año pasado son más que heroicas. Se dieron en el momento más crudo de la pandemia, cuando había problemas con las navieras, con el represamiento de contenedores en China, en pleno caos de la logística marítima. Y aun así, bajo esas condiciones tan adversas en términos de admisibilidad, Colombia termina exportando a Hong Kong y a Costa de Marfil.

Todavía estamos en la hora cero de esa estrategia de exportaciones, porque nos hacen falta dos elementos indispensables para que esta deje de ser un sueño y se convierta en realidad: tener mercados abiertos, es decir, desarrollar procesos de admisibilidad reales y concretos, y disponer de una oferta exportable. En la medida en que se vayan abriendo protocolos sanitarios para países que son interesantes para nosotros, como China y Vietnam, sabremos cuáles son las condiciones que nos van a imponer desde el punto de vista técnico para que adecuemos nuestra producción a esos estándares.

Estamos haciendo todos los esfuerzos para que las instituciones colombianas le den prioridad a la carne de cerdo en los protocolos de admisibilidad. No siempre hemos estado en los niveles de prioridad que quisiéramos, pero estamos haciendo lo que nos corresponde para que se den esos protocolos lo antes posible, porque de lo contrario se nos va a pasar el momentum que está viviendo el mercado porcícola mundial: un vacío grande de carne de cerdo por cuenta de la peste porcina africana, que castigó a China y a Asia en general. Hoy en día, practicamente cualquier país que tenga un protocolo de admisibilidad puede exportar, entre los cuales están Chile, Argentina y Paraguay. Colombia, hasta el momento, ha perdido esa oportunidad.

R.N.A.: ¿Qué viene para el sector en este 2021?

J.F.: Este es un año en el que todavía vamos a vivir los rezagos del covid-19, vamos a seguir con niveles de desempleo muy preocupantes (cercanos a 14-15%), vamos a tener un impacto muy fuerte en la capacidad adquisitiva de los colombianos; en nuestro caso, por ejemplo, lo que ha pasado con el canal horeca (hoteles, restaurantes y casinos) ha sido devastador. De manera que la recuperación económica va a ser lenta. Pero vamos a continuar haciendo todos los esfuerzos en el propósito de mantenernos presentes en la mente de los colombianos para ser primera opción de compra de proteína de origen animal, y seguiremos ampliando la reputación del producto y la frecuencia de consumo. Vienen una continuación de la adaptación a las condiciones extraordinarias del 2020 y la expectativa de que en el 2022 las cosas empiecen a retornar un poco a la normalidad, y así podamos seguir creciendo, al menos al doble de la economía colombiana en los próximos cuatro años.