Revista Nacional de Agricultura
Edición 1031 – Noviembre 2022
La FAO y el Organismo Internacional de Energía Atómica, Oiea (por sus siglas en inglés), informaron recientemente que intensificarán su compromiso de avanzar en la aplicación de tecnologías nucleares pacíficas en los sistemas agroalimentarios, para beneficiar así a millones de personas en el mundo entero. Con tal fin, los directores generales de estas dos instituciones, QU Dongyu y Rafael Mariano Grossi, respectivamente, firmaron un memorando de entendimiento.
“Las aplicaciones pacíficas de la ciencia y la tecnología nucleares pueden contribuir a mejorar los cultivos y el ganado, mitigar la erosión del suelo, mejorar el control de plagas y la gestión del agua, todo lo cual es crucial para crear un mundo mejor con agricultura sostenible y seguridad alimentaria para todos”, dijeron en un pronunciamiento conjunto la FAO y la Oiea.
Los dos organismos han sido socios cercanos, dirigiendo laboratorios juntos desde 1964, pero en el 2021 se dio una mejora institucional con la creación del joint FAO/Oiea Centro de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura, explica Qu Liang. Para él, “Los logros tecnológicos del Centro tienen un impacto en toda la cadena de suministro desde los agricultores y productores hasta los consumidores: desde el laboratorio hasta el campo y la cocina”.
El Centro Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura, cuya sede se encuentra en Viena, cuenta con laboratorios avanzados y lleva a cabo actividades sofisticadas de investigación y desarrollo. Se mencionan algunos logros:
Desarrollar formas de aprovechar el microbioma de las plantas de bananos y plátanos para permitirles combatir la enfermedad del marchitamiento por Fusarium, una gran amenaza para la producción de banano de la que dependen más de 400 millones de personas en distintos países del mundo.
Tecnología de insectos estériles, que permite la liberación de millones de moscas mediterráneas de la fruta esterilizadas por radiación y otras plagas, para disminuir el daño a dicha industria.
Uso de sensores de neutrones de rayos cósmicos para monitorear la humedad del suelo del paisaje, lo que contribuye a mejorar la gestión de la tierra y optimizar la producción, climáticamente inteligente, de bienes agrícola y otros alimentos. Los sensores pueden detectar la humedad decenas de centímetros debajo de una superficie y pueden llenar el vacío entre las lecturas puntuales de humedad del suelo y los datos a gran escala proporcionados por la detección remota.
Las vacunas son otra importante área de trabajo. La Oiea ayudó a desarrollar, por ejemplo, la vacuna para la campaña dirigida por la FAO con miras a erradicar la peste bovina, enfermedad viral altamente contagiosa, que afecta también a los búfalos. El Centro también está desarrollando vacunas irradiadas para ganado en Etiopía, que exporta más de un millón de cabezas cada año, las cuales pueden inactivar microorganismos patógenos para que los animales eviten enfermedades y también el riesgo de vacunación con un microorganismo vivo.
Después de numerosos proyectos exitosos centrados en la erosión del suelo, el Centro ahora está investigando microplásticos, utilizando técnicas nucleares. Esto podría brindar un gran apoyo a los esfuerzos para reducir la contaminación plástica de la tierra y el mar, que causa importantes impactos adversos en los patrones climáticos y ambientales.
Ejemplos de uso de la tecnología nuclear en el agro
En un boletín de la FAO encontramos la siguiente información que nos ilustra sobre logros y alcances de este avance:
Productividad animal y salud. Las tecnologías nucleares y otras conexas han contribuido a mejorar la productividad ganadera, a controlar y prevenir las enfermedades transfronterizas de los animales y a proteger el medio ambiente. Por ejemplo, gracias a uno de sus programas se ha reducido drásticamente la incidencia de la brucelosis, zoonosis altamente contagiosa.
Mejora del equilibrio del suelo y del agua. Las técnicas nucleares se utilizan ahora en muchos países para ayudar a mantener sistemas suelo y agua saludables, que son fundamentales para garantizar la seguridad alimentaria de la creciente población mundial. En Benín, por ejemplo, un plan que involucró a 5 mil agricultores aumentó en 50% el rendimiento del maíz, y redujo la cantidad de fertilizantes utilizados en 70%, usando técnicas que facilitan la fijación de nitrógeno.
Manejo de plagas. Los gobiernos de Guatemala, México y Estados Unidos han estado usando durante décadas la técnica de los insectos estériles para prevenir la propagación hacia el norte (México y Estados Unidos) de la mosca mediterránea de la fruta. Además, Guatemala envía cientos de millones de mosquitos masculinos estériles cada semana a los estados de California y Florida para proteger cultivos valiosos, como cítricos.
Seguridad alimentaria. La inocuidad de los alimentos y los sistemas de control de calidad deben ser sólidos a escala nacional para facilitar el comercio de alimentos seguros y combatir el fraude alimentario, que le cuesta a la industria alimentaria hasta US$15.000 millones al año. Las técnicas nucleares ayudan a las autoridades nacionales de más de cincuenta países a mejorar la inocuidad de los alimentos, al abordar el problema de los residuos nocivos y los contaminantes en los productos alimenticios y mejorar sus sistemas de trazabilidad con análisis de isótopos estables.
Adaptación al cambio climático. El sector agrícola utiliza tecnologías nucleares y relacionadas para adaptarse al cambio climático, al aumentar la eficiencia del uso de los recursos y la productividad de manera sostenible. El programa nuclear de cruzamientos derivados en Burkina Faso es un gran ejemplo de ayuda a los agricultores para criar animales más productivos y resistentes al clima.
Prevención estacional del hambre. Los programas de mejoramiento de cultivos utilizan la tecnología nuclear para ayudar a los países vulnerables a garantizar la seguridad alimentaria, a adaptarse al cambio climático e incluso a hacer frente al hambre estacional. Las nuevas variedades de cultivos mejorados acortan el proceso de crecimiento, permitiendo así a los agricultores plantar cultivos adicionales durante la temporada de crecimiento. Por ejemplo, en los últimos años, los agricultores del norte de Bangladesh han utilizado una variedad de arroz mejorado de rápida maduración, llamada Binadhan-7, que madura treinta días más rápido que el arroz normal, dando tiempo a los agricultores para cosechar otros cultivos en la misma temporada.