Revista Nacional de Agricultura
Edición 1031 – Noviembre 2022

Cuatro expertos hablaron con la RNA sobre el papel del sector agropecuario en la descarbonización del planeta, a propósito de la COP27, que acaba de reunirse.

Delegaciones, expertos, activistas y académicos expusieron en la sesión 27 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se llevó a cabo  este noviembre en Egipto, las tensiones entre la producción de alimentos, la lucha contra el hambre y la crisis climática; pero a la vez, la importancia de incluir al sector agropecuario como actor fundamental en la búsqueda de soluciones a la situación medioambiental global.

La visión más compartida en la COP27 fue la necesidad de adoptar prácticas más sostenibles en la agricultura, que hoy, a propósito, debe alimentar a más de 8.000 millones de personas que acaba de completar el planeta, una cifra que, según la ONU, es un hito en el desarrollo humano, pero también, una enorme presión para la naturaleza.

Para algunos expertos consultados por esta revista, el aporte de la agricultura está en la descarbonización de sus prácticas y en la adopción de modelos sostenibles que impulsen y protejan la cadena alimentaria mundial y la biodiversidad.

El punto central es la descarbonización de la agricultura

ALAN BOJANIC – EXREPRESENTANTE DE LA FAO EN COLOMBIA

La agricultura es una víctima del cambio climático porque somos los primeros en vernos afectados por lluvias, inundaciones, sequías; pero a la vez, contribuimos a que eso suceda, con emisiones de gases de efecto invernadero.

El punto central es la descarbonización de la agricultura, lo que quiere decir, bajar las emisiones de gases de efecto invernadero. Desde la agricultura se puede lograr, por ejemplo, con fuentes alternativas de energía con biocombustibles, como lo hace el sector de la palma con el biodiesel, en lo cual Colombia es modelo; también hay que reducir el desperdicio de alimentos.

El sector agropecuario genera alrededor de 30% de emisiones contaminantes. Estamos hablando de un gran contribuyente. Sin embargo, los cambios siempre hay que verlos en un contexto de sistemas agroalimentarios y agroforestales para que realmente pueda tener impacto.

Respecto a las compensaciones que les piden los países en desarrollo en las Conferencias del Clima de Naciones Unidas (COP) a los desarrollados por emisiones contaminantes, estas deberían invertirse en la transformación de prácticas emisoras por prácticas eficientes, así como en incentivar plantaciones forestales o almacenamiento de granos para evitar la pérdida.

La agricultura: parte de las soluciones para enfrentar el cambio climático

MANUEL OTERO – DIRECTOR GENERAL DEL INSTITUTO INTERAMERICANO DE COOPERACIÓN PARA LA AGRICULTURA, IICA.

La agricultura es parte de las soluciones para enfrentar el cambio climático. En el pabellón Casa de la Agricultura Sostenible de las Américas, que el IICA, sus países miembros y socios internacionales instalaron en la COP27, por ejemplo, la industria láctea de las Américas exhibió los distintos caminos a través de los cuales ha incrementado su sostenibilidad. Allí se dejó claro que la mitigación y la adaptación al cambio climático son prioridad para un sector que es clave, no solo para la seguridad alimentaria global, sino también para la sostenibilidad económica y social. La agricultura es una herramienta para la paz mundial.  

¿Por qué hasta ahora se está considerando al sector agropecuario un actor relevante para las negociaciones climáticas en la COP

Para los eventos pasados se habían adelantado muchas acciones dispersas e individuales, de organizaciones de la sociedad civil y los gobiernos. Hoy, a la COP27, los treinta y cuatro estados miembros del IICA acudieron como bloque, resultado de reuniones previas en las que participaron los ministros y secretarios de Agricultura que fueron convocadas por el IICA.

Así, los países de las Américas presentaron una serie de mensajes logrados mediante un consenso regional, los cuales ponderan la importancia del agro como parte de la solución en la lucha contra el cambio climático y su papel primordial para la seguridad alimentaria. A su vez, el consenso establece que las acciones climáticas para lograr una agricultura más sostenible deben basarse en ciencia, de manera que resguarden e incrementen la productividad y no profundicen la actual crisis alimentaria. 

El agro debe reducir 38.5 millones de toneladas de CO2 en el 2030

LUIS ALBERTO VILLEGAS – VICEMINISTRO DE ASUNTOS AGROPECUARIOS

En diciembre del 2020, Colombia presentó a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático su nueva ambición de contribuir al logro de las metas del Acuerdo de París y definió reducir 51% de las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2030, meta que se distribuyó entre los distintos sectores de la economía.

En este sentido, y teniendo en cuenta que las proyecciones de las emisiones del sector al 2030, alcanzarían un total de 70.2 millones toneladas métricas de CO2, deberíamos reducir 35.8 millones de toneladas métricas de este gas.

Junto con Uruguay, somos los únicos países de América Latina que cuentan con un Plan Integral para la Gestión del Cambio Climático en Agricultura, el cual, en nuestro caso, busca crear las condiciones para que los productores agropecuarios enfrenten los impactos y efectos del cambio climático en sus actividades productivas, pero también, orientar para aumentar la productividad del sector, aportar a la seguridad alimentaria, contribuir al bienestar de la población rural y mantener la base natural que lo sustenta.

El agro, decisivo en la transición climática

GUNTER PAULI – ECONOMISTA BELGA Y AUTOR DE THE BLUE ECONOMY

En esta cumbre COP27 no hubo avances porque, salvo la declaración en la que se mantiene el objetivo de limitar la temperatura del planeta a 1.5 grados Celsius, no se dieron acuerdos en cuanto a acciones necesarias para que haya un cambio. Lo que se debió decidir es un cambio de modelo de negocio; no se pueden reducir emisiones que son resultado de un modelo de negocio de exportación, globalización y una energía basada en combustibles fósiles.

Sobre el sector agropecuario, este es muy importante porque es la base de nuestra vida, y sin alimento no sobrevivimos, pero es también el mayor consumidor de agua, sin la cual tampoco tenemos vida. Es un sector central en la transición climática.

El sector agropecuario tiene que cambiar su sistema de producción y de cultivo anual, por un cultivo perenne. Se tiene que transformar en el mayor productor de agua, en vez de ser el mayor consumidor. Un ejemplo es Sundrop Farms, un cultivador australiano de tomates que, por cada kilogramo de esta hortaliza, produce 3 litros de agua.

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Fondo de reparación de daños: el gran acuerdo de la COP27

La cumbre COP27 en Egipto cerró con un acuerdo de todos los miembros de la ONU, calificado como histórico, para ayudar a los países más pobres a enfrentar las catástrofes naturales causadas por el cambio climático. Para ello, se creará un fondo de compensación de “daños y pérdidas” para “los países en desarrollo especialmente vulnerables” a los desastres. Sin embargo, será tarea de un comité de transición conformado por veinticuatro países, definir para la COP28 del 2023 cuáles serán los países beneficiarios y mecanismos de financiamiento del fondo. Se espera que el dinero llegue de los países más ricos y contaminantes, y que se sumen el Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional, FMI.

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Decálogo de Gustavo Petro para afrontar la crisis climática 

El presidente Gustavo Petro presentó en la COP27 los diez puntos que considera fundamentales para luchar contra el cambio climático que, según el Ministerio de Ambiente, causa daños y pérdidas al país por $4.3 billones. Anunció también la decisión de Colombia de disponer de US$200 millones al año, por los próximos veinte años, para salvar la Amazonia, a la espera de que el mundo contribuya también a recuperar al “pulmón del mundo”.

  1. ​La Humanidad debe saber que si la política mundial no supera la crisis climática, se extinguirá. Los tiempos de la extinción que vivimos deben empujarnos a actuar ya y globalmente como seres humanos, con o sin permiso de los gobiernos. Es la hora de la movilización de la humanidad toda.
  2. El mercado no es el mecanismo principal para superar la crisis climática. Es el mercado y la acumulación de capital lo que la produjo y no serán jamás su remedio. 
  3. Solo es la planificación pública y global, multilateral, la que permite pasar a una economía descarbonizada mundial. La ONU debe ser el escenario de dicha planificación. 
  4. Es la política mundial, es decir, la movilización de la Humanidad la que corregirá el rumbo y no el acuerdo de tecnócratas influidos, muchos, por los intereses de las empresas del carbón, del petróleo y del gas.
  5. Hay que salvar los pilares del clima del planeta, antes que nada. La selva amazónica es uno de cuatro existentes. Colombia otorgará US$200 millones anualmente durante veinte años para salvar la selva amazónica. Esperamos el aporte mundial.
  6. La crisis climática solo se supera si dejamos de consumir hidrocarburos. Es hora de desvalorizar la economía de los hidrocarburos, con fechas definidas para su final y valorizar las ramas de la economía descarbonizada. La solución es un mundo sin petróleo y sin carbón.
  7. Los tratados constitutivos de la OMC y el FMI van en contra de la solución de la crisis climática y por tanto se deben supeditar y reformar a los acuerdos de la COP y no al revés. Mientras mantengamos el actual tratado de la Organización Mundial de Comercio no avanzaremos, retrocederemos en la solución de la crisis climática y nos acercaremos cada vez más al final.
  8. El FMI debe iniciar el programa de cambio de deuda por inversión en la adaptación y mitigación del cambio climático en todos los países en desarrollo del mundo. Las políticas de bloqueo económico hoy no favorecen la democracia y van en contra de los tiempos de la humanidad para actuar contra la crisis.
  9. La banca privada y multilateral del mundo debe dejar de financiar la economía de los hidrocarburos.
  10. De inmediato hay que iniciar las negociaciones de la paz. La guerra quita el tiempo, vital de la humanidad para evitar su extinción.