Revista Nacional de Agricultura
Edición 1031 – Noviembre 2022

Luis Alberto Villegas habló de su objetivo de incluir al pequeño productor agropecuario en la cadena de valor sostenible.

Luis Alberto Villegas Prado, ingeniero agroindustrial y hoy viceministro de Asuntos Agropecuarios, ha indagado sobre lo que le falta al sector agropecuario colombiano para su desarrollo. La respuesta la encontró, según dijo a la Revista Nacional de Agricultura, en la cadena de valor.

Revista Nacional de Agricultura: ¿Cuál es la traba para el desarrollo agropecuario del país?

Luis Alberto Villegas: Lo que no esté en la cadena de valor no funciona. Los modelos de otros países nos muestran que lo que se estructura desde la investigación hasta el consumidor y con un engranaje, es lo que funciona.

Aquí tenemos siete grandes ejemplos, que son la porcicultura, la avicultura, las flores, el banano, el café, la caña y la palma. Esas son cadenas de valor que tienen estructura cimentada en la investigación, el desarrollo, el conocimiento, la transferencia de tecnología, y que cada vez están ampliando su portafolio y agregando valor para llegar de forma más concreta al consumidor.

La pregunta es cómo incluir pequeños productores en esta cadena de valor e imprimir indicadores de sostenibilidad en lo ambiental y social, que vayan más allá de un reporte de sostenibilidad y genere impacto y desarrollo en una región. La cadena de valor es la que crea desarrollo regional, no solo a través de impuestos, sino de empleo y economía en un municipio.

R.N.A.: Eso seguramente es base fundamental de los objetivos que se ha planteado para su despacho. En orden de prioridades, ¿qué es lo que hará por el sector agropecuario?

L.A.V.: En primer lugar, está el asunto de tierras, que es un compromiso que hemos asumido por orden presidencial y que ha tenido ya anuncios importantes; pero estamos de acuerdo, la ministra y yo, en que es un asunto de: “¿la tierra para qué?, ¿la tierra para quién?”. Estas preguntas nos demuestran que la tierra es un medio y no un fin. Si reconocemos esto, debemos tener toda la estructura necesaria para garantizar que esa tierra cumpla su objeto en manos de personas que históricamente la han pedido para desarrollarla y trabajarla.

Ahí es donde las cadenas de valor toman relevancia, porque en esas tierras es más fácil hacer un desarrollo a partir de lo que ya existe, con un compromiso decidido del sector privado y con la fórmula y la estructura de política pública desde el Estado para que eso se dé.

R.N.A.: Y como el asunto de tierras requiere un para qué, para quién y cómo, ¿cuál es el paquete de medidas con las que el Ministerio pretende acompañar esa medida?

L.A.V.: Estamos construyendo sobre la marcha, pero sin duda se ha estructurado un equipo interesante en el Ministerio y sus entidades aliadas, el cual nos ha permitido trabajar con una visión muy corporativa.

En materia de crédito, estamos trabajando con Finagro y el Banco Agrario, con apoyo de Asobancaria, para ampliar la posibilidad de llegar con crédito a los más pequeños productores; necesitamos la banca avanzada que ha desarrollado opciones tecnológicas, para acercar al pequeño beneficiario.

En cuanto al seguro agropecuario, sostuvimos una primera reunión con Fasecolda, y hemos tenido propuestas de seguros paramétricos, algo fundamental para la asegurabilidad del campo.

Frente a la asistencia técnica, hemos encontrado un servicio muy difuso y parcelado en las diferentes instituciones. Entonces, estamos muy adelantados en una propuesta integral que rompa problemas en la oferta de esa asistencia, como lo son la temporalidad de contratación; por ejemplo, que no debería darse por vigencia fiscal, sino hacerla permanente.

Y finalmente, la conversación directa con las cadenas de valor, para mirar de qué manera podemos construir compromisos que permitan que los pequeños productores se integren de manera sostenible, es decir, que les permita empleo digno, la formalización de su actividad, y la opción de participar en un eslabón agroindustrial.

R.N.A.: ¿Y cuál es su enfoque para los medianos y grandes productores agropecuarios?

L.A.V.: Pues la agricultura no podrá funcionar solo con los pequeños, los necesitamos a todos. Partimos de un principio y es que puede haber muy buena asistencia técnica, pero el lío es la capacidad de adoptar la nueva tecnología y las nuevas propuestas, porque somos reacios al cambio.

Hicimos un estudio y encontramos que el pequeño productor que más fácil adoptaba la tecnología, por ejemplo, estaba junto a un mediano o un grande. Ahí se aplica el efecto espejo: pequeños que al ver al vecino se retaban, copiaban de él y salían adelante más rápido.

Reconozco que la mediana y gran agricultura pueden brindarle oportunidad de desarrollo al pequeño. Con ellos necesitamos estimular que haya mayor inversión, crecimiento, implementación tecnológica para que la productividad sea mayor y se fortalezcan las cadenas de valor.

R.N.A.: Me devuelvo al asunto de las tierras para preguntarle: ¿de dónde va a salir la plata para la compra?

 L.A.V.: No tenemos la estructura clara sobre el origen de los recursos y por eso estamos impulsando los otros instrumentos (de la reforma agraria), que son la formalización y la entrega de títulos, los arrendamientos a través de la Sociedad de Activos Especiales, SAE, y esperando la respuesta de la Corte sobre baldíos.  Una compra de tierras en el Estado se puede demorar dieciocho meses; así que nos da tiempo para revisar cómo lo vamos a manejar. En la marcha lo iremos resolviendo, porque además han llegado muchas ofertas de donación, que es otro instrumento que no teníamos en mente y que hay que aprovechar.

R.N.A.: Finalmente, viceministro, ¿cuál es su mensaje para el sector privado agropecuario, con el que usted tendrá contacto permanente?

L.A.V.: Aquí hay mucha responsabilidad y corresponsabilidad. Creo que los sectores que han tenido la capacidad de desarrollar esa cadena de valor son los llamados a transferir a los demás el conocimiento sobre cómo fortalecer las cadenas para generar crecimiento agrícola. Como el PIB agropecuario viene decreciendo, hay que reindustrializar el agro para revertir esa tendencia.