Revista Nacional de Agricultura
Edición 1011 – Febrero 2021
Mejorar el entorno empresarial, aumentar la flexibilidad del mercado laboral y de productos, y reforzar la transparencia y la gobernanza, son las recomendaciones del Banco Mundial.
La economía mundial crecerá 4% este año, siempre y cuando “los encargados de la formulación de políticas actúen con decisión para controlar la pandemia y apliquen reformas que aumenten las inversiones”. En este esfuerzo de corto plazo, es clave garantizar una distribución rápida y amplia de las vacunas contra el covid-19.
Esto lo dice Banco Mundial, en su informe Perspectivas económicas mundiales, que dio a conocer el mes pasado, según el cual aunque la economía global está creciendo tras la contracción de 4.3% que sufrió el año pasado, la pandemia puede deprimir la actividad económica y los ingresos durante un periodo prolongado.
Así las cosas, los países “tienen que facilitar un ciclo de reinversión destinado a lograr un crecimiento sostenible que dependa menos de la deuda pública, para apoyar la recuperación económica”.
A juicio de David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial, aunque se observa una recuperación moderada de la economía, “los encargados de la formulación de políticas se enfrentan a desafíos enormes –en salud pública, gestión de la deuda, políticas presupuestarias, banca central y reformas estructurales–, al tratar de asegurar que esta recuperación, aún frágil, cobre impulso y siente las bases de un crecimiento robusto. Para superar los impactos de la pandemia y contrarrestar los factores adversos que afectan las inversiones, es necesario dar un gran impulso a la mejora del entorno empresarial, aumentar la flexibilidad del mercado laboral y de productos, y reforzar la transparencia y la gobernanza”.
Para el citado organismo, al final, el efecto de la pandemia en el 2020 terminó siendo menos grave de lo que se esperaba, debido a dos razones: fue menor de lo previsto la contracción económica en los países de mayor desarrollo, y China ha mostrado una recuperación más sólida de lo que se anticipaba. En cambio, agrega el informe, en las economías emergentes el daño fue mayor al esperado.
Igualmente, como lo asegura Carmen Reinhart, vicepresidenta y primera economista del Banco Mundial, “será necesario abordar las fragilidades financieras de muchos de esos países, ya que la crisis del crecimiento afecta a los presupuestos de los hogares y los balances de las empresas vulnerables”.
Según el mencionado informe, las perspectivas a corto plazo siguen siendo muy inciertas, por lo que los resultados de crecimiento pueden ser diferentes. Así, en un escenario negativo, con contagios en aumento y retrasos en la vacunación, el crecimiento de la economía mundial en el presente año podría situarse en 1.6% en el 2021. En caso contrario, es decir, en un escenario de pandemia controlada, ese crecimiento podría acercarse a 5%.
Se prevé que el PIB de Estados Unidos se expandirá 3.5% en el 2021, después de una contracción de 3.6% en 2020. En la zona del euro, se prevé que la producción crezca 3.6% este año, tras un descenso de 7.4 % en el 2020. Japón, cuya actividad económica se redujo en 5.3% el año pasado, se estima que crecerá 2.5% en el presente.
Para el PIB agregado de los mercados emergentes y las economías en desarrollo, incluida China, el Banco Mundial prevé un crecimiento de 5% en el 2021, después de haber sufrido una contracción de 2.6% en el 2020. Para China se espera una expansión de 7.9% este año, tras el crecimiento de 2% que alcanzó en el 2020. Ahora bien, sin China, se estima que los mercados emergentes y las economías en desarrollo crezcan 3.4% en 2021, tras una contracción de 5 % el año pasado.
En el informe de Perspectivas económicas mundiales se examina también la manera como la pandemia del covid-19 ha aumentado los riesgos en torno a la acumulación de deuda; la forma como se podría frenar el crecimiento a largo plazo si no se adoptan medidas de reforma concertadas, y los riesgos asociados a la utilización de programas de compra de activos como instrumento de política monetaria en los mercados emergentes y las economías en desarrollo.
“La pandemia ha exacerbado enormemente los riesgos de la deuda en los mercados emergentes y las economías en desarrollo; es probable que las débiles perspectivas de crecimiento aumenten aun más la carga de la deuda y erosionen la capacidad de servicio de la deuda de los prestatarios. Es necesario que la comunidad mundial actúe con rapidez y determinación para asegurarse de que la reciente acumulación de deuda no resulte en una serie de crisis de deuda. El mundo en desarrollo no puede permitirse otra década perdida”, dijo vicepresidente interino de Crecimiento Equitativo, Finanzas e Instituciones del Banco Mundial, Ayhan Kose.
A las autoridades responsables de las políticas económicas, el Banco Mundial les recomienda seguir sosteniendo la recuperación, pasando gradualmente del apoyo a los ingresos a las políticas de fomento del crecimiento. “A largo plazo, en los mercados emergentes y las economías en desarrollo, las políticas para mejorar los servicios de salud y educación, la infraestructura digital, la resiliencia al clima y las prácticas empresariales y de gobernanza ayudarán a mitigar los daños económicos causados por la pandemia, reducir la pobreza y fomentar la prosperidad compartida. En el contexto de una situación fiscal débil y una deuda elevada son particularmente importantes las reformas institucionales para estimular el crecimiento orgánico. En el pasado, los inversionistas reconocieron los dividendos en materia de crecimiento derivados de los esfuerzos de reforma en las mejoras de sus expectativas de crecimiento a largo plazo y el aumento de las corrientes de inversión”.