Revista Nacional de Agricultura
Edición 999 – Diciembre 2019

En el sector agropecuario crece el apetito por la información de calidad, y el gobierno nacional hace esfuerzos por responder a esa demanda. Apartes del panel.

Juan Daniel Oviedo, director del Dane; Felipe Fonseca, director de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria, Upra, y Juan M. Mogollón, gerente SAP Colombia y Ecuador, fueron invitados al panel. Rentabilidad con información: Herramientas para la toma de decisiones empresariales. Moderó: Nohora Celedón, editora económica de La Silla Vacía

Juan Daniel Oviedo. Queremos democratizar la información 

  • El Dane ha tenido la oportunidad maravillosa de trabajar en la construcción del fortalecimiento de las capacidades estadísticas con importantes gremios del sector agropecuario. Particularmente, trabajamos de la mano con Fedearroz en la Encuesta de Arroz Mecanizado, una de las fuentes de información más importantes para la toma de decisiones de los cultivadores; también está el trabajo que hicimos con Fedepalma, para el fortalecimiento estadístico. Este es uno de los desafíos más interesantes si queremos generar una mejor información para el agro.
  • Una de mis preocupaciones tiene que ver con cómo vamos cruzar la información de la Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA), que desde el 2017 tiene una cobertura para los treinta y dos departamentos y 52.2 millones de hectáreas, con los registros administrativos que manejan cada una de las organizaciones gremiales. Creo que si pudiéramos lograr esos puntos de cierre de información, conseguiríamos un mapa mucho más denso de los rendimientos, y sobre todo, aterrizar ese concepto de productividad que todavía no es tan visible en los elementos de información que estamos construyendo.
  • En la ENA estamos tratando de presentar los datos mucho más desagregados. Pero como tenemos la responsabilidad de la reserva estadística no podemos desagregar los datos, que son muy asimétricos en el sector agropecuario, a un nivel de individualidad tal que lleve a establecer la identidad de esas fuentes o de las unidades productivas (…) Con el trabajo que estamos haciendo con el Ministerio de Agricultura y Colciencias vamos poder revelar la información de la ENA, pero con unos ciertos niveles de anonimización.
  • Una de las apuestas de mediano plazo que tenemos en el Dane es democratizar alguna información, como la de los precios, para que pueda llegar a los pequeños productores, no solo a través de plataformas digitales sino, por ejemplo en mensajes de texto, pero solo referida a aquellos productos que les interesan. En tal sentido, estamos suscribiendo con Corabastos un convenio piloto para eliminar la duplicidad en la recolección de la información, la cual hoy la hacen dicho organismo y el Sipsa.
  • Nosotros estamos viendo, a través de la lectura del comportamiento del mercado laboral, que los procesos de producción agropecuaria están necesitando cada vez menos gente, es decir, que ha habido tecnificación, que ha habido optimización de procesos, que ha habido disminución de la actividad. Pero cuando se está generando actividad, como entre el 2015 y el 2018, como lo mostrábamos hace poco en un Consejo de Ministros, el campo requiere menos personas para producir el mismo valor agregado que vemos a través de las Cuentas Naciones. Esa observación genérica nos aproxima a una situación estructural detrás de la coyuntura de las condiciones económicas de rentabilidad para el campo no pueden estar en el nivel óptimo.

Felipe Fonseca: Información sí hay, pero no sabemos cómo usarla

  • El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural le ha delegado a la Upra una tarea que ha sido consignada en el Plan Nacional de Desarrollo: hacerse cargo del Sistema Nacional Unificado de Información Agropecuaria y Rural, que no es un sistema más, sino que pretende consolidar la infraestructura de datos del sector, un sueño de mucho tiempo atrás. Es un instrumento de política, de normas de protocolos, para que la producción, gestión, disposición y análisis de la información goce de estándares y procedimientos claros. Y para ello, la Upra tiene en esa delegación de funciones un papel fundamental: desde el año pasado, el Ministerio de Agricultura vio la necesidad de trasladarle todas estas las plataformas que les generan una carga muy grande a las instituciones, a una entidad que en estos cortos años ha venido llenando ese vacío, porque el problema, más que de información, es de saber para qué sirve la información.
  • Información sí hay –es posible que nos falte alguna–, pero no sabemos cómo usarla y no sabemos qué problemas resuelve la información. En eso nos hemos especializado. Lo que hacemos es, a través de procesos de planificación, del desarrollo rural y de la planificación del ordenamiento productivo o del ordenamiento social de la propiedad, apoyar al Ministerio para que formule mejores políticas con base en sustento técnico, y a las gobernaciones y las secretarías de Agricultura en esos planes ordenamiento productivo o del ordenamiento social de la propiedad, así como a los gremios de la producción.
  • Pero además de acceder a la información, hay que saberla interpretar, saber dónde está ubicada. Nosotros en estos años hemos recurrido a más de veintinueve acuerdos de acceso a la información, en más de trescientas cuarenta fuentes distintas, para llegar casi a 3 mil conjuntos de datos. Pero el objetivo no es ser un datacenter, sino tener la capacidad instalada para que la gestión pública tenga, de la mano de los gremios y los departamentos, los mejores elementos para tomar decisiones. Ahora, ¿cómo lo vamos a hacer? Luego de haberse tomado esta determinación y después de una consultoría con el apoyo del Banco Mundial y de la FAO, se ha decidido una hoja de ruta para los próximos cinco años. Así, se expidió la Resolución 299 del 13 de septiembre de este año, según la cual este sistema nacional unificado, conjuntamente con el Sistema de Información para la Gestión del Riesgo Agropecuario (Sigra), va a desarrollar el primer módulo, que tiene que ver con el componente agroclimático, muy de la mano del Ideam.
  • La información de otras plataformas, como el Sipsa, no será entregada al Ministerio, sino a la Upra, para lo cual hemos reactivado la Mesa de Estadística Sectorial, que ha sido convocada para el 28 de noviembre. En esta instancia vamos a definir qué información se tiene y para qué se necesita.
  • Otras tareas de la Upra son las evaluaciones agropecuarias, que también adolecen de deficiencias, en el sentido de que se capturan más de sesenta datos, de los cuales solo se utilizan solo cuatro. En este frente tenemos todo por hacer.
  • Nos hemos dado cuenta de que los emprendedores y campesinos que quieren desarrollar proyectos, más que información, lo que necesitan es tomar decisiones y resolver problemas. Al comienzo, caímos en la trampa de la información. Asumiendo que hacía falta información, llenamos vacíos y generamos gran cantidad de datos, de capas, de cartografía, todo muy importante. Muestro sistema de información se convirtió, entonces, en una especie de “egoteca”, porque nos daba gusto ver esa cantidad de capas. Pero cuando hacíamos los análisis de consumo de esa información, veíamos que realmente era muy poco. Entonces, hemos venido adoptando lo que se denomina “diseño centrado en el usuario”, que piensa en qué problema necesita resolver el usuario de la información.
  • Resulta que habíamos evaluado más de ciento cincuenta y tres alternativas productivas en todo el país, con el apoyo de las secretarías de Agricultura, las gobernaciones y los gremios, pero nos dimos cuenta de que para el usuario lo mejor no era esa lista larga de todas esas alternativas, sino saber qué puede cultivar en determinado punto, y fue así como se desarrolló en el Sigra, que lo que llamamos Aptitud por Sitio de Interés, lo que comenzó a ser muy útil: por ejemplo, la Comisión de Crédito Agropecuario empezó a ver la posibilidad de orientar de manera más estratégica los recursos. De manera que la información ya trascendió a la toma de decisiones.

Juan M. Mogollón: Hay que empezar a invertir ya en innovación

  • Estoy de acuerdo con que el nuevo petróleo del siglo XXI es la información; sin embargo, comparativamente hablando, Colombia, frente a economías como Chile, Argentina o Brasil, cuando se analiza el sector agropecuario, se observa que el el nivel de inversión en tecnología en general, como porcentaje de los ingresos es bajo; de hecho, Chile y Argentina invierten el doble. Esto debería ser un llamado de atención, si se quiere que el agro aumente su nivel de productividad de manera radical para que pueda competir en un mundo en el que la población sigue creciendo.
  • ¿Cómo aprovechar la información? Hemos oído hablar de plataformas de tecnología, lo que se presta a muchas interpretaciones, porque hay muchas tecnologías que se pueden clasificar como plataformas. Una plataforma es un sistema que permite acceder a la información de manera ágil y rápida, sin importar la tecnología que se use en las instituciones o empresas. La plataforma debe dejarme suministrar información y dejarme extraer información, en un proceso de agregación de valor.
  • Podemos hablar de tecnologías nuevas, como el internet de las cosas. Tenemos los sensores para frutas, peces y mil cosas más, cuyo costo se ha reducido tanto, que ya hay más sensores que seres humanos. Se calcula que existen 10.000 millones de estos dispositivos que ofrecen gran cantidad de información.
  • El otro tema es el famoso blockchaine, que no es nada distinto a un notario público digital (incorruptible), cuya información no se puede modificar y da garantía a muchas cosas, como certificados de origen (a través de una combinación de sensores) y la trazabilidad de productos y seres vivos, para citar dos ejemplos. Necesitamos entender que en el mundo de hoy, para ser más productivos, para tener mayor control, para hacer análisis predictivo y para aumentar la productividad, tenemos disponibles la información y la tecnología.
  • Hay teorías a través de las cuales se trata de explicar por qué en estas tecnologías hay menos inversión en Colombia que en otros países. Según una de ellas, debido a que durante mucho tiempo fuimos una economía cerrada; otra dice que en los años ochenta y noventa nos dedicamos a lo básico y no invertíamos en innovación. Tengamos presente que en el mundo de hoy la innovación hace toda la diferencia, pero es un camino que toma tiempo. Por eso es importante empezar ya.
  • Entre los ejemplos de aprovechamiento de la información, desde la perspectiva del productor, tenemos el de la Federación Nacional de Cafeteros, que ha logrado hacerla diferible al cultivador desde cualquier celular, y el de Cenicaña, que hace análisis predictivo. Desde la perspectiva del consumidor, hay una compañía que les facilita información a los restaurantes y cadenas de restaurantes, en tiempo real, de dónde pueden obtener mejores precios. Esta empresa empezó hace cuatro meses y la llegan a mil clientes, lo que quiere decir que hay apetito por este tipo de información.