La verticalidad de la Agricultura

La cooperación entre Dubai South / Crop One Holdings / EFC (Emirates Flight Catering) permitirá la construcción de la granja vertical más grande del mundo. Con un área de 130,000 pies cuadrados (12,077 m2) la inversión planificada es de aproximadamente 40 millones de dólares.

La granja vertical estará ubicada en el sur de Dubai, cerca del aeropuerto, lo que permitirá la entrega rápida a las aerolíneas de productos de alta calidad. Se espera que la construcción comience en noviembre y dure aproximadamente un año. Se espera que los primeros productos se entreguen a los clientes de Emirates Flight Catering, incluidas 105 aerolíneas y 25 salas de espera de aeropuertos, en diciembre de 2019.

Se espera que la granja vertical produzca 2,700 kg de verduras, sin herbicidas ni pesticidas todos los días, utilizando un 99% menos de agua que las granjas tradicionales”.

La noticia se regó como pólvora en los sectores agropecuarios, especialmente en aquellos países donde el agua escasea o en los cuales los suelos son precarios, en la medida que este tipo de producciones pueden resultar siendo una alternativa de producción complementaria para negocios específicos como el de la aerolínea de los Emiratos Árabes.

Lo impresionante de esta nueva iniciativa de agricultura vertical es la expectativa de producción para bastecer 105 aerolíneas y 25 salas de espera, si se tiene en cuenta que el área de producción es de 1,2 hectáreas, utiliza el mínimo de agua y sin uso de agroquímicos.

Económicamente su desempeño es aún cuestionable y difícilmente viable en países sin la riqueza de Emiratos Árabes, en la medida que la inversión de US$40 millones es enorme lo cual pone en tela de juicio la rentabilidad.

Pero también es cierto que los viajes en avión hace años eran inalcanzables para muchos y hoy son parte del transporte masivo en el planeta a costos al alcance de muchos.

Lo impresionante de esto, más que sus cifras y sus producciones, es que países que nadan en el agua y disponen de áreas productivas con suelos productivamente ricos como Colombia, no hayan previsto las inversiones para conservar y retener el recurso en momentos de lluvia, para aplicarlos reguladamente en los momentos de sequía, optimizando el uso del recurso y potencializando la producción a costos infinitamente menores.

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Alejandro Vélez: avelez@sac.org.co