Revista Nacional de Agricultura
Edición 1028 – Agosto 2022

Expertos y columnistas opinan sobre la iniciativa más importante de la administración de Gustavo Petro, cuyo debate empezará en el Congreso.

Con mensaje de urgencia de por medio, comenzará el trámite de la reforma tributaria que vendría a ser la número veintidós desde 1990 en el país (una cada dieciocho meses). Con la Reforma Tributaria para la Igualdad y la Justicia Social, como ha sido bautizada, la administración Petro pretende allegar recursos con los cuales reducir el déficit fiscal, que asciende a 5.6% del PIB, para atender la deuda pública (56.5% del PIB) y el gasto público.

La iniciativa –que busca recaudar $50 billones, $23 billones de los cuales en el 2023–, tiene fundamentalmente dos frentes de acción: “Primero, disminuir las exenciones inequitativas de las que gozan las personas naturales de más altos ingresos y algunas empresas, así como cerrar caminos para la evasión y la elusión tributaria. Segundo, lograr la consecución suficiente de recursos para financiar el fortalecimiento del sistema de protección social. Lo anterior se alcanza a través de ajustes al sistema tributario, que permiten avanzar en materia de progresividad, equidad, justicia, simplicidad y eficiencia”.

A continuación, recogemos algunos planteamientos formulados por expertos y columnistas de distintos medios de comunicación en torno a esta, quizá la más importante de las iniciativas del gobierno Petro.

No se puede desestimular la inversión. La eliminación de exenciones a las empresas –el punto número uno de nuestras solicitudes al nuevo gobierno–, es acertada; pero también es importante pensar en la posibilidad de reducirles el impuesto de renta. La razón por la cual este impuesto es tan alto (35%, uno de los más elevados del mundo), tiene que ver con la existencia, justamente, de esa gran cantidad de exenciones, pues para evitar la elusión tributaria, se les subía la tasa de tributación. Si el gobierno está planteando, de manera acertada, eliminar las exenciones, a la par también debería considerar la reducción de la tarifa de renta, así sea gradual, para llegar a 30%, con lo cual disminuiría el costo de invertir.

Otro punto que también nos parece acertado, es que los dividendos (que son las rentas de capital), deben empezar a tributar como cualquier otro ingreso; pero habría que considerar que estos ya han pagado renta, en cabeza de las sociedades, de las empresas. El asunto, como está en la reforma, implica una doble tributación, pues el accionista que recibe un dividendo pagaría no solamente 35% correspondiente a la empresa, sino las tarifas marginales de la propuesta del gobierno, que pueden llegar a 39%. Esto, naturalmente, es un desincentivo a la inversión, al crecimiento y a la creación de empleo. Debería permitirse, entonces, que de los dividendos que reciben los accionistas se puedan descontar el impuesto que ya se pagó en cabeza de la sociedad (…).

El ajuste fiscal que va a tener que hacer este gobierno es bastante grande, pues el déficit para el próximo año va a tener que reducirse en dos puntos del PIB, es decir, $24 billones, ajuste que tendrá que continuar en los próximos cuatro años porque se necesita reducir la deuda pública, que, por cuenta del covid-19, aumentó de 50% del PIB a 58%. Esta fue una de las razones por las cuales Colombia perdió el grado de inversión en dos de las tres calificadoras de riesgo, a lo cual se suma el hecho de que hemos tenido tres años consecutivos de déficit fiscal superior a 5%. Por eso nos parece acertado que el ministro Ocampo haya dicho que se cumplirá la regla fiscal. Ahora, es importante que el gobierno diga cuánto de esos $25 billones vamos a destinar a aumentar el gasto público, si 10 o 15 billones, dadas las necesidades de inversión en infraestructura y el gasto social. Y que el resto se utilice en reducir el déficit fiscal.

Nuestra preocupación se origina cuando vemos las cuentas que ha presentado el gobierno: de esos $25 billones, más o menos, 23% provienen de unos impuestos a las exportaciones de petróleo, carbón y oro, productos que no sabemos si van a mantener sus cotizaciones en los próximos años. No olvidemos que la volatilidad de estos commodities es muy alta, por lo que a la vuelta de unos años podríamos tener unos precios bajos.. LUIS HUMBERTO MEJÍA, DIRECTOR DE FEDESARROLLO. CARACOL RADIO. AGOSTO 18.

¿Es confiscatoria la reforma? Claro que sí. En el pasado, el país había optado por un impuesto a las sociedades, no a las personas. Las sociedades eran las que tributaban porque en ellas hay más facilidad para obtener recursos. Las personas naturales son dueñas de unas acciones, pero si no las pueden vender, o son dueñas de una casa que no les genera renta, están en problemas. Lo que yo echo de menos es que esta reforma no está conectada con el crecimiento económico, que genera tasas de tributación conjuntas de todos los impuestos muy altas. Lo que busca de recaudos es posible con otra estructura de impuestos y con control a la evasión. SANTIAGO PARDO, TRIBUTARISTA. ENTREVISTA DE MARIA I. RUEDA. EL TIEMPO AGOSTO 16.

Gravamen desmedido a dividendos y ganancias ocasionales. La propuesta gubernamental no revisa eficacia de usos ni ataca causas de la corrupción; solo busca recursos para hacer más gasto público sin asegurar la sostenibilidad del esquema. Tiene elementos positivos, como la reducción de privilegios, pero establece nuevos privilegios y complejidades. Además, crea impuestos adicionales sobre ciertas exportaciones, lo cual podría reducir el comercio internacional, dado que el costo del petróleo colombiano es elevado, y grava de manera desmedida dividendos y ganancias ocasionales, con perjuicio para las pensiones por la doble tributación, e impulso a la opacidad. GUSTAVO MORENO MONTALVO. CONSULTOR INDEPENDIENTE. LA REPUBLICA, AGOSTO 8.

Reflexiones. La segunda (reflexión) tiene que ver con las enormes riquezas que evaden abiertamente la tributación. Es cierto que entre los éxitos recientes de la Dian está el recaudo por evasión de impuestos, pero el ministro Ocampo considera que en este terreno queda mucho por hacer y que la modernización de la Dian puede llevar a recaudar $25 billones adicionales en el 2024. El asunto no es legalizar a los pequeños propietarios, a los informales de siempre. El tema son los flujos del lavado de dinero en grandes cantidades y su vinculación, por ejemplo, con el comercio exterior o la propiedad raíz, urbana o rural. En otras palabras, la reforma tributaria no puede recaer solamente en los que siempre han pagado. Hay nuevas y grandes riquezas que deben tributar. La tercera reflexión supone que si se recauda más, según lo proyectado, no se puede admitir la corrupción o el gasto burocrático y suntuario desde el Estado. Esto es inaceptable y rompe toda la credibilidad que se puede tener en el sistema tributario. TRIBUTACIÓN PROGRESIVA Y EFICIENTE. ÁLVARO GUZMÁN BARNEY. EL PAÍS. AGOSTO 16,

Una economía que crece. Sin desconocer retos fiscales y tareas urgentes en pobreza e ingresos, el presidente Gustavo Petro hereda una economía resiliente y dinámica, creciendo a buen ritmo y caminando una positiva senda de reactivación (…) Tendencias similares se registran en varias ramas del sector de servicios que se han beneficiado de la reapertura.

Ahora que el país discute la propuesta de reforma tributaria del gobierno Petro, cabe determinar el grado de impacto que ciertas medidas fiscales tendrán sobre los motores que mantienen creciendo a la economía colombiana. Insistir en una sobrecarga de impuestos sobre los hombros de las empresas podrá tener efectos indeseables en estas dinámicas. La aspiración de recaudar $25 billones (1.72% del PIB del 2023 y buena parte proviniendo de las actividades del sector privado) debe sopesarse con la necesidad de mantener el crecimiento económico. El gobierno Petro –que recibe una economía creciendo a dos dígitos–, tiene el compromiso de tomar decisiones y definir políticas, incluida la reforma tributaria que sostengan, promuevan e impulsen el crecimiento. EDITORIAL DE PORTAFOLIO. AGOSTO 16.

Recomendación. La teoría económica nos dice que los impuestos a las empresas crean ineficiencias, debido a la doble imposición, pues gravan primero a la empresa y luego a sus propietarios. Sin embargo, necesitamos encontrar un sistema tributario que reduzca los incentivos para la evasión de impuestos. Este es un tema que requiere más investigación en Colombia. TIMOTHY KEHOE, PROFESOR DE ECONOMÍA DE LA UNIVERSIDAD DE MINNESOTA. ENTREVISTA DE LA REPUBLICA. AGOSTO 18.

Estructura tributaria moderna y populismo, ¿dos visiones excluyentes? Colombia se encuentra en una coyuntura económica bastante retadora y compleja toda vez que se requiere, por un lado, el aumento de los ingresos de la Nación para atender el gasto público y, por otro, la llegada de un nuevo gobierno, que tiene una alta probabilidad de implementar políticas económicas en línea con el denominado populismo macroeconómico (…) Insistimos en que Colombia necesita una reforma tributaria estructural. No se trata de inventar la rueda. Con seguridad, la nueva reforma contendrá muchos elementos necesarios que se han propuesto antes, ojalá esta vez sin estallido social, si existe coherencia ideológica y de principios de los electores de este nuevo gobierno. MAURICIO ALVIAR RAMÍREZ, DECANO ESCUELA DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVAS DE LA UNIVERSIDAD, EIA.

Colombia no puede perder su autosuficiencia en gas y petróleo. La competitividad de la industria petrolera se vería afectada por la reforma tributaria. Según nuestro análisis, la carga fiscal de la industria pasaría de 65% a cerca de 80%, lo cual haría inviables muchos proyectos y pondría en duda inversiones en el sector. Si esta industria se debilita sería una muy mala noticia para el país y especialmente para el bolsillo de los colombianos, porque lo que Colombia no puede es perder su autosuficiencia en petróleo y en gas en los próximos años, ya que ello se traduciría, necesariamente, en costos elevados de la electricidad, el gas y los combustibles. Entonces, aspiraríamos a que los congresistas entendieran que no es cogiendo a palo a esta industria como vamos a salir adelante. Tenemos que el gas es un combustible clave: más de 11 millones de colombianos lo consumimos a diario, 20% de la electricidad se produce a partir de este combustible, y ya muchos vehículos los usan; además, el gas es el combustible de la transición. Entonces, no tiene ningún sentido renunciar al gas y menos pensar en importarlo de Venezuela. Y en cuanto al petróleo, pues es fundamental para el país, para sus finanzas, para su movilidad (..) Estaríamos perdiendo la autosuficiencia en gas a la vuelta de cuatro o cinco años, y del petróleo en unos ocho, es decir, en un abrir y cerrar de ojos. De ahí la importancia de que el gobierno reconsidere su posición de suspender la exploración. FRANCISCO JOSÉ LLOREDA, PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE PETRÓLEO, ACP. ENTREVISTA DE CARACOL RADIO. AGOSTO 17.

Hay que ampliar la base tributaria. Para las actuales condiciones de la economía es más importante ampliar la base tributaria sobre la simplicidad normativa, procedimental, tarifaria, de manera que se establezca una estructura que regule o defina los devengos o causación y las limitaciones, para considerar los ingresos de los contribuyentes y, sobre esta base, se establece una tarifa única de 5%, sin costos, deducciones, exenciones, tarifas diferenciales, acompañado de un sistema muy robusto de facturación de bienes, servicios y de nómina.

Eso sí, se debería ordenar a la administración tributaria, dedicar sus esfuerzos en perseguir a los informales, evasores y en especial en controlar las transacciones con los vinculados del exterior, con normas muy específicas que impidan la planeación internacional y controlen la sustancia de las operaciones y los modelos económicos de múltiples jurisdicciones que soportan las transacciones internacionales.

No puede dejar de considerarse, más allá del afán recaudatorio, la necesidad de revisar integralmente el IVA, para devolverle la simplicidad necesaria, que permita aplicar tarifas bajas (17%) o incluso de cambiar su estructura e incorporar un sistema de impuesto a las ventas plurifásico, simple, acumulativo y con una tarifa única de 10% que no cubra la canasta familiar, que respete el principio de no exportación de impuestos y que por supuesto elimine el impuesto al consumo nacional que ha sido de buen recibo recaudatorio, pero una fuente de evasión y de indisciplina fiscal. PEDRO SARMIENTO, EXPERTO TRIBUTARISTA. LA NOTA ECONÓMICA.

En Cartagena se apagó la fiesta. De acuerdo con los cálculos de la Andi (Congreso de la Andi), el peso de la tributación crecerá de manera significativa para las más diversas actividades. Cuando en la fórmula se incluye lo que pagarían los socios de las empresas, debido al alza planteada en la tarifa de los dividendos, el promedio general subiría a 67.1% de las utilidades brutas, 25% más que ahora y muy por encima de Canadá, que hoy ocupa el primer lugar en el mundo, con 53.5% (…) En América Latina, la cifra de México es 42%, la de Chile 40% y la de Costa Rica 15%. En el mundo desarrollado, Francia aparece con 34%, Estados Unidos con 28.9% y España con 26%.

Tales números generaron no poca incomodidad en el ministro de Hacienda, quien a primera hora de la jornada hizo una completa exposición. Pero tras esa primera reacción, José Antonio Ocampo escuchó pacientemente los comentarios que se le hicieron en diferentes reuniones y recibió propuestas que hacen pensar en un texto más equilibrado cuando llegue el momento de las ponencias en el Congreso. RICARDO ÁVILA. EL TIEMPO. AGOSTO 14.

Utilidades que se esfuman. El presidente de la Asociación Bancaria, Hernando José Gómez, ha señalado que los lineamientos generales de esta reforma son correctos, porque se debe aumentar el impuesto a las personas que más ganan y disminuirlo a las empresas. Ahora bien, lo que no se ve claro es la reducción del impuesto a las empresas. Lo que hay es la eliminación de distintos tratamientos especiales para ciertos sectores, la limitación de las exenciones y los descuentos que se pueden hacer en distintos rubros para que, en últimas, dé una tasa de tributación que todavía sigue siendo bastante alta comparativamente con los países que compite Colombia. Los cálculos que hizo la Andi dicen que la suma del impuesto a la renta, el impuesto al patrimonio, el impuesto a los dividendos y el ICA, da 67%, es decir, que una empresa a la que le vaya bien, entrega dos terceras partes de sus utilidades en impuestos. Pero, según asesores tributarios que van más a fondo y le meten duro a la hoja de Excel, esos impuestos pueden ser superiores a 100% para algunas empresas; en otras palabras, todas sus utilidades se esfuman y terminan yendo al gobierno, lo cual mata la iniciativa privada, la actividad empresarial.

El ministro de Hacienda y su equipo están abiertos a escuchar opciones, a mirar simulaciones, y a revisar en concreto, estos impuestos que acabamos de mencionar. Es que si a uno le han gravado la renta y el patrimonio, y después de haber gravado a la empresa, gravan los dividendos de los socios, pues se configura una doble tributación. Pero el ministro de Hacienda también está dispuesto a revisar el impuesto a los alimentos ultraprocesados y el régimen de zonas francas para las empresas que no exportan. MAURICIO REINA. RED MÁS NOTICIAS. AGOSTO 18.