Revista Nacional de Agricultura
Edición 1028 – Agosto 2022

Mientras que las exportaciones chilenas y peruanas de hortalizas suman en cada caso US$500 millones, las de Colombia apenas llegan a US$9.6 millones.

Es obvio que Colombia está desaprovechando el potencial exportador del sector hortícola, ¿por qué? La razón principal es porque la mayor parte de estos productores son pequeños y no se encuentran asociados, lo que les impide tener una programación de siembras escalonadas con la cual garantizar una oferta permanente. A esto se suma el hecho de que ellos no cuentan con aliados comerciales formales que les garanticen la compra de altos volúmenes de hortalizas, por lo que solo trabajan para el mercado nacional. En cuanto a los medianos horticultores, tenemos que ellos atienden las demandas de las grandes superficies y exportan una pequeña parte de su producción.

La respuesta es de Álvaro Palacio Peláez, gerente de Asohofrucol, quien revela que frente a esta realidad, su institución pretende que se establezca un programa de siembra escalonada para garantizar volúmenes para exportar, principalmente a Estados Unidos. “Pero hay que tener en cuenta que para llenar un contenedor se requieren unas 25 toneladas, que demandan al menos 30 hectáreas establecidas”, explica.

Al referirse a la enorme ventaja que nos han cogido Chile y Perú en exportaciones de productos hortícolas (ambos por encima de los US$500 millones), Palacio Peláez dice que en estos dos países existen políticas para el agro, lo que les permite organizar un sistema de siembras que le apunta desde el primer momento al producto apto para la exportación. Es así como desde el establecimiento, se trabaja con semillas de calidad y con aplicaciones inocuas, que siempre están ajustadas a lo requerido en los mercados externos, los cuales son cada día más exigentes para el ingreso de productos hortícolas a sus países, principalmente en cuanto se refiere en general a una agricultura más limpia, que cumpla con todos los requisitos de admisibilidad del país destino.

Según el gerente de los hortofruticultores, “en los últimos cinco años las exportaciones de hortalizas han presentado una disminución de 1%, pues pasaron de 4.514 toneladas en el 2017 a 4.509 en el 2021, año en el que dichas ventas sumaron US$9.6 millones”. Se refiere, básicamente a tomate (851.177 toneladas), cebolla de rama (340.943), zanahoria (275.965) cebolla de bulbo (267.267), patilla (232.546), ahuyama (137.941), lechuga (119.266), melón (73.455) y pimentón (67.242), entre otras.

Principales hortalizas exportadas. 2021

Fuente: Dane-Dian. Base Quintero Hermanos, Sicex, mayo 2022. Comprende capítulo 7 (Hortalizas frescas).  Productos sujetos a recaudo 2021. Exceptuando papa, otras leguminosas, otros tubérculos, coco, ñame, aromáticas, chontaduro y banano. Elaboración: Unidad Técnica de Proyectos Asohofrucol.

 

Cifras del Dane y de la Dian indican que los principales destinos de las hortalizas colombianas son Estados Unidos (con 2.2 millones de kilogramos), Curazao (691.573), Aruba (551.189), Costa Rica (199.470), Paquistán (113.001), Ecuador (112.290), Canadá (105.508), República Dominicana (96.540), México (84.011), Panamá (82.937) y otros (312.672).

En cuanto a los departamentos que mayormente aportan a las exportaciones, tenemos que el Valle del Cauca aparece en primer lugar, con 1.4 millones de kilogramos, seguido por Cundinamarca (706.218), Atlántico (551.620), Santander (544.249), Antioquia (462.656), Bogotá (441.673), Sucre (112.492), Nariño (107.850), Magdalena (77.345) y Bolívar (68.875).

Al preguntársele en qué productos debería especializarse Colombia para atender con solvencia los mercados externos, Álvaro Palacio dijo que “se ven oportunidades de crecimiento en el mercado estadounidense, principalmente para brócoli, lechuga, ahuyama y pimentón, siempre y cuando se cumplan los estándares de calidad exigidos en relación con tamaño, color y empaques. Así mismo, se hace imprescindible el adecuado manejo de una cadena de frío desde la cosecha hasta el destino”. 

Y al referirse a las oportunidades que tenemos para ofrecer valor agregado, manifestó que estas se encuentran principalmente determinadas por el manejo de tratamiento Individual Quick Freezing, IQF (por sus siglas en inglés) o “congelado rápido individual”, que permite garantizar y alargar vida útil de las hortalizas. “El mercado estadounidense se encuentra demandando transformaciones de ahuyama, que pueden funcionar como súper-alimento para los niños: compotas, chips y trozos”, agregó.

El gerente de Asohofrucol finalizó diciendo que por ahora no se avizora inversión extranjera para producir hortalizas, como sí ha ocurrido con el aguacate y otras frutas, pero que en la medida en que se empiece a dinamizar la exportación y los productos se comiencen a posicionar en los mercados internaciones, nacerán opciones para los capitales foráneos. “De momento, tampoco se ve muy cercana la inversión nacional, pero Asohofrucol está buscando la construcción de alianzas con la Gobernación de Cundinamarca para el establecimiento de siembras grandes de productos que puedan destinarse a la exportación”.