Mercados cambiantes con el cambio climático y nuevas oportunidades de negocio

Aunque algunos líderes mundiales subestimen el cambio climático, la realidad en cuanto a los efectos de este fenómeno, ocasionado por la humanidad, no se hace esperar. Europa, que normalmente fue un gran exportador de cebolla es ahora un importador no despreciable.

En efecto, el verano pasado caluroso y seco llevó a una disminución en la producción de cebolla en Europa y los Países Bajos. Los países que exportaron cebollas comenzaron a importarlas, y los expertos dicen que tarde o temprano habrá una falta de cebollas, lo que sin duda es una buena oportunidad para países que puedan disponer del producto para exportación. Mulder Onions, una compañía holandesa especializada en la exportación de cebollas y papa, también trabaja con ajo, zanahorias, repollo y otras verduras. Los clientes de Mulder Onions provienen de supermercados, prepackers, mayoristas y peladores industriales. La compañía vende en Europa, África, el Lejano Oriente e incluso Centro y Sudamérica. Voceros de la firma, una de las más importantes de Europa en su género, han señalado a Fructidor que en “esta temporada, todos tienen menos cosecha de lo habitual. No recuerdo ningún año similar. La situación es realmente inusual. Con menos cosecha, el stock holandés podría terminar en los próximos meses. Aunque en Mulder Onions, están acostumbrados a enfrentar situaciones complicadas. Esta temporada es más que un desafío para nosotros, pero entregaremos cebollas a nuestros clientes”. Mulder Onions no solo es un exportador, también importa cebollas de diferentes países para garantizar cebollas de alta calidad durante todo el año y explican que este año están importando más de lo habitual para satisfacer las necesidades de sus clientes. La compañía puede ofrecer cebollas españolas de julio a marzo y de enero a julio también importa desde Nueva Zelanda, Australia, Egipto, India, Sudáfrica y Sudamérica. Además, Mulder Onions ofrece a sus clientes cebollas francesas, alemanas y austriacas, así como cebollas peladas de Polonia.

Pero lo que es inusual es que prevean importaciones significativas, pues en el pasado importaban cantidades menores para abastecer pequeños déficits de demanda mientras que este año prevén el agotamiento de sus existencias en los próximos meses, lo que implicaría importaciones durante buena parte del año para satisfacer las necesidades europeas. Indudablemente el faltante tendrá incidencia en los precios lo que potencializa la ventana de oportunidad para aquellos proveedores internacionales que puedan suplir los requerimientos y estándares europeos, entre ellos países latinoamericanos.

Aunque nuestro país no ha sido un exportador habitual de cebolla y cuando ha tenido excedentes normalmente se han colocado en los mercados vecinos, no se puede pasar por alto la perspectiva de la demanda europea para los productores que quieran expandir su producción y sus ventas con base en la exportación. He aquí un buen reto para nuestros productores…

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Alejandro Vélez – avelez@sac.org.co