Revista Nacional de Agricultura
Edición 1017 – Agosto 2021

La iniciativa de esta Cámara de la Andi busca que pequeños y medianos productores tengan negocios rentables y se conviertan en empresarios.

El pasado 24 del presente mes, tuvo lugar la presentación, por parte de la Cámara Procultivos de la Asociación de Empresarios de Colombia, Andi, del documento Agricultura Sostenible. Modelo de Manejo Agronómico Disruptivo, en el que se plasma un programa para transformar el acompañamiento a los productores del campo, desde tres ejes: la productividad, lo organizacional y el desarrollo humano. Se propone que esta iniciativa sea financiada por los proveedores de insumos para la protección y nutrición de los cultivos, quienes la desarrollarían.

El trabajo parte de la experiencia de la Cámara Procultivos en la implementación de tecnologías, a través de los programas Mentes Fértiles®, CuidAgro® y su integración en el esquema de Manejo Agronómico Disruptivo, así como de la revisión de la relación existente entre el uso de tecnologías para la protección y  nutrición de cultivos, y la productividad de los mismos.

Con el Manejo Agronómico Disruptivo integramos, en un solo modelo, tres pilares clave para el desarrollo del agro. Por un lado, aumentamos la productividad con calidad y rentabilidad; por el otro, apoyamos a la transformación de la asociatividad de los agricultores y, además, promovemos el desarrollo humano, más allá de los réditos económicos”, dijo a esta revista la directora de Procultivos, María Helena Latorre.

La primera sección del documento contiene el comportamiento del sector agrícola y su potencial de crecimiento; la segunda, una revisión bibliográfica de la evidencia nacional e internacional sobre el uso de insumos agrícolas y productividad; la tercera, mediciones de la utilización de plaguicidas en Colombia y el mundo y su incidencia sobre los rendimientos de los cultivos; la cuarta, una descripción de los programas desarrollados por la Cámara Procultivos y Fedearroz, con sus principales resultados, y la quinta, la propuesta propiamente dicha.

La propuesta

El documento plantea que ha sido positivo el impacto de iniciativas integrales de transferencia de conocimiento sobre la productividad, la rentabilidad y el bienestar de los agricultores, aplicadas por distintos actores de la economía agrícola, y exitosos los programas como CuidAgro®, Mentes Fértiles® y el modelo de Manejo Agronómico Disruptivo de la Cámara Procultivos, así como el de Adopción Masiva de Tecnología (Antec) de Fedearroz. Pero “estos programas no han tenido ni la cobertura ni la duración necesaria para generar cambios significativos en el campo, y aquellos que han contado con recursos no han perdurado en el tiempo o tenido el alcance de un programa integral como los referenciados”.

¿En qué consiste el programa Manejo Agronómico Disruptivo? Es un esquema de trabajo integral, concebido con el fin de que los pequeños y medianos productores del campo reciban un acompañamiento individual, expresado en transferencia de conocimiento y tecnología, para que puedan transformar el manejo de sus cultivos. Este acompañamiento se hace en diferentes fases del proceso productivo, articulando la mayor cantidad de actores de la cadena de valor.

Así las cosas, el agricultor es el núcleo del programa, por lo que dicho acompañamiento, además de individual, debe ajustarse a sus características particulares. En cuanto a la articulación se refiere, la propuesta habla de comprometer a proveedores y potenciales clientes, con el acompañamiento de por lo menos un proveedor y un cliente por agricultor.

El acompañamiento del proveedor se fundamenta principalmente desde su experiencia en el adecuado uso de insumos y la transferencia de ese conocimiento, además de la garantía del abastecimiento de los productos necesarios para el manejo del cultivo. Los clientes potenciales deben ser empresas interesadas en el desarrollo de proveedores, que transmitan a los agricultores sus necesidades en términos de calidad, precio, empaquetado y demás factores que puedan tener incidencia sobre las ventas”, dice el documento.

A continuación, se transcriben los tres componentes, la metodología y la financiación de la iniciativa que nos ocupa:

Componente organizacional. En general, el agricultor hace parte de organizaciones comunitarias, cooperativas o establece otras formas de asociación, con el objetivo de fortalecerse en grupo. Sin embargo, es posible encontrarse con formas de asociación que no cumplen con sus objetivos misionales o que plantean un enfoque asistencialista que puede lastrar su funcionamiento. El programa propone una revisión de las formas de organización y, en caso de ser necesario, el replanteamiento de su visión y misión, la reforma a sus estatutos, la creación y activación de comités de trabajo y la construcción de un plan de trabajo que debe guiar y gestionar la ejecución de los proyectos.

El componente del ser. Hace referencia al agricultor como individuo y al reconocimiento y desarrollo de sus capacidades como un factor fundamental para alcanzar los objetivos como empresario. Los agricultores reciben entrenamiento personal (coaching), cuyo propósito es cultivar el ser desde diferentes aspectos de la vida y con énfasis en “ser empresario”. El trabajo, desde su inteligencia emocional, se orienta a fortalecer elementos como autogestión, autoconocimiento, convencimiento y empoderamiento como empresario.

El componente técnico. En la asesoría técnica se hacen exámenes analíticos para diagnosticar y crear paquetes tecnológicos a la medida del núcleo productivo del agricultor. La promesa de valor del componente técnico es el mejoramiento de la productividad, calidad, rentabilidad y la certificación de las fincas en Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) del ICA y GlobalGap. El conocimiento y la experiencia obtenidos con los programas CuidAgro® y Mentes Fértiles® son fundamentales en el diseño del paquete tecnológico, siendo la proteccióny nutrición componentes centrales del mismo.

La metodología. La estructuración de este programa se hace con base en una metodología proveniente de la sicología comunitaria, como lo es la acción participativa social, que permite hacer una construcción desde la misma comunidad. A esta se suma la andragogía, metodología orientada al aprendizaje de adultos, en la que se establece una participación activa del agricultor en su aprendizaje, a partir del convencimiento propio en sus propósitos y proyectos para tomar decisiones que le permitan lograr esos objetivos.

La financiación. Este programa demandaría la contratación de técnicos, gastos en logística, pagos asociados a la obtención de certificaciones y recursos que deberían invertir los diferentes actores involucrados. Es necesario, por tanto, contar con financiación para tener una cobertura que permita cambiar de forma radical el sector agrícola. En este sentido, se plantea un modelo de financiación con contribuciones provenientes de los proveedores de insumos para la protección y nutrición de los cultivos, quienes a su vez desarrollarían el programa.

Este esquema de financiación tiene como fuente de inspiración el Programa de Uso y Manejo Seguro de Plaguicidas de Guatemala, desarrollado por Agrequima y apoyado por el Ministerio de Agricultura de ese país. Este programa, desarrollado desde 1991, con iniciativas como CiudAgro®, Campo LimpioSM, la asociación con GlobalGap y la creación de localg.a.p., ha sido considerado como un referente en términos de manejo ambiental de residuos, pues ha capacitado a más de un millón de personas con buenos resultados en las comunidades agrícolas del país.